Para agosto de este año, BMW pondrá a la venta su nuevo X7, con un “cuerpo y alma” muy renovados. Es un SUV de los grandes, el mayor de los del fabricante alemán, que en su interior puede dar cabida a seis o siete personas, y que tiene motorizaciones que llegan hasta los 530 caballos de potencia. Se aprecian rápidamente los cambios por fuera, pero también por dentro.
El nuevo BMW X7 que la marca alemana pondrá a la venta este verano no es una “next generation”, es una actualización del modelo que ahora tiene en venta desde 106.000 euros de precio. Eso, sin embargo, no es óbice para que los cambios realizados sean de más o menos bastante calado, especialmente los que respectan a la estética.
Tres motores donde elegir en la nueva gama del BMW X7
Si empezamos por donde menos cambia este nuevo BMW X7, hablamos de las motorizaciones, a excepción de porque se prescinde de una en la oferta: de cuatro se quedan en tres. Aunque como el rango de potencias es bueno, quizás no se eche de menos. Todos con el cambio automático Steptronic de 8 velocidades y tracción total (xDrive).
En gasolina siguen los motores de 381 y 530 caballos e las versiones xDrive40i y M60i, respectivamente. Este último ahora con hibridación ligera como en el resto de los motores (etiqueta ECO de la DGT para todos). En diésel está el xDrive40d de 340 caballos de potencia. Y ahora que el M60i contará también con hibridación ligera, toda la gama se adjudica la etiqueta ECO de la DGT.
De serie, la amortiguación es neumática con amortiguadores electrónicos. Y como opción, excepto para el M60i que es de serie, BMW propone para el X7 el paquete xOffRoad, las estabilizadoras activas y un sistema de dirección a las cuatro ruedas, entre otras muchas cosas.
Como no podía ser de otra manera, mantiene y mejora una serie de equipamientos de ayuda a la conducción y otros como el programador activo, el Parking Assist, el asistentes de maniobras, el sistema de colisión frontal, etc., etc.
Algunas de las nuevas formas del próximo BMW X7, por fuera y por dentro
Se puede ver claramente que el frontal ha sido totalmente cambiado, y siguiendo las pautas de la propia marca. “Los riñones” de la rejilla son de gran tamaño, pero el paragolpes, y especialmente los faros, ahora en dos secciones (la parte superior para las funciones de intermitentes y luz diurna, y la inferior para las luces de carretera cortas y largas), cambian mucho. Será fácilmente reconocible por esto, sin duda. Por detrás las diferencias son menores, solo por lo que respecta a la distribución de las luces, que no a la formas.
Si pasamos dentro nos vamos a encontrar con un salpicadero diferente, especialmente por las nuevas pantallas digitales que cubren un poco más de la mitad de éste. La del sistema multimedia es de 14,9 pulgadas, más la contigua del cuadro de instrumentos. La presencia de ambas se hace notar de manera significativa. Y como en otros modelos, la panca de cambios pasa a ser de tamaño diminuto casi, o al menos no con el protagonismo que hasta ahora tenía.
Dentro, el BMW X7 es de serie de siete asientos y, opcionalmente, los tres traseros de la segunda fila pueden pedirse solo para dos personas que gozarán de mayor espacio en anchura.