Rotondas de todos los tipos, y ahora la que faltaba, “la holandesa”

España lleva años construyendo rotondas para la distribución del tráfico circular en cruces o intersecciones. Tantas, que no solo es que seamos una “nación glorieta”, es que las hay de varios tipos, tamaños y hasta “sabores”. Bueno, pues ahora vienen, o mejor dicho, ya están aquí, las rotondas holandesas, que terminarán por imponerse. ¿Cómo son? ¿Cómo se circula en ellas? ¿Qué tienen de especial?

Se calcula que en España hay más de 80.000 rotondas para el tráfico, o glorietas, “a lo largo y ancho de todo el país”. Sí, se dan casos en lo que incluso dos, tres o más seguidas sin que parezca que haya un lógica para ello. Si quieres ver muchos ejemplos de ellas, incluso de algunas muy variopintas, mira aquí.

Pese a la cifra anterior, no somos el país que más rotondas tiene, porque ese primer puesto lo ostenta Francia. Los datos hablan de que los franceses tienen casi mil rotondas (967) por cada millón de habitantes. Es verdad que Francia es más grande, y también que lleva más tiempo construyéndolas y haciendo uso de ellas (Estados Unidos, que es mucho más grande que Francia y España juntas, tiene solo 7.900 rotondas… aunque es un auténtico “bebé” en haberlas incorporado a sus sistema de distribución de tráfico en las carreteras). Suponemos que España, que es el segundo país en esa lista (591 rotondas por cada millón de “almas”) si que debe ocupar el primer puesto en haberlas construido (y subiendo) en tiempo récord. Desde que se inició la primera (hace más de 40 años), nosotros hemos sido más papistas que el Papa.

Rotondas de todos los tipos, siempre redondas eso sí, pero con diferencias

Si eres conductor, incluso si no también, las rotondas en España tienden a ser diversas. No nos referimos a lo que el municipio de turno, o a quien corresponda, pone en el medio, porque ese sería otro tema de estudio. Nos referimos a que de repente puedes entrar en una rotonda mediante un “ceda el paso”, como es lo preceptivo, o a que en otra, además del «ceda» te encuentres un semáforo y el “ceda” pertinente. ¿Para qué hay un semáforo si ya se sabe que la circulación en las rotondas españolas exige el ceda el paso, antes de entrar en ellas? Otro misterio sin descubrir…

Después puede haberlas de un solo carril interior, de dos carriles, de tres o más, minirrotondas, maxirrotondas. Ah, y que además las de dos sean relativamente pequeñas o relativamente grandes o muy grandes. También las hay que no son redondas, e incluso rectangulares… Otro tema es cómo circular por ellas y hacer un uso correcto en la circulación, asignatura pendiente en España tanto o más como los Pasos de Cebra o peatones, los Stop, las incorporaciones a las carreteras o vías rápidas mediante los carriles de aceleración, los semáforos, el uso del cinturón y un largo etcétera. Pero esos son otros asuntos…

También hay casos en los que puedes encontrarte una rotonda de tres carriles que, de buenas a primeras, se queda en dos porque les han pintado rallas para que recortar e invalidar el primer carril interior con el fin de agilizar su uso. Bueno, en realidad lo vemos más como la ineficacia de los conductores a hacer un uso correcto de las mismas y de un intento de Tráfico por evitar esa mala “praxis”.

Después nos “metieron” las turborrotondas. Estas, de las que se habló mucho pero que no han proliferado tanto como se dijo, tienen la particularidad de que los carriles están marcados con líneas continuas, de tal forma que cada carril de la glorieta marca así el destino (entrada y salida), directamente, sin tener que cambiar de carril.. En el fondo, su utilización es distinta a las de las rotondas normales. Se calcula que en toda España entorno a diez construidas y en funcionamiento…

Rotondas de todos los tipos, siempre redondas eso sí, pero con diferencias

Las llamadas “rotondas holandesas” toman su nombre porque en Holanda y en general en los Países Bajos, donde la tradición ciclista es muy alta, han sido ideadas para dar cabida en su utilización no solo a los vehículos a motor, también a las bicicletas. En España ya hay algunas, ubicadas en ciudades como Sevilla, Logroño o Bilbao, aunque no son las únicas. Precisamente por la incorporación, y prioridad, a la circulación de bicicletas, puede que sea un ejemplo que prolifere de aquí a algunos años. Se ha hablado bastante de ellas, aunque quizás no lo suficiente. Y lo peor, se incorporan al tráfico normal “un buen día” sin que a los conductores se nos avise con tiempo y se nos diga cómo hay que hacerlo.

Su funcionamiento es igual que el de una rotonda normal. A excepción de cómo puede verse en la imagen, porque consta de un anillo circular exterior con un carril bici (y pintado como tal). Por ahí tienen que circular las bicicletas. Pero hay más, porque ellas tienen la preferencia. Es decir, si vamos a incorporarnos a una rotonda holandesa, deberemos ceder primero el paso a las bicicletas, si procede, e inmediatamente después, hacerlo también, si es el caso, de los automóviles que se encuentren en su interior. Cuando abandonemos esta clase de rotonda también deberemos ceder el paso a los ciclistas. ¿Doble dificultad pues? Seguramente…

Este tipo de rotonda está pensada no solo para la circulación preferencial de los ciclistas, e incluso de los peatones por encima de todos, también especialmente con el fin de evitar los numerosos accidentes que se dan en estas. Entre 2015 y 2019 hubo un total de 45.000 siniestros con víctimas en España en en intersecciones parecidas, de los que el 10 por ciento fueron en rotondas o glorietas.

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