Quadrifoglio significa trébol de cuatro hojas en italiano, un símbolo de la buena suerte. Y también un emblema que acompaña a todos los modelos más deportivos de Alfa Romeo desde hace un siglo. En ese tiempo ha pasado de superstición a emblema. Pero ¿cuál es el origen de esta leyenda y por qué se sigue usando en la actualidad?
“Il Quadrifoglio” –en italiano- es una constante en los costados de muchos modelos de Alfa Romeo desde 1923. Es un signo de deportividad, de prestaciones, de prestigio heredado de las carreras. Desde los años ’80 también es el apellido de determinadas versiones de carretera que destacan por su potencia y por su bastidor o por su equipamiento especial. Un emblema a no tomarse a la ligera cuando se ve uno por la carretera.
Un símbolo de buena suerte introducido hace cien años
El trébol de cuatro hojas, símbolo de la buena suerte, cruzó su camino con Alfa Romeo de manera casual hace cien años. Uno de sus pilotos oficiales, Ugo Sivocci, harto de su mala fortuna, pintó en el capó delantero dos grandes rombos blancos con sendos tréboles verdes de cuatro hojas en su interior. No sólo servía para identificar su coche de lejos de los demás del equipo, sino también porque creía firmemente que le daría la buena suerte que necesitaba.
Sivocci era amigo de Enzo Ferrari, otro de los pilotos oficiales de Alfa Romeo, junto a Antonio Ascari y a Giulio Masetti. El cuarteto conducía los bólidos rojos de Arese de carrera en carrera durante la temporada de 1923. Aunque llevaba en la escudería desde 1920, Sivocci era el eterno segundón tras sus compañeros, cosa que achacaba a su permanente mala suerte. Por eso se decidió a pintar los tréboles ante la disputa de la Targa Florio en Sicilia.
Sivocci ganó la Targa Florio de 1923 con el trébol en su Alfa Romeo
La Targa Florio, creada en 1906, era la carrera más dura y famosa de su tiempo. Aún no existían las Mille Miglia o las 24 Horas de Le Mans, ni tampoco la Fórmula 1. Se disputaba sobre el enorme circuito de Le Madoníe: 108 Km de carreteras mal pavimentadas de la isla. Se daban cuatro vueltas (432 Km) ¡en ocho horas o más de competición! Ganaba el que superaba la terrible prueba de resistencia, no el más rápido.
El 15 de abril de 1923 se disputó una nueva edición de la Targa Florio y Alfa Romeo inscribió cuatro RL-S para Ferrari, Sivocci, Ascari y Masetti. Aunque la marca partía como favorita, nunca había ganado la prueba tras una docena de participaciones… Y, una vez más, sus compañeros fueron más rápidos, pero Sivocci vio como abandonaban o tenían problemas uno tras otro. Tras una carrera perfecta, cruzaba primero la meta a una media de 59 Km/h tras siete horas y dieciocho minutos.
Sivocci se mató ese año en Monza, sin el «quadrifoglio»
Sivocci atribuyó su éxito a la buena suerte que le dio su “quadrifoglio”, pintándolo también en sus otros coches aquel año. En todos, menos en el Alfa P1 con el que iba a disputar el Gran Premio de Italia en Monza cinco meses más tarde. En los entrenamientos se salió de la pista y se mató. Tenía 38 años. En su honor, sus compañeros de escudería adoptaron a partir de entonces los “quadrifloglios”, pero sobre un triángulo blanco: la cuarta esquina correspondía a Sivocci.
Desde entonces, el “quadrifoglio” identificó a todos los Alfa Romeo oficiales de competición. En 1925 uno de ellos ganó la prueba inaugural del Campeonato Grand Prix. También los dos primeros títulos Mundiales de Fórmula 1 en 1950 (Farina) y 1951 (Fangio). Durante la década de los ’30, logró cuatro victorias consecutivas en las 24 Horas de Le Mans. Y, antes y después de la Guerra, once triunfos en las Mille Miglia, a sumar a nueve en la Targa Florio siciliana.
Un trébol de cuatro hojas en todos los Alfa Romeo de carreras
Durante los años ’60 el “quadrifoglio” fue el distintivo principal de los Alfa Giulia GTA de Turismos y de los Sport-Prototipos de las décadas siguientes, que lograron dos Campeonatos del Mundo de Resistencia. A partir de los años ’80, “Quadrifoglio” fue una versión de acabado en los modelos de producción: las gamas Alfasud, Alfasprint, 33… contaron con ella para empezar. Llevar el trébol en los costados significaba tener un Alfa Romeo aún más especial.
Aunque siguió empleándose en todos los modelos de competición –Fórmula 1 incluida- en los de serie fue restringiéndose su uso. Ha sido en las últimas décadas cuando se ha recuperado la denominación, especialmente aplicada a las versiones más potentes, como las que llevan las siglas “GTA” aparejadas. El último Giulia GTA “Quadrifoglio Verde” definía una variante dotada de un motor, de una arquitectura y de unas prestaciones que no compartía con sus hermanos de gama. Larga vida al “quadrifoglio”, entroncado con la leyenda de Alfa Romeo.
