El toro bravo y la marca Lamborghini están firmemente unidas desde su creación. Ferruzzio Lamborghini –su fundador- era Tauro y quiso que sus automóviles deportivos llevaran ese símbolo y también nombres de morlacos famosos. De todos ellos, el Miura fue su gran creación. Y sigue siendo uno de los inmortales deportivos italianos de los años ’60.
Cuenta la leyenda que Enzo Ferrari no quiso vender uno de sus coches al industrial Ferruzzio Lamborghini, fabricante de tractores. Y que éste le desafió a construir mejores deportivos que los nacidos en Maranello. Pero lo que podía parecer una fanfarronada se convirtió en una realidad: antes de terminar la década de los ’60, Automobili Lamborghini ya era una de las firmas más prestigiosas en todo el mundo.
Ferruzzio Lamborghini era un mecánico de vocación
Ferruzzio nació en una familia de granjeros próxima a Ferrara, pero pronto sintió interés por la mecánica y se mudó a Bolonia para trabajar en un taller. Durante Guerra Mundial, años más tarde, se curtió como mecánico especializado en todo tipo de vehículos militares -italianos, alemanes y británicos- en su destino, en la isla de Rodas. Al licenciarse, se quedó allí reparando tractores, camiones y automóviles.
De regreso a Italia en 1946 comenzó a fabricar pequeños tractores agrícolas reciclando material de guerra. Pese a que tuvo que hipotecar hasta la granja familiar, triunfó de pleno. Durante los años ’50, Lamborghini se convirtió en una de las principales fábricas italianas de vehículos agrícolas, amasando una considerable fortuna. Sin embargo, Ferrari no le consideró digno de comprar uno de sus coches… y surgió la disputa.
Lamborghini se instaló en Sant’Agata Bolognese
Testarudo como su signo del zodiaco –Tauro- Ferruzzio abrió en 1963 una nueva empresa destinada a la fabricación de automóviles deportivos en Sant’Agata Bolognese: Automobili Lamborghini. Su objetivo no era la competición, como su rival de Maranello, sino la producción en serie de vehículos de lujo y altas prestaciones con estilo puramente italiano. Se introdujo en el mercado con el 350 GT, pero logró el éxito definitivo con el Miura, en 1966.
Ferruzzio se rodeó de jóvenes ingenieros con futuro, como Paolo Stanzani y Gianpaolo Dallara. Ellos concibieron el Miura como un coche completamente original: con motor V12 situado tras el conductor ¡y en posición transversal! Además, Carrozzería Bertone le aportó unas líneas avanzadas para su época, que cautivaron a todo el mundo. Lamborghini contaba con vender unas 50 unidades… y acabó fabricando 763 entre 1966 y 1973.
Stanzani, Dallara y Bizzarrini crearon el inmortal Miura
El motor V12 de 4 litros y unos 350 CV era una joya y un sello de Lamborghini. Y fue diseñado por Giotto Bizzarrini, precisamente el “padre” del 250 GTO y uno de los ingenieros que Ferrari despidió por quejarse de las injerencias de su mujer en el trabajo. Bajo la dirección técnica de Stanzani, este V12 se fue refinando y equipó a muchos modelos, como el Urraco, el Espada o el Countach. Motor V12 y diseño italiano eran las bazas principales para conquistar mercados millonarios, como el norteamericano.
El Lamborghini Miura estuvo en producción durante siete años y fue evolucionando con las versiones P400, P400S y P400 SV. Cada vez con mayores refinamientos y también con mayor potencia: pasó de 350 a 385 CV en las versiones finales. Nunca modificó su línea dibujada por Bertone (incluyendo sus originales faros retráctiles), sobreviviendo a otros modelos de la marca –todos ellos espectaculares- pero que no calaron tanto en el público.
Lamborghini pasó el testigo y la marca ha pervivido
Ferruzzio Lamborghini vendió su empresa en 1973 y falleció en 1993. Pero su marca sigue viva bajo la batuta del Grupo VAG (Audi-Volkswagen), con modelos tan espectaculares como el Diablo, Huracán, Aventador… incluso SUV como el Urus. Y ahora, con el Aventador Ultimae, se cierra el ciclo del mítico motor V12 atmosférico para pasar a la tecnología híbrida en toda la gama.
