Sinceramente: Cuidado dónde te informas. He leído en las páginas Web de algunas marcas interesadas en el tema, no «medias verdades», sino «completas-mentiras» sobre lo buenos que son los híbridos, todos, y lo malos que son los Diésel, todos. Te vamos a contar la verdad, pero con datos reales contrastados… ¿Quieres ver quién gana el «Desafío del Siglo XXI»?
Te recomendamos nuestro vídeo sobre la «demonización de los coches diésel».
Para hacer las cosas bien hay que definir dos cosas: De qué tipo de híbrido hablamos y qué uso queremos dar a nuestro futuro coche. Decir taxativamente que uno es mejor que otro para todo, sin entrar en detalles, es una inexactitud…
Para ser un buen consumidor hay que saber informarse bien. Las páginas Web de las marcas son estupendas para ver los datos técnicos, en eso no nos van a mentir, para ver el equipamiento, en eso no nos van a mentir, y para ver los precios, en eso no nos deben mentir.
Pero para ver si sus coches y sus tecnologías son mejores o peores que las de la competencia… mejor medios independientes. Una marca que tiene coches diésel y no tenga híbridos o muy poca oferta, que aun alguna queda, defenderán los motores diésel… por otro lado, una marca que apuesta por los híbridos y tiene pocos o ningún diésel, defenderá los híbridos… ¡claro! Insisto, mejor medios o personas independientes.
Veamos cómo funciona un híbrido y los tipos de híbridos que hay.
Cómo funciona un híbrido
Seguro que la mayoría de los que seguís el canal sabéis cómo funciona un híbrido de gasolina y electricidad pero vale la pena refrescarlo, para que todos los sepamos y para ver matices, porque hay diversos tipos de híbridos.
Un coche híbrido lleva por lo general un motor de gasolina y un depósito de gasolina. Y por supuesto llevan baterías y un motor eléctrico, o a veces más de uno, porque son muy pequeños y pueden colocarse en las propias ruedas…
Las baterías se cargan de tres maneras posibles: Una en las frenadas y retenciones, es una recarga moderada, pero “gratis” pues esa energía que en un coche convencional se “tira” en un híbrido se convierte en energía; dos enchufando el coche a la red, solo en los “Plug-in” o PHEV; y tres, a través del motor térmico, cuando hay potencia “de sobra” por ejemplo en un llano a velocidad moderada.
Tipos de coches híbridos
Básicamente hay tres tipos de híbridos que vamos a ver uno por uno.
Híbrido convencional o «puro». Fácil de distinguirlos: No pueden cargarse las baterías enchufándolos. Al principio las baterías se recargaban solo en frenadas y retenciones, pero en los más modernos, como os decía, el motor térmico los recarga cuando no se le exige demasiado.
Híbridos «suaves» (MHEV). O si lo preferís, «mild hybrid«. Parea entendernos, son modelos térmicos convencionales a los que se les ha añadido un sistema eléctrico con una pequeña batería de 48 voltios. ¿Para que sirve esto? Pues para optimizar el consumo en casos muy concretos y sobre todo para que la marca pueda decir que su coche es híbrido, además sea barato en comparación a otros híbridos y se le etiquete de ecológico.
Híbridos enchufables (PHEV). O si lo preferís, «plug-in hybrid«. Además de un sistema como los híbridos convencionales, disponen de una toma para que también puedas recargar las baterías conectándolo a la corriente. Las baterías son más grandes, pesadas y caras, pero puedes recorrer una cierta distancia, legalmente al menos 40 km, en modo cien por cien eléctrico. Puedes hacer funcionar el coche en modo eléctrico, mientras tenga carga suficiente en las baterías, o usarlo como un híbrido convencional, por ejemplo, si vas de viaje y no cargas las baterías…
En este vídeo te explicamos la forma de conducir un coche híbrido.
Cómo funciona un Diésel
Bien sencillo: Metes aire a «cascoporro», lo comprimes a lo bestia, inyectas gasóleo y ya está. Son ideales para usar con turbo, pues como puede meter exceso de aire al motor, no como en los de gasolina que hay que meter una cantidad exacta, se llevan muy bien con esa tecnología, que prácticamente ya usan todos los diésel modernos.
Aquí te damos más detalles del funcionamiento de un motor Diésel.
Y, además los modernos motores Diésel, que usan el aditivo llamado «ad-blue» contaminan más o menos como los de gasolina, son casi tan ligeros, resultan potentes y gastan poco. Quédate con este dato: Los motores diésel, sobre todo los turbodiésel, a igualdad de potencia y prestaciones, son más económicos que los de gasolina, su rendimiento energético es mayor. Este dato es clave para cuando llegue el momento del desafío.
Ya conocemos como funcionan… veamos ahora sus ventajas y desventajas.
Híbridos: Ventajas y desventajas
Comencemos por las ventajas: Para mí la mayor ventaja está clara: La energía que tiras en las frenadas la recuperas. Sin duda los realmente interesantes son los «enchufables», porque en el día a día el porcentaje de uso en modo eléctrico puede ser muy alto… incluso único.
Evidentemente sus emisiones son menores que un coche convencional…. Cuando tienes energía eléctrica… porque cuando no la tienes… pues de eso hablaré en las desventajas.
Y, por último, en según qué país o ciudad, por ser considerado un coche «ecológico» tienes más ventajas impositivas y de movilidad en las ciudades que un modelo convencional.
¿Y las desventajas? Los híbridos son más caros y más complejos porque quieras que no tienen más cosas que “romperse”… no estamos hablando de un eléctrico puro que, esos sí, son “el mecanismo de un chupete” sien embrague ni cambio de marchas. Los híbridos tienen toda la complejidad de un coche con motor convencional y de un coche con motor térmico, sumadas.
Pero si te vas de viaje con un híbrido, sobre todo si es enchufable, te vas de viaje casi con toda la familia… aunque vayas solo. Porque entre baterías y motores eléctricos llevas fácilmente 200 kg. Y si es un enchufable, cuando se acaba la carga de la batería, se convierte en un híbrido convencional que solo carga en la frenadas, retenciones y con el motor térmicos.
Diésel: Ventajas y desventajas
Mientras tanto los diésel mantienen sus ventajas de siempre y a la que unen otras. Son potentes, económicos de consumo, duraderos y más baratos, pero además ahora son menos contaminantes, más ligeros y menos ruidosos.
Su mayor desventaja, aparte de la demonización por parte de algunos, es que no tienen consideración de coches “ecológicos” y nunca tienen emisiones «cero» como sí puede tener un moderno híbrido enchufable.
Llegamos al desafío
Por fin, llegamos a la conclusión: ¿Cuál es mejor? Voy a simplificar mucho: Si vives en una ciudad grande o muy cerca, te interesa un eléctrico. Si vives cerca o en los alrededores de una gran ciudad a la que van a menudo, pero viajas, te interesa un híbrido enchufable. Y si no vives cerca de una gran ciudad y por tanto, viajas ya sea en viajes cortos a los pueblos o ciudades próximos o no tan próximos, tu coche es un turbodiésel.
¿Y dónde quedan los de gasolina? Pues eso será motivo de otro vídeo.
Coche del día
El coche del día es el Seat León 2.0 TDi aparecido en 2020 con cambio DSG. Un coche diésel de 150 CV que va sensacionalmente bien y con en el que hice un viaje a Portugal a plena carga y digamos que “ligerito”… ¡y no gasté ni 5 litros a los 100 km! A ver qué híbrido supera esto.