El Citroën DS fue un coche adelantado a su tiempo. Y Citroën repitió con el CX, otro coche muy diferente, con personalidad, también adelantado a su tiempo… y a sus rivales. A principios de los años 70 Mercedes era la referencia… ¿superó Citroën a Mercedes? Hay mucho que contar…
Aquí te contamos la historia de los Citroën más revolucionarios.
Se suele decir que las comparaciones son odiosas…y yo creo que las comparaciones son interesantes. Algunas muy interesantes, como la que os propongo hoy. Además creo que estas reflexiones, con la perspectiva que da el tiempo, resultan especialmente reveladoras ahora, tantos años después.
Desde que se presentase en el Salón de París de 1955 el Citroën DS parecía que todas las marcas se habían “puesto la pilas” para no quedarse atrás y habían modernizado sus gamas. Pero como digo, «parecía»…
El CX sigue pareciendo asombroso
Muchos de los que estáis viendo este vídeo ni habíais nacido cuando se lanzó el CX… os dedico este vídeo especialmente a vosotros. Pero en este caso no tengo que recurrir a la manida frase de «os voy a pedir que os trasladéis a esos tiempos para entender los que suponía este coche». No. ¡Porque no hace falta! El CX sigue siendo asombroso hoy por fuera, por dentro, viajando en él o, sobre todo, a su volante.
Citroën puso CX a este modelo precisamente porque su CX, coeficiente de penetración aerodinámica, era excepcional, de 0.35, apreciablemente mejor que su competencia y una buena cifra incluso hoy día. Su estética era espectacular, con detalles muy innovadores, con la solución de su luneta trasera cóncava, que se ensuciaba mucho menos que las convencionales.
En lo que más destacaba el CX era en su bastidor, con suspensiones hidroneumáticas y los frenos y dirección integrados en el sistema. La dirección era directísima, casi como la de un coche de carreras. Necesitabas acostúmbrate porque al principio muchos usuarios se «comían las esquinas» porque la dirección era tan directa y la respuesta tan eficaz que girabas más de lo que querías.
Los frenos eran muy potentes, con la particularidad de estos coches de que el pedal apenas tenía recorrido, modulabas la presión y no es desplazamiento. Y en cuanto a las suspensiones y la estabilidad que permitían, eran extrarodinarias.
El Citroën CX necesitaba más motor
Realmente este coche se merecía más motor que el 4 cilindros subida hasta los 2.4 litros que fue la máxima motorización durante muchos años de su larga vida, nada menos que 17 años. El turbo, que permitió subir la potencia hasta 168 CV mitigó este problema, pero este coche siempre se dijo, y lo suscribo, que hubiese merecido un buen V6.
Y con un buen V6, tan buena aerodinámica, estética tan agresiva y acortándolo un poco, un CX Coupé hubiese sido la bomba… pero ¿no lo hubo? Pues sí lo hubo. Aunque sea desviarme un poco del tema central, no puedo dejar de hablar del SM, para mí y para muchos, realmente un CX Coupé con cuatro plazas y, por tanto, ¡por fin! un CX con un buen motor V6. Buen motor en cuando a rendimiento, porque el motor Maserati V6 con un inusual ángulo entre cilindros de 90 grados, más propio de un V8, ofrecía más de 170 CV, pero daba muchos problemas.
Y Mercedes, ¿qué?
Mientras tanto la marca alemana iba por otro camino. Querían hacer coches muy fiables, muy confortables y muy seguros. Y de estética y aspecto conservador. Mercedes ha cambiado mucho, los contamos en un vídeo que te recomiendo titulado «Cuando los Mercedes eran auténticos Mercedes«.
Pero en esa época no querían ser coches de una estética innovadora o rupturista y os preguntaréis, ¿por qué? Muy sencillo, entendían que los Mercedes eran coches «para toda la vida» y que los modelos más modernos envejecían y se quedaban viejos mucho antes. Algo que es cierto, salvo cuando hablas de coches excepcionales con el secreto de la eterna juventud… como el CX.
Mercedes Clase E. W123
El Mercedes Clase E clave interna W123 lanzado al mercado en 1975 casi al mismo tiempo que el CX era un coche clásico, con motor delantero longitudinal y propulsión posterior. En las suspensión trasera contaba con una sistema independiente algo simplón, que provocaba un cambio importante de caída con la carga, aunque en menor medida que su predecesor los W114/115.
Bajo la carrocería que convencía, pero no entusiasmaba, sí que había innovaciones en temas de seguridad, por ejemplo, algo en lo que Mercedes fue pionera, como la columna de dirección colapsable.
En cuanto a motores el más básico era un cuatro cilindros de dos litros y apenas 94 CV, el tope fue el 280 de 2.8 litros y 185 CV el dotado de inyección, aunque el competidor del CX era el 230 con motor 2.3 que con inyección llegaba a los 136 CV, frente a los 116 de CX o los 128 CV en el caso del GTi.
¿Cuál era mejor?
Os adelanto que voy a daros mi opinión. Pero antes hay que reflexionar, ¿qué es ser mejor? Cuando hablamos de un coche podemos hablar de prestaciones, estabilidad, seguridad activa, seguridad pasiva, confort, equipamiento, fiabilidad… cada usuario da más importancia a un aspecto u otro y por eso, siempre lo digo, no solo hay coches mejores o peores, hay coches más indicados para uno u otro tipo de usuarios en función de sus gustos y necesidades…
Así que he definido 6 criterios claves y uno por uno, vamos a ver cuál es el ganador.
Comportamiento
Citroën CX. La victoria es clara… en seco. Sobre mojado o firmes deslizantes, sin las ayudas electrónicas de ahora, es apabullante.
Fiabilidad
Mercedes E. Pero, en contra de lo que se puede pensar, esta victoria no es apabullante.
Seguridad
Empate. He dicho que me iba a mojar, pero es que en este caso el CX gana en seguridad activa, aquella que nos permite impedir el accidente, pero pierde es seguridad pasiva, aquella que nos protege una vez ha tenido lugar el accidente.
Confort
Citroën CX. Sí, la lista de opciones del Mercedes era interminable, también carísima, el acabado impecable, pero…en una carretera de los años 70 y 80, de firme ondulado y muchos baches, la suspensión hidroneumática es una ventaja definitiva.
Prestaciones y consumos
Empate. Afinando un poco se podría decir que al principio el vencedor era el Mercedes E sencillamente porque tenía versiones más potentes. Pero la llegada del CX GTi y luego del turbo, los igualaron en prestaciones. Y en consumos la ligereza y buena aerodinámica del CX era una ventaja clave.
Practicidad
Citroën CX… ¡y eso a pesar de no llevar portón! El interior era amplísimo, aunque no lo parezca más que el del Mercedes y su maletero absolutamente cuadrado y muy bajo, gracias a las suspensiones.
Conclusión
Llegamos a la conclusión, muy sencilla: «El corazón tiene razones que la razón no entiende…». Sin duda el Mercedes E 230 era un coche que convencía, sus puntos fuertes son muy racionales, mientras que el Citroën CX era un coche que seducía… no tiene más que poner un coche junto al otro o compararlos.