¡Invierta en coches de pedales!

Hay juguetes que son piezas de coleccionista, pero determinados coches de pedales para niños ya están cotizándose como auténticos automóviles clásicos. Un ejemplo es el Austin J40, un icono de la juguetería británica, que ya alcanza precios cercanos a los 10.000 euros. Eso, sin contar con modelos mucho más exclusivos, como los famosos Bugatti Bebé, que llegan a cifras astronómicas en las subastas.

Austin J40

Ya se sabe que el coleccionismo alcanza desde los vehículos exclusivos a la “automobilia” (miniaturas, libros, documentos, publicidad…) asociada a ellos. Y los coches a escala para niños –bien sean de pedales o de motor- han sido una constante desde comienzos del siglo pasado. La mayoría provenían de jugueteros, pero algunos eran apadrinados (si no producidos directamente) por las propias marcas de modelos reales.

El Bugatti Bebé de 1927 es el juguete más costoso

Destinados a “niños ricos” o, mejor dicho, a sus caprichosos padres (que querían tener la pareja en dos escalas diferentes) estas piezas –llamémoslas oficiales- siempre tuvieron un precio desorbitado y se produjeron en pequeño volumen. El ejemplo más conocido es el Bugatti 35 “Bebé” (o tipo 52), creado para el hijo mejor de Ettore Bugatti, Roland, en 1927. Ante la avalancha de pedidos, se fabricaron finalmente 500 unidades en dos longitudes diferentes y con motor eléctrico. Ni pensamos en lo que valen hoy en día. Baste decir que “The Little Car Company” fabrica hoy una nueva versión que ronda los 60.000 euros…

Austin J40

En Inglaterra, la popular marca Austin decidió abrir una nueva línea de negocio con coches de pedales. Sir Leonard Lord, su presidente, eligió construir la fábrica en Bargoed, en el Sur de Gales, empleando a ex-mineros afectados de Pneumoconiosis. La “Austin Junior Car Factory” fue inaugurada en 1949 y, para entonces, ya se habían creado hasta cuatro prototipos del J40 y probados con niños de diversas familias, detectando todos los fallos y problemas.

El Austin J40 de pedales se fabricó entre 1950 y 1971

Sin embargo, el primer Austin Junior que salió de la factoría fue el Pathfinder, un monoplaza de carreras inspirado en el Austin Seven de los años ’30. Pero tuvo poco éxito y su producción cesó al cumplirse el primer año. En 1950 fue relevado por el nuevo J40, inspirado en el rechoncho Austin Devon/Dorset, que fue un triunfo comercial y se fabricó ¡hasta 1971! Nada menos que 32.098 unidades salieron de la pequeña factoría.

Austin J40

El “Joycar”, como era conocido dentro de la propia marca, ofrecía una gran calidad y era el mejor coche de pedales del mercado. La carrocería era de chapa, con abundantes piezas cromadas. El mecanismo de pedales carecía de cadena (iba por cigüeñal). Pero lo principal es que contaba con una pequeña batería que encendía los faros y hacía sonar el claxon. Ambos capós se abrían y, bajo el delantero, había una “tapa de balancines” típica Austin y cuatro bujías con sus cables. Hasta las ruedas (desmontables y con tapacubos cromados) equipaban neumáticos Dunlop.   

El Austin J40 fue tan popular como el osito Teddy

Miles de unidades aún se conservan y aún siguen apareciendo en desvanes y trasteros. Tantos, que empresas como “J40 Motor Company” se han creado para repararlos, restaurarlos, suministrar piezas y recambios y –desde este año- reproducirlos oficialmente como “Continuation”. El Austin J40 es uno de esos símbolos de la infancia británica como el osito Teddy. En el extraordinario Goodwood Revival se organiza para ellos la “Settrington Cup” cada año… desde hace una década. Setenta niños de entre 5 y 10 años corren hacia ellos como en las 24 Horas de Le Mans y esprintan una centena de metros por la recta del mítico trazado británico.

Austin J40

Hasta el momento, todos ellos eran ejemplares del J40 originales, más o menos restaurados. Con tantas unidades fabricadas y nuevas piezas de reparación en el mercado, no era difícil dejarlos en perfecto estado. Sólo el óxido podía ser su mayor enemigo. Ahora, J40 Motor Company produce de nuevo la carrocería estampada sobre moldes actuales. Y puede ofrecer por vez primera desde 1971 unidades completas idénticas a las originales. Además, en Goodwood Revival (en septiembre) se presentará un libro sobre la historia del Austin J40, así como “merchandising” y un completo catálogo de recambios y accesorios.

Austin J40

También se comunicará el precio final de las unidades “Continuation”, ya que las “clásicas” obtienen precios de vértigo en las subastas. En Inglaterra se han pagado últimamente de 1.500 a 1.700 Libras Esterlinas por piezas en perfecto estado. Y en EE.UU. las pujas han llegado hasta los 9.300 dólares. Una barbaridad por un coche de pedales con tanta y tan larga producción. Lo que está claro es que –aparte de un capricho para niños grandes- son un pozo para invertir, como lo son los coches clásicos de verdad. 

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