Nuevas tecnologías para salvar los Clásicos

La Ciencia acude en ayuda de los vehículos clásicos para garantizar su futuro. Un futuro ecológico y sostenible, a diferencia de los nuevos vehículos eléctricos de batería. Impresión 3D, combustibles sintéticos, neumáticos “verdes”, electrónica aplicada… son algunas de las tecnologías y avances que permitirán conservar y enaltecer el patrimonio automovilístico mundial.

Nuevas tecnologías para salvar los Clásicos

Con tanto discurso hueco sobre “sostenibilidad” y “descarbonización” parece llegar a cuestionarse la supervivencia de los vehículos clásicos. Nada más lejos de la realidad, ya que demuestran ser más ecológicos y sostenibles según estudios realizados por empresas independientes. Un reciente informe (Footman James’ Indicator Report ) demuestra con cifras que la fabricación del Polestar 2 -lo último en tecnología eléctrica- produce 26 toneladas de CO2, una cifra equivalente a la de un automóvil térmico de hace 46 años.

Un futuro clásico gracias a la ciencia moderna

Los coches clásicos están lejos de causar impacto al medio-ambiente a largo plazo por varias razones. Por una parte por su uso limitado, por otro porque fueron manufacturados mucho tiempo atrás. Y debidamente mantenidos, son prácticamente eternos. Frente a ellos, los modernos vehículos eléctricos aparentan ser más ecológicos y menos contaminantes que los de combustión, pero su pronto achatarramiento (debido a la corta vida de la batería) genera un gran problema medioambiental de reciclaje que sus defensores ocultan.

Nuevas tecnologías para salvar los Clásicos

La Ciencia ha llegado en ayuda de los clásicos callando las bocas de sus detractores. Los e-Fuels o combustibles sintéticos y biológicos (con tasas de contaminación reducidas ya hasta un 85%), en las que trabajan activamente las principales petroleras mundiales, son la solución inmediata. Tabla de salvación de la competición automovilística y motociclística y también de los millones de motores de combustión de los cinco continentes. Estos e-Fuels se extraen de materiales orgánicos de deshecho o hasta del CO2 de la atmósfera, sin necesidad de petróleo.

Clásicos transformados a eléctricos

En el hipotético caso de que los e-Fuels no existieran, también cabría la electrificación de los clásicos. Ya hay marcas como Aston Martin o Jaguar que ofrecen opciones oficiales, además de las propuestas de empresas particulares, como Lunaz, Electric Classic Cars, Everrati o Electrogenic. Lo esencial es que el cambio de motor de combustión por eléctrico de batería sea reversible, para que el vehículo no pierda su esencia ni su valor. Ya existen kits adaptados para determinados modelos que permiten la reinstalación de la mecánica tradicional.

Nuevas tecnologías para salvar los Clásicos

Los clásicos más populares cuentan con sus propios suministradores de recambios. Últimamente hasta las principales marcas –Porsche, Mercedes, Jaguar, Toyota, Ferrari…- re-manufacturan piezas obsoletas con el objetivo de mantener sus iconos históricos en marcha y fomentar su conservación y coleccionismo. Pero incluso esta re-fabricación se realiza de modo más sostenible que hace décadas y con la ayuda de nuevas tecnologías.

Diseño e impresión 3D, la solución para recambios

La impresión 3D es una de ellas, así como el diseño gráfico en 3D. Ambas técnicas combinadas permiten recrear piezas desaparecidas de catálogo, con nuevos materiales y hasta con un diseño más eficiente que en su época, conservando la originalidad. Algo aplicable desde elementos mecánicos a ornamentales. Y que permite fabricarlos a la unidad (reduciendo los costes de producción en serie y almacenamiento) y adaptarlos al vehículo concreto.

Nuevas tecnologías para salvar los Clásicos
Nuevas tecnologías para salvar los Clásicos

Los fabricantes de neumáticos están implementando cada vez más su gama histórica, pero –aunque tengan el mismo dibujo y aspecto- estas gomas se crean con los estándares actuales de fabricación. En factorías poco contaminantes y contando con materiales “verdes” que luego resultan más fácilmente reciclables, además de su mayor eficacia durante la vida útil. Un derroche de tecnología “invisible” que juega en favor de la seguridad de los clásicos y de la salud del planeta.

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