Un incendio en la fábrica de Browns Lane en 1957 interrumpió la fabricación del famoso Jaguar XKSS, del que sólo sobrevivieron dieciséis unidades. En 2016, la marca británica decidió completar la serie prevista de veinticinco, refabricando los nueve destruidos por el incendio. Una labor titánica, porque no se conservaban planos, ni los coches supervivientes eran iguales entre sí.
Jaguar había dominado las 24 Horas de Le Mans en la década de los ’50 obteniendo cinco victorias absolutas, primero con el C Type y luego con el avanzado D Type desde 1954. Debido a su dominio, la Autoridad Deportiva Internacional acabó cambiando el reglamento y dejando obsoletos aquellos coches invencibles. Aun así, el equipo privado “Ecurie Ecosse” consiguió el sexto triunfo en 1957, cuando la marca ya se había retirado oficialmente de la competición.
El Jaguar XKSS era la versión rutera del mítico D Type
Los Jaguar D Type tenían alta tecnología aeronaútica en su construcción semi-monocasco y ofrecían una aerodinámica extraordinaria, junto al potentísimo motor de 6 cilindros en línea de 3,8 litros. Era una pena arrinconarlo, así que Sir William Lyons, patrón de la marca, decidió fabricar veinticinco unidades de carretera con destino al rico mercado norteamericano. Sería lo que un Hypercar a día de hoy. Recuérdese que el famoso modelo E Type no apareció hasta 1961.
Los ingenieros de la fábrica de Browns Lane pronto modificaron el coche de carreras para su uso por la calle. Se añadió una segunda puerta en el lado del acompañante, se eliminó el refuerzo central que separaba los dos asientos y también los espectaculares reposacabezas aerodinámicos del capó trasero. En aras de la seguridad se implementó un parabrisas de cristal, ventanillas en las puertas y faros más grandes, así como una capota de lona, varillas cromadas, parachoques y luces de posición procedentes del XK140.
Carrocería del XKSS con tecnología de vanguardia
El motor de 3,4 litros perdió algunos caballos, pero dulcificó su entrega de potencia, aunque ofrecía la notable cifra de 260 CV para un peso total ligerísimo. La carrocería de sección oval estaba realizada con lámina de magnesio, batida a mano sobre un molde de madera. La pequeña cadena de producción artesanal estaba en pleno apogeo en febrero de 1957, con algunos ejemplares del “roadster” ya terminados y otros aún en fase de montaje.
Un violento incendio se declaró durante la noche del 12 de febrero en la factoría de Browns Lane, destruyendo parte de las instalaciones y nada menos que nueve de los Jaguar XKSS. Lyons ordenó terminar las restantes unidades, así que sólo dieciséis salieron finalmente de la fábrica, destinados principalmente al mercado estadounidense. Uno de ellos, pintado en el clásico “Sherwood Green”, acabó en manos del actor y piloto Steve McQueen. Y fue de sus coches favoritos.
Jaguar Classic recuperó los XKSS destruidos en 2016
En su afán por recuperar la historia de la marca, la moderna Jaguar Classic decidió recrear en 2016 las nueve unidades desaparecidas, adjudicándoles sus números de chasis originales. Fue una tarea más difícil de lo esperado, porque no sólo se había perdido el molde de madera, sino también los planos. Hubo que escanear en 3D varias unidades supervivientes –distintas entre sí- para “redondear” las dimensiones de los nueve XKSS de nueva factura. Luego fueron construidos siguiendo los procesos manuales de entonces y con el máximo de piezas originales.
Tras dieciocho meses de trabajo, Jaguar Classic pudo presentar su primer XKSS de nueva generación. Se tuvo que recrear el molde para la carrocería, encargar tubos y tornillería especial en medida “Imperial” británica (no métrica), soldar los componentes con bronce (como en 1957) y recrear los frenos de disco y llantas de magnesio Dunlop. Bloques y culatas de hierro del motor de seis cilindros en línea y 3,4 litros tuvieron que fundirse de nuevo. Alimentado por los tres carburadores Weber ofrece 262 CV de potencia.
Los XKSS nuevos cuestan un millón de libras
El interior fue clonado exactamente, desde los relojes y manómetros Smiths hasta los interruptores Lucas, pasando por el cuero de los asientos y salpicadero, cosido con el mismo pespunte de 1957. Tan sólo se ha modificado lo legalmente obligatorio, como el uso de un depósito de gasolina deformable. Cada unidad ha requerido 10.000 horas de trabajo y, el precio final lo refleja: nada menos que un millón de libras esterlinas.