¿Acabarán siendo negros todos los Fórmula 1?

En competición el peso no es importante: Es primordial. Y la pintura pesa. Y el vinilo pesa. Y los adhesivos pesan. Y por eso a los modernos Fórmula 1 se les quita la pintura, los vinilos y los adhesivos… al menos todo lo posible. Y por eso en casi todos predomina el color negro… Esto no es nuevo… pero, o hacemos algo, o en un par de años la F1 serán carreras de coches iguales y negros.

El tema de los colores de los coches de carreras tiene su importancia. En su momento tuvo mucha, muchísima, antes de la llegada de los patrocinadores o sponsors… como quieras llamarlos… Cuando las carreras comenzaron y hasta más o menos finales de los años 60 los coches de carreras no tenían patrocinadores. Se corría por prestigio de la marca, pero sobre todo de la nación, algo que con la llegada de Hitler se acentuó.

Colores por países

¿Y con que criterio se pintaban los coches? Pues para identificarlos con al país. Los coches ingleses eran BRG, iniciales de Brittish Racing Green, «verde inglés» para entendernos. Los franceses eran de color azul, «Bleu de France», para mí, «azul Francia». Por supuesto, los italianos el «Rosso Corsa», traducido «rojo de carreras». Estos eran los más característicos, pero había más: Amarillo de Brasil o de Bélgica o el Marfil de Japón entre otros.

Pero esto se fue al traste por diversos motivos, pero por culpa de dos genios… En 1932 el reglamento de lo que entonces podía ser lo más parecido a la Fórmula 1, cambio y el peso máximo pasó de 1500 kg a 750 kg.

¿Cuánto pesa la pintura de los coches?

En la Carrera Internacional del Automóvil Club de Alemania 1934, la rivalidad entre Mercedes y Auto Unión (lo que ahora sería Audi) era enorme y el equipo Mercedes tuvo un buen susto: Al ir a verificar el Mercedes de Manfred Von Brauchitsch pesaba 751 kilos, exactamente uno más de lo permitido.

¿Y que hicieron? Pues Alfred Neubauer, el que puede considerarse primer team manager de la historia preguntó a los mecánicos «¿Cuánto pesa la pintura de los coches?» La respuesta fue que más de un kilo, seguro. Al señor Alfred se lo ocurrió lijar la pintura de los coches, cuya carrocería era de aluminio, y luego pulirlos. Los mecánicos trabajaron toda la noche, pero ahorran bastante más de ese kilo y a partir de entonces se acuño el término Silberpfeile, que en cristiano significa «flechas de plata», una denominación que casi cien años después, sigue utilizándose.

Lotus, John Player Special…

¿Quién no recuerdo a los Lotus negros y dorados de John Player Special? No fue ni mucho menos la primera relación de Colin Chapman, patrón y creador de Lotus, con las tabaqueras y los patrocinadores. A Chapman se le conoce por sus revolucionarias ideas técnicas, pero la idea de conseguir dinero a base de patrocinadores no tiene nada de técnica y cambio la F1 y la competición del motor para siempre.

Viendo a finales de los años 60 que otras escuderías contaban con más medios que él llegó a un acuerdo con la tabaquera Gold Leaf y cambio el verde inglés de sus coches por el rojo y oro… y ya nada fue igual.

Colores por marcas

A día de hoy, muchos de los colores de determinadas escuderías de F1 y de otras disciplinas provienen de estas historias: Los Ferrari con rojos, siempre lo han sido; Los Mercedes fueron casi del todo de color plata; los Renault Alpine han vuelto al azul original; y el Aston Martin de Alonso es verde.

En otros casos la presión o la personalidad del patrocinador es tal que se identifican color, marca y patrocinador, como el caso de los Lancia Martini, Los Gulf Porsche o los citados Lotus JPS… Y hay otras escuderías, como por ejemplo McLaren, que tienen un color tradicional, en este caso el naranja australiano. Todo esto está cambiando, porque…

La tecnología también pesa

Pero los Fórmula 1 nunca han sido más pesados de lo que son hoy… y pese a ello, no todo consiguen llegar al peso mínimo. El sistema híbrido, las estructuras de seguridad, las ruedas y frenos más grandes… todo eso pesa. Pero ahí no se puede ahorrar.

Pero se ve que en decoración sí se puede ahorrar… Quizás no sea yo el más indicado para criticar esto. ¿El motivo? Porque en mis tiempos de slot, gracias al libro de Neubauer, era consciente que la pintura pesaba… así que pintaba mis coches lo justo.

«El coche que gana siempre es bonito»

Y eran, lo reconozco, en algunos casos bastante feos. Y todos me lo decían. Pero en esos momentos de zozobra, cuando todos se metían con lo feos que eran mis coches, me acordaba de una frase de otro grande, Mauro Forghieri, ingeniero de Ferrari en la época de Lauda. Recuerdo que en una entrevista se metían con le estética de sus Ferrari 312 de F1 y él respondió: «El coche que gana siempre es bonito».

Así que esa era mi receta: Ganar carreras. En mi caso no sirvió de mucho, todos me seguían diciendo que mis coches eran feos. Pero en la vida real el coche que más se ve en fotos, en la tele, en las películas y en los anuncios, es el coche que gana… Mauro tenía razón.

Antes los coches eran todos diferentes

¿Se puede hacer algo? No se puede: Se debe. No me gusta decir que tiempos pasados fueron mejores, pero ¿os acordáis de la F1 de los años 60 a 80? Había motores de 4, 6, 8 y 12 cilindros… ¡hasta hubo uno de 16! Todos los coches estéticamente eran distintos, ¡hasta hubo uno con 6 ruedas! Y todos iban bien bonitos pintados y-o vinilados… eran inconfundibles.

Y, ¿qué pasa ahora? Los motores, de arquitectura, son todos iguales. Los coches de tamaño son todos iguales. Ya no llevan números claramente visibles y algunos, identificables con el piloto, como el 27 de Gilles Villenueve. Por reglamentación su aerodinámica es muy parecida. El Halo iguala la estética de todos… y si encima todos acaban siendo negros. ¿Cómo los vamos a distinguir?

¡Señores de la F1! Hay que hacer algo… o señores ingenieros, ¿no se puede tintar la fibra de carbono? Sí… o prohibir que esté a la vista.

A lo mejor a alguno esta reflexión le parece un poco banal y a otros el ejemplo que le voy a poner le dará a entender que no veo bien, pero veo perfectamente, a mi avanzada edad no uso gafas!

Y vuelvo a mi argumento: Cuando ruedan en pelotón, ¿soy el único que a veces confunde a los Aston Martín y a los Mercedes? Ahí lo dejo…

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