Mk IV es como fue llamada la última y más potente versión del mítico Ford GT40 de los años ’60. Y “Mk IV” ha sido denominada la más extrema y última de la actual tercera generación del Ford GT. Fabricado en exclusiva por Multimatic, el moderno Ford GT Mk IV presenta una carrocería radicalmente diferente, mayor cilindrada en su motor y hasta una distancia entre-ejes más larga.
Ford lleva despidiendo al superdeportivo GT desde hace un lustro. Cada año lanza una versión más “aniversario” exclusiva y limitada, frecuentemente inspirada en su ancestro de la primera generación, que tantos éxitos logró en las carreras de Resistencia de los años ’60. Pero ahora le llega el “canto del cisne” final y, para ello, han decidido crear una pieza única y realmente diferenciada de los anteriores. Vamos, lo mismo que ocurrió en 1967 con el famoso Ford Mk IV, que no era una evolución del Mk II ni del GT40.
Un Ford GT totalmente transformado por Multimatic
La empresa de ingeniería de competición, Multimatic Special Vehicles Operations, ha sido comisionada por Ford Performance para realizar esta última y definitiva versión del GT. Partiendo del monocasco original, se ha replanteado todo lo demás, desde el motor a la carrocería. Naturalmente, no es un modelo de carretera, sino de circuito (track days), con unas prestaciones superlativas y 800 CV de potencia.
El motor es un V6 EcoBoost con cilindrada aumentada y doble turbo, que proporciona esos 800 CV, acoplado a una transmisión y caja de cambios de competición pura, que es capaz de absorber su enorme par. También se ha alargado la batalla (distancia entre-ejes) para mejorar la estabilidad, mientras las suspensiones son las Adaptive Spool Valve (ASV) de Multimatic. Pero para conseguir un buen comportamiento en pista, también se ha replanteado la aerodinámica.
Una carrocería de carbono completamente rediseñada
Como ocurrió en el GT40 Mk IV de 1967, donde Ford empleó por vez primera una carrocería “larga” para conseguir mejor apoyo y más velocidad punta. Entre Multimatic y Ford Performance la han rediseñado completamente, con un morro completamente distinto y un capó trasero más largo, coronado por un gran alerón. Todas estas piezas han sido realizadas en fibra de carbono, como si de un coche de carreras se tratase.
El Ford GT40 Mk IV original también era un compendio de toda la tecnología de Ford en la época, adelantándose a su tiempo. En 1966 ya emplearon un monocasco realizado de paneles de aluminio y “nido de abeja” encolados. Construido por la empresa filial Kar Kraft como “Ford J”, el prototipo tuvo, sin embargo, muchos problemas aerodinámicos que concluyeron con el accidente mortal de Ken Milles. Y el Ford J fue archivado.
El GT40 Mk IV tuvo una carrera fulgurante en 1967
Sin embargo, el proyecto fue resucitado para luchar contra el nuevo Ferrari 330 P4 en 1967. El equipo de Carroll Shelby evolucionó el “J” en tiempo récord (cinco días en el túnel del viento) para convertirlo en el GT40 Mk IV. Fue un coche vencedor desde su debut, en las 12 Horas de Sebring. Luego sólo participó en Le Mans, donde el pilotado por Foyt-Gurney realizó una carrera impecable, consiguiendo una segunda victoria por delante de Ferrari. Y no volvió a competir más.
El moderno Ford GT Mk IV fabricado por Multimatic estará limitado a 67 unidades, en homenaje a la victoria de su antecesor en Le Mans. Y costará 1.700.000 dólares… aunque sólo para aquellos clientes que superen la estricta selección de Ford. Serán fabricados a mano en las instalaciones de Multimatic en Markham, Ontario; y se espera que se entreguen las primeras unidades en primavera de 2023. Sin duda un auténtico coche de colección que pronto costará muchísimo más.
