Conseguir contaminar menos, cuánto menos mejor, es un reto al que los fabricantes de automóviles se llevan enfrentado constantemente. Para aquellos motores que no son eléctricos, es decir, que son de combustión, la válvula EGR, la maldita válvula EGR para muchos por los problemas que da, fue una “solución” para hacer recircular los gases de escape otra vez hacia los cilindros a través de la admisión.
La válvula EGR lleva en realidad presente en los motores de combustión interna de los años 70, especialmente al otro lado del Charco, y en Europa desde 1996. Sirve para hacer pasar parte de los gases de escape otra vez al cilindro metiéndolos por la admisión y que se vuelvan a quemar, permitiendo así reducir los NOx, o óxidos de nitrógeno, que salen por el tubo de escape.
El nombre de EGR es por las siglas en inglés de Exhaust Gas Recirculation. Lo que traducido al español es “Recirculación de los Gases de Escape”. En realidad está bastante claro y es bastante sencillo. Por tanto, la válvula EGR está en motores de gasolina y también en los diésel. El problema viene, precisamente, por los inconvenientes que suele producir a la larga en el funcionamiento del motor. No suele ser una avería cara (sobre todo depende del modelo de coche, la mano de obra, etc.), pero sí bastante común por lo que es conocida como “la maldita válvula EGR”. Es un tema muy hablado y “escrito” pero del que nunca está demás volver a ver.
¿Cómo funciona exactamente la válvula EGR?
Para que los gases de escape, o una parte, vuelvan otra vez a la admisión para volver a ser quemados otra vez con el fin de reducir los NOx a la salida del mismo, ambos caminos (colectores) deben comunicarse. Y la válvula EGR hace eso. Además, como su nombre indica (válvula) se encarga de que en determinadas circunstancias se abra para permitir esa conexión, regula esa apertura y/o cierre.
La válvula EGR, por tanto, no está siempre cerrada o siempre abierta, aunque tiende a permanecer más tiempo en el segundo de los casos. Depende de algunos factores. La función de abrir o cerrar se puede hacer mediante vacío o de forma eléctrica que va a responder a las órdenes de la electrónica que a su vez va a tener en cuenta algunos factores como temperatura del motor, demanda de aceleración, etc. Las más modernas son así e incluso suman otro factor, enfriar esos gases de escape a través de un intercambiador de calor para conseguir todavía un mejor resultado en la reducción de los NOx al ser introducidos nuevamente en los cilindros a menor temperatura.
Lo normal es que en circulación normal, por ciudad, esté abierta y muchos de esos gases de escape pasen a los cilindros para ser de nuevo quemados. En esas circunstancias, el motor está caliente, no lo estamos sometiendo a grandes regímenes de revoluciones y por tanto “le pedimos poco”. Claro, que si lo pensamos, meter tanto humo (gran cantidad de suciedad o carbonilla) en la válvula, puede ocasionar problemas, no parece bueno. Y no lo es. Y eso es exactamente lo que pasa. De ahí que mucha gente la anule directamente (aunque no se deba y en muchos casos sea complicado o imposible sin recurrir a tocar la centralita electrónica).
El caso es que meter nuevamente una cantidad de gases en el escape para reducir los gases contaminantes a la atmósfera está bien, pero por otro lado significa que la mezcla de aire y combustible tampoco es la mejor. Por eso, disminuye la potencia. Por eso es bueno, como hacen muchos motores modernos, enfriar todo lo posible esos gases “malditos gases”. El motor también compensa esa falta de potencia si demandamos mucha fuerza (carga). ¿Qué cómo lo hace? Cerrando precisamente la válvula EGR y no permitiendo así la entrada de gases del escape. En realidad está todo pensado, aunque no siempre todas las circunstancias sean las adecuadas. La solución sería entonces ir siempre alto de vueltas, pero está claro que eso no es posible la mayor parte de las veces.
¿Qué problemas ofrece entonces la dichosa válvula EGR?
Seguro que más de uno, de dos, de tres y de cuatro han tenido problemas con la válvula EGR. La acumulación de esa suciedad, la carbonilla como comúnmente le decimos, termina por obstruir sí o sí la apertura y/o cierre de la válvula (suele ser el principal fallo de la válvula EGR, aunque pueden darse otros). Vamos, que esa “puerta” que es la válvula deja de funcionar. Esto acarrea muchos problemas. Especialmente cuando el motor entra en modo “emergencia o protección” en los que hay casos en que se mantiene en marcha pero no deja acelerar. Esta situación no solo es molesta, es peligrosa, porque a veces pasa, por ejemplo, adelantando.
Lo anterior en el peor de los casos, pero que no es poco común. Además ese mal funcionamiento que la centralita electrónica del coche detecta, puede hacer que nuestro automóvil dé tirones, arranque mal en frío, etc. Ahora si nos imaginamos que los diésel echan más humos, los problemas pueden ser mayores o directamente surgir antes y con mayor “virulencia” a la hora de atascar la válvula.
Cuando este fallo se produce, salta la luz de avería de motor en el cuadro de mandos. Por consiguiente, no podríamos pasar una ITV si fuera el caso. Además, el coche estaría contaminando más ya que ese “bypass” no está funcionando correctamente. Por eso, es común oír que hay gente que la ha anulado (no está permitido) y de varias maneras. Desde quitarla y directamente tapar el orificio que dejan (en internet venden estas tapas para determinados modelos), hasta tapar ese agujero y dejar la válvula EGR conectada (y convenientemente sujeta) para que la centralita la detecte. No en todos los coches la segunda opción es válida y si la centralita electrónica, o ECU, no detecta que está colocada correctamente, sigue dando el fallo. Algunos incluso han optado por hacer eso pero han tenido que “tirar” de electrónica y meterse en la ECU para engañar a la centralita. Esto ya son palabras mayores porque requerirá la intervención de un experto que, además, sepa del tema.
Lo mejor para prevenir los fallos en la válvula EGR está en el mantenimiento (limpiar antes de que se ensucie y dé fallos o de que sea tarde y haya que cambiarla). Y en su defecto, en su sustitución (las hay desde 25 o 30 euros…). Lo mejor sería que cada determinados kilómetros, la desmontásemos y la limpiásemos, sin esperar a tener que limpiarla cuando da el fallo, en cuyo caso en algunas ocasiones esa limpieza no es suficiente y toca sustituirla. Dependerá de los kilómetros y, muy especialmente, del tipo de conducción (ciudad, carretera) que hayamos hecho, pero tampoco es que hay que hacerlo cada 10.000 kms. Tampoco es eso. Suele ser fácil pero, si no eres manitas o no te atreves, un profesional mecánica tampoco te va a sacar un ojo en la factura.
Es verdad que dicho mantenimiento también dependerá mucho de dónde esté esa válvula EGR en nuestro coche. En muchos coches, la verdad, es que suele ser una pieza accesible, o relativamente accesible. Así es bastante fácil, o da menos pereza, realizar ese mantenimiento. También conviene echar un vistazo al cableado, las conexiones y los posibles sensores, aunque determinar sus fallos ya no es tan sencillo.
Hay mucha gente que limpia la válvula EGR con gasolina o gasoil. Puede ser una solución, aunque dependiendo del grado de “suciedad” que tenga y del resultado obtenido. También se puede encargar a un profesional que utilice además ultrasonidos, por ejemplo, un método muy limpio y efectivo de hacerlo. También hay productos, como sprays, que ni siquiera requieren de desmontarla. Ah, como lleva juntas, no las reutilices, sustitúyelas por unas nuevas que no suelen ser muy costosas.
Es conveniente mirar también el colector por donde la válvula introduce los gases. Es frecuente que ahí justo también haya carbonilla. Habría que retirarla igualmente, pero aquí vamos ir con cuidad para que no se cuele hacia adentro (admisión) en forma de grumos o “pelotas” de carbonilla, es lo mejor. Pero, un consejo sobre todas las cosas, si ves que la válvula EGR está muy mal, muy sucio, o dudas de ella, sustitúyela por una nueva. No suelen ser excesivamente caras, al menos en coches normales. Ah, tampoco olvides antes de hacer nada para desmontar la válvula, desconectar la batería (aunque sea lo primero que hay hacer te lo decimos lo último para que precisamente no lo olvides).