Fiat Uno Turbo i.e. contra el Renault 5 GT: Desafío turbo

La llegada de los motores con turbo para los pequeños coches utilitarios fue toda una revolución y un deleite para los que nos gustan los coches con carácter. El Renault 5 GT enamoraba mucho, pero si hablamos de sensación de calidad, el Fiat Uno Turbo, ya con inyección electrónica, era el coche.

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Y gracias CAR VERTICAL a nuestra primera «Comparativa Vintage 16V» entre el Opel Kadett GSi y el Volkswagen Golf GTi, que fue un éxito, le sigue ésta, la más demandada, este cara a cara entre el R5 GT Turbo y un coche a veces, injustamente, olvidado: El Fiat Uno Turbo… ¡Hay muchas cosas que contar! Además tanto el Fiat como el Renault son coches muy comprables hoy día como clásico «usable».

Hace algunos años hice una prueba titulada «Soplo mágico», para la revista Autopista. Y es que la tecnología, la simple palabra «turbo», en esas fechas y en estos pequeños coches, hacían furor y era mágicas. Aunque ambos modelos aparecieron en 1985, el Renault llegó primero a España. Y revolucionó el cotarro. De todos los modelos GTi a similares, comenzando por abajo con el Ford Fiesta XR2 y por arriba, por precio, con el Volkswagen Golf GTi, era casi el más barato, pero con cierto margen el más rápido. Esta relación entre precio y prestaciones, o si preferís, entre precio y sensaciones, era lo mejor, sin duda, del este modelo.

Y luego llegó el Fiat Uno Turbo i.e. Estas siglas i.e. tienen su importancia y significan «inizione elettronica», para entender, inyección electrónica. Y es que el motor del Fiat era menos potente que el del Renault, pero mucho más refinado. Vamos a ver lo que daban de sí estos coches, primero por separado.

Renault 5 GT Turbo: Delicado

Aunque sobre el papel los cambios no eran tantos, la diferencia en el comportamiento entre el Renault Cinco GT Turbo FASE 1 y el FASE 2 son enormes. Ya en la prueba criticaba duramente su dirección que en recta flotaba y en curva también tironeaba de lado a lado al acelerar. Si a todo esto le unimos en «carácter» de un motor turbo de los primeros, pues las cosas no eran fáciles.

En el FASE II además de 5 CV más, unas llantas mucho más bonitas y algunos detalles cosméticos, prácticamente estos problemas habían desaparecido y era un coche mucho más agradable y, además, más eficaz. En cuanto al cambio, preciso y razonablemente rápido, y los frenos, muy eficaces, cumplían, que no es poco. Y en el interior…. Pues era un R5, con unos asientos con ciertas pretensiones que sujetaban poco y con una tapicería de una calidad normalita. Lo mismo sucedía con el salpicadero y los materiales del interior, no dejaban de ser los de un coche «utilitario».

En este vídeo te hablamos más en profundidad del Renault 5 GT Turbo.

Fiat Uno Turbo i.e. Refinado

Ya hemos hablado del motor del Fiat Uno, pero no de cómo iba. En las curvas de potencia se ve claramente. Pero ese mayor refinamiento no se quedaba solo en el motor. El interior, con moqueta roja y un salpicadero más «clásico», pero de mucho mejor calidad de materiales, marcaban las diferencias. Al igual que los asientos su tapicería, de mucho mejor aspecto y sensación de «calidad percibida». En resumen, el Fiat parecía un coche de categoría superior.

Su comportamiento era también más reposado, menos eficaz, más subvirador, pero más preciso. A cambio los frenos estaban un punto por detrás del R5 y el cambio, siendo más suave, era algo más lento y en caliente, un poco «pastoso».

¿Deportivo o Gran Turismo?

No hay que olvidar que ambos coches derivaban de lo que entonces denominábamos «pequeños polivalentes», o sea coches pequeños que valían para todo. Pero en el Renault 5 GT Turbo el carácter era decididamente deportivo, mientras que el en Fiat Uno, se acercaba más al concepto Gran Turismo, en de un coche de destacadas prestaciones, pero más discreto y que no renuncia al confort y al equipamiento.

En general, como coche para el día a día y para largos viajes a buen ritmo, el Fiat se situaba por encima. Además, insisto en un punto: La calidad percibida del Fiat era claramente superior a la del Renault. Simples detalles como la moqueta roja del Fiat, por cierto, como llevaba otro rival, el Peugeot 205, marcaban diferencias. Además, en esa época, en España, los Fiat era casi una marca Premium, debido a su escasez, hablamos de forma relativa, y a la elección de la gama por parte del importador, dando prioridad a los modelos más altos de gama.

Pero… «el corazón tiene razones que la razón no entiende». Cuando te bajabas del Fiat Uno Turbo i.e., impresionado por lo bien que iba ese coche, y te subías en el R5 GT Turbo, a los pocos kilómetros, si eras como yo un apasionado de los coches «que corren mucho», alguna neurona se movía en tu cabeza que te impedía ver las cosas con claridad. Además, la llegada del FASE2 supuso un notable cambio a mejor en cuanto a comportamiento. Hoy no hay conclusión, porque el vencedor será nuestro coche del día.

Coche del día

Os confieso una cosa. Cuando leo las pruebas que escribí hace 40, 30 ó 20 años, confirmo casi al cien por cien todo lo que dije en su momento. Pero hay cosas que cambian: La perspectiva que te da el tiempo y la libertad que tengo ahora de decir lo que me da la gana. ¡Ojo! No me refiero a presiones por parte de la editorial para que pusiese bien a un coche o mal a otro, sino al sentido de la responsabilidad.

Lo digo siempre: Una marca diseña un coche, decenas o cientos de ingenieros trabajan en él, invierten millonadas, expertos probadores de la marca hacen miles de kilómetros… y luego, llega un chaval de 25, 30 ó 35 años a hacer de juez absoluto… No, creo que no lo hice mal y que no lo hicimos mal en general. Pero ese peso de la responsabilidad ahora no lo tengo.

Todo este preámbulo es para decir que pasados unos cuantos años desde que escribí sobre estos coches, llegué a la conclusión que el Fiat Uno Turbo i.e. es un coche más «redondo», más recomendable, incluso mejor hecho. Pero ya lo he dicho antes: El corazón tiene razones que la razón no entiende… el R5 GT Turbo, aunque no te convenza del todo, como le pasaba al FASE1 por su dirección, enamora. Y, a día de hoy, cuando vuelvo a probar uno, me vuelvo a enamorar…

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