Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

Gordon Murray, junto Adrian Newey, componen el tándem de “ingenieros milagrosos” de la Fórmula 1: cada uno en su época ha tenido el “toque mágico” para hacer un coche ganador. Murray se caracterizó por incorporar a algunas de sus creaciones –del Brabham BT46B de 1978 al nuevo T50 de 2020 pasando por el McLaren F1 de 1992- un aspirador eléctrico de succión para potenciar la adherencia.

Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

Aunque la idea del “aspirador” fue empleada anteriormente por otro adelantado a su tiempo, Jim Hall, en el Chaparral 2J de la Can-Am de 1970, se considera a Gordon Murray como el verdadero “padre” de esta tecnología aplicada al automóvil. Mientras el Chaparral 2J tuvo una breve vida y ningún triunfo antes de ser vetado, los modelos de Murray se han sucedido con éxito durante décadas.

Los elementos aerodinámicos móviles fueron prohibidos

Aplicar la tecnología de un “overcraft” de forma invertida para lograr succión del asfalto era algo más simple que la aplicación del “efecto suelo” con perfiles alares. Pero a finales de los años ’60, con la aparición de los alerones móviles en competición (en los que también Chaparral fue pionera) y los accidentes que sobrevinieron, la Federación Internacional del Automóvil prohibió todos los elementos aerodinámicos móviles. Norma que ha estado en vigor hasta finales de la década pasada y, según dónde, sigue vigente.

Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

En 1978 Gordon Murray era ya el experimentado director técnico (llevaba en la especialidad desde 1969) del equipo Brabham de Fórmula 1, propiedad de Bernie Ecclestone. Su nuevo BT46 era revolucionario por haber sustituido los radiadores por placas intercambiadoras de calor, pero el ancho motor Alfa Romeo 12 cilindros bóxer le impedía montar túneles aerodinámicos de “efecto suelo” como el Lotus 79. Entonces se le ocurrió la idea de instalar un enorme ventilador posterior y sellar con faldillas flexibles el coche con el suelo.

Brabham BT46B: un Gran Premio, una victoria

El nuevo Brabham BT46B debutó en el Gran Premio de Suecia de 1978 en manos de Niki Lauda y John Watson, justificando legalmente el aspirador como “un sistema de refrigeración”. Aunque los pilotos no quisieron destacar en entrenamientos, Lauda ganó con gran autoridad la carrera. Los demás equipos protestaron y, finalmente, Ecclestone decidió unilateralmente retirar el coche para no romper la asociación de equipos (FOCA) que dirigía. Todos los “team managers” le dijeron que también tendrían sus propios aspiradores en la carrera siguiente y que la F-1 se iba a convertir en una broma…

Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

Gordon Murray demostró sus capacidades de gran ingeniero de Fórmula 1 en los años siguientes, logrando los Campeonatos del Mundo en 1981 y 1983 con sucesivos Brabham-BMW y sin necesidad de aspirador. Luego fichó por el renovado equipo McLaren de Ron Dennis y creó los MP4/4 que Senna y Prost llevaron a la victoria en 1988, 1989 y 1990. Tras cosechar cincuenta victorias en Grandes Premios con sus monoplazas, decidió abandonar la Fórmula 1, pasando a dirigir la división “McLaren Cars”.

Murray aplicó la tecnología del aspirador al McLaren F1

El primer modelo producido por Murray en 1992 fue el McLaren F1, un Gran Turismo revolucionario dotado de… aspiradores. En este modelo plasmó todo el compendio de tecnología que había acumulado en competición: fibra de carbono, aerodinámica, electrónica, cinemática de suspensiones… El motor fue encargado especialmente a BMW. El profesor Rosche creó un V12 de 6,1 litros atmosférico que proporcionaba 627 CV de potencia y 650 Nm de par, ligero y con la última tecnología de árboles de levas de geometría variable.

Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

Gordon Murray puso su genialidad en el monocasco, donde el conductor-piloto se sentaba en el centro, por delante de los dos asientos laterales para pasajeros. Con un centrado de masas perfecto y el apoyo de dos aspiradores eléctricos traseros y uno delantero, la carrocería apenas necesitaba elementos aerodinámicos de apoyo.  El coche, presentado el 28 de mayo de 1992 en el Sporting Club de Mónaco, costaba un millón de dólares. ¡Y se lo quitaron de las manos!

Aun sin aspirador, el McLaren F1 fue un coche mítico

Además, el McLaren F1 fue empleado en competiciones de Resistencia, dentro de la nueva categoría de Gran Turismo. Para ella, Murray desarrollo la versión GTR sin aspiradores (prohibidos) y con alerones, que fue la dominadora durante dos temporadas frente al Ferrari F40 o al Porsche 911 GT2. Incluso se permitió derrotar a los Prototipos en las 24 Horas de Le Mans de 1995, logrando el primer y único triunfo para McLaren.

Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

Falto de proyectos atractivos, abandonó la marca británica en 2005 para formar su propia empresa: Gordon Murray Design. Tras algunas creaciones anecdóticas, como el monoplaza retro “One Formula”, se centró en el desarrollo de un sucesor del McLaren F1: el Supercar T50. Sin duda, es su heredero, aunque ahora lleve un V12 firmado por Cosworth en vez de por BMW y, como aquel, también lleva “aspirador. Pero veinte años han permitido que su tecnología sea mucho más avanzada.

El Murray T50 es la versión actualizada del siglo XXI

Murray define su Supercar T50 como un coche con “efecto suelo forzado”. Porque cuenta con túneles aerodinámicos activos, un aspirador de 40 cm de diámetro y aletas desplegables, todo ello controlado electrónicamente. El conductor –de nuevo sentado en el centro con un asiento extra a cada lado- puede elegir entre varios modos de conducción, desde el “High Downforce”, que aporta la máxima adherencia, hasta el “Streamline”, que permite la máxima velocidad punta. Incluso se puede pulsar el botón “Vmax” para ganar 30 CV electro-híbridos extra durante tres minutos.

Gordon Murray: pasión por las aspiradoras

El Supercar T50 disfruta de un motor V12 Cosworth GMA en posición central. Con 3.994 cm3 y un régimen máximo de 12.100 rpm (que genera un sonido increíble en los escapes) proporciona 650 CV de potencia y 450 Nm de par con gran elasticidad. Naturalmente, va en posición central y es autoportante, como en un monoplaza de F1. Murray ha desarrollado la aerodinámica de su T50 con los ingenieros y túnel del viento del equipo Racing Point (Force India) de Fórmula 1, aprovechando todas sus sinergias. Sólo pesa 980 Kg y cuesta… dos millones de Libras Esterlinas!

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