Antes de que llegaran los patrocinadores, los coches de competición lucían sus “colores nacionales”, atribuidos por el conde Zborowski en la Copa Gordon Bennett de 1900. El rojo-Italia, el azul-Francia o el “British Racing Green” acompañaron a los “bólidos” hasta 1968, cuando la norma fue derogada. Aún hoy estos “Racing Colours” siguen vivos en marcas como Ferrari, Aston Martin, Alpine o Mercedes pero ¿qué significado tienen?