Citroën GS, Renault 12 o SEAT 124. ¿Cuál era mejor? Comparativa Vintage

Hubo un tiempo en que coches que competían de tú a tú en el mercado eran absolutamente distintos. No, no estéticamente: Estéticamente, tecnológicamente e incluso, en la filosofía del coche y de la marca. Eran, sin duda, mucho peores que los de ahora… pero todos distintos y con personalidad. Este es el caso del Citroën GS, Renault 12 o SEAT 124.

Aquí tienes todas nuestras Comparativas Vintage.

Entre finales, muy finales de los 60 y mediados de los años 70 estos tres modelos eran enconados rivales de lo que entonces, y ahora algo menos, se llamaba «segmento C», coches medios. Y no podían ser más diferentes: Uno de ellos, era muy aerodinámico… otro una caja de zapatos. Dos de ellos tracción delantera, el tercero propulsión posterior… Dos motores iban refrigerados por agua, otro era bóxer y refrigerado por aire. Uno llevaba eje rígido, otro una sofisticada suspensión hidroneumática…

Vamos a analizar coche a coche, pero no solo desde un punto de vista técnico, sino analizando como veía al público a esos coches en su momento. Y al final, comparamos…

Citroën GS: Muy avanzado

Este coche nació en 1970. Voy a ser claro, muy claro, clarísimo: De este trio, analizado desde el punto de vista técnico, el GS era de lejos el mejor. Diseño aerodinámico, excelente suspensión y frenos, un confort inigualable y comportamiento en curva y recta muy superior a sus rivales.

La pregunta obvia es, ¿por qué no arrasó a sus rivales? Y esta pregunta tiene dos respuestas.
La primera: Su motor refrigerado por aire… lo cual tiene inconvenientes, como la mayor necesidad de tolerancias y una temperatura de trabajo más alta, que impedía relaciones de comprensión más elevadas.

El otro problema era el mantenimiento. No es que fuese complicado, que lo era, por ejemplo, cambiar el embrague requería sacar el motor… pero quizás faltó formación e información. Citroën era consciente de este problema y quiso solucionarlo «estilo Citroën» con el motor rotativo… Fue peor el remedio que la enfermedad.

Renault 12. Burgués

El Renault 12, aparecido en 1969, se parecía al GS como un huevo a una castaña. Sí, ambos eran tracción delantera, pero el motor de cuatro cilindros refrigerado por agua iba por delante del eje delantero, destrozando el reparto de pesos, pero permitiendo una mayor habitabilidad.

¿Cuál era el punto fuerte del R12? En realidad, no era uno, sino tres: Acabado de calidad, fiabilidad y confort. Seamos sinceros: En esos tiempos los acabados de Renault estaban por encima de la competencia. Te podían gustar los butacones que daban ganas de subírselos a casa o los suaves y acolchados plásticos del interior, pero eran, por comparación, un acabado premium.

Desde el punto de vista del comportamiento, el R12 era cómodo, comodísimo, pero torpe, torpísimo. La suma de una vía delantera no muy ancha, las blandas suspensiones y el motor ahí colgado, hacían que la agilidad en zonas viradas no fuese su fuerte… Ni siquiera Gordini hizo carrera deportiva de él. ¿Y qué? El usuario de este coche o bien era un tranquilo padre de familia o una persona de cierta edad que buscaba un coche cómodo y sin problemas.

Aquí tienes la historia de todos los Renault «numéricos».

Seat 124. Sencillo y deportivo

El SEAT 124 nació en 1968 pero conviene no olvidar que el Fiat nace en 1966, es decir, es el de diseño más veterano de la comparativa. Alguno os sorprenderéis cuando hablo de él como coche deportivo… pues no os sorprendáis. El comprador del SEAT 124 era el mismo padre de familia que el comprador del GS o del R12, pero que era más amante de la conducción que, en esos años, podía llamarse deportiva.

A pesar de su eje rígido, su reparto de pesos, su relación entre anchura y distancia entre ejes, su propulsión posterior y un motor muy alegre, típico de Seat, hacían de él un coche mucho más dinámico que los otros… prueba de ellos es la competición, donde desde el principio destacó el SEAT.

El SEAT 124 nació con motor de 1.197 cm3 y 60 CV que rápidamente subieron a 65. Además, estaba el más potente 1430 y luego aparecieron los biárbol, primero con 1.600 cm3. Luego con 1.800 cm3 y finalmente de dos litros… pero esa es otra historia.

Y, además, comparado con el GS e incluso con el R12, era un coche mucho más simple. No había juntas homocinéticas complicadas, porque le transmisión era posterior y muy sencilla, con eje rígido. Ni timonería del cambio, pues la palanca incidía directamente en el propio cambio, lo que permitía aun tacto excelente, muy preciso y era otro «toque» deportivo.

Comparaciones, ¿odiosas?

Mi opinión es que las comparativas y las comparaciones no son odiosas, sino todo lo contrario. Y más en estos coches que son tan distintos entre ellos. Precios aparte, pues el 124 era el más barato, creo que cada coche se adaptaba a un tipo de conductor y de propietario.

Si te gustaba la técnica avanzada y querías la mejor estabilidad y frenada, tu coche era el GS. La versión Break, con su particular portón, además ofrecía la ventaja de una altura constante independientemente de la carga.

Si lo principal para ti era un coche casi «de representación», cómodo y bien acabado y no eras amigo de la velocidad, el R12 era tu coche… sin duda.

Pero si buscabas un coche que cumpliera cuando ibas con la familia, pero te permitiese disfrutar de una conducción dinámica cuando ibas solo, el SEAT 124 era tu coche.

Coches diferentes para propietarios y conductores muy diferentes. No me olvido de otros coches, como el Austin Victoria, precioso, o el Simca 1200, un cochazo. Habrá que volver a estos años y a estos coches.

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