T.33, otro súper coche de 615 caballos y casi 2 millones de euros

Gordon Murray Automotive es la empresa con la que el conocido ingeniero de Fórmula 1 fabrica súper coches. Ya tiene el T.50 y ahora acaba de anunciar el T.33, del que se harán solo 100 unidades en todo el mundo y que tiene un precio de 1,65 millones de euros antes de impuestos. Ofrece una carrocería ligera para sus dos plazas, con un motor de gasolina atmosférico de 12 cilindros en V y 615 caballos.

Gordon Murrary no deja de asombrar al mundo con sus creaciones, aunque sean en un número limitado de modelos y unidades. El conocidísimo ingeniero de Fórmula 1, y su empresa Gordon Murray Automotive, acaban de anunciar el modelo T.33, que se venderá en 2024. Se trata de otro de sus súper coches, por debajo del T.50 que lanzó hace poco tiempo.

Carrocería de 4,40 metros de longitud, dos plazas y aerodinámica activa

Este T.33 se caracteriza, cómo tampoco podía ser de otra forma, por una carrocería muy aerodinámica y cuidada. Mide 4,40 metros de longitud, 1,85 de ancho y solo 1,13 metros de alto. Es, por tanto, muy bajito, y por ello, entre otras cosas, bastante aerodinámico.

En general, carece de deslumbrantes alerones y todo eso. Solo detrás tiene uno no muy grande que es activo, es decir, se pliega o levanta según se desee su inclinación. Funciona con un programa que permite seleccionar modo Automático, High downforce y Brake Boost. Delante del coche hay un toma de aire que se encarga de llevar el aire hasta el difusor trasero para generar un importante efecto suelo. En general, todo este estudiado sistema también supone una verdadera virgería desde el punto de vista de ingeniería.

En el habitáculo todo está pensado principalmente para que el conductor se centre precisamente en la conducción del mismo, podría decirse que sin demasiadas florituras. Como en aquel McLaren F1 de hace décadas, no hay monitores digitales tan de moda ahora y el cuentarrevoluciones no solo está colocado en el centro, es que también es analógico.

Motor V12 atmosférico de 4. 0 litros y 615 caballos más un eléctrico y etiqueta ECO

En cierto modo, tanto el T50 (de tres asientos en su interior) como el T.33 de Gordon Murray se asemejan mucho a la idea de aquel McLaren F1 de 1992 y vamos a ver por qué. El conjunto del motor del T.33 es como el del modelo T.50 de Gordon Murray, aunque con menos capacidad de subir de vueltas en lo que se refiere al de gasolina. Eso no significa que no sea interesante precisamente. Es, por tanto, un motor V12 de 4.0 litros de cilindrada y nada menos que 615 caballos. Para no perder ningún detalle, bata decir que encima es un propulsor desarrollado en colaboración con Cosworth, que siempre ha sido garantía de motores deportivos muy buenos.

Los cambios, o más bien las operaciones, a que ha sido sometido el motor del T.50 para que adaptarse a los requerimiento marcados en el T.33 tienen que ver con el nuevo sistema de admisión y escape y los árboles de levas. Claro está también, la gestión electrónica es distinta, como tampoco podía ser de otra manera. De la misma forma, hay otra serie de cambios que incluso atañen a los soportes del motor.

Así, el motor del T.33 alcanza las 10.500 revoluciones por minuto, 500 menos que en el T.50, y proclama un par máximo de 451 Nm a 9.000 vueltas, 16 menos que la versión de la que parte. Y aunque los datos aportado no suelen ser los habituales, el T.33 anuncia que el 75 por ciento de ese par está disponible desde 2.500 vueltas, y que a 4.500 vueltas ya está el 90 % del mismo, mantenido hasta las 10.500.

Este V12 está acompañado también de un motor eléctrico de 27 caballos de potencia cuya función es producir corriente eléctrica con una red de 48 voltios. Gracias a esta hibridación, el T.33 es etiqueta ECO en la distinción medioambiental.

La caja de cambios no es automática, no al menos la de serie. Es manual y de seis velocidades con un peso de 82 kilos y fabricada por Xtrac. En opción, Gordon Murray Automotive ofrece una automática, o más bien, semiautomática que debe ser del tipo CVT ya que se anuncia como un cambio sin continúo y sin interrupciones de par. La tracción es trasera con control con un diferencial de deslizamiento limitado. Además de eso, el T.33 cuenta con control de estabilidad y tracción desconectables.

Del T.33 se anuncia que solo se fabricarán 100 unidades (como el McLaren F1…) y que su precio es de 1,65 millones de euros antes de impuestos. Aunque parezca un precio elevado, que lo es para el común de los mortales, entre estos súper coches, curiosamente, no es el más elevado. Hay muchos que sobrepasan esa cifra de largo, como los Bugatti, los McLaren, etc.

Fibra de carbono para un ligereza muy buscada y un ajuste deportivo en todo el conjunto

Cómo no, el chasis del T.33 no podía ser de otro material que de fibra carbono, cuya utilización también tiene mucho que ver en muchas de las partes de la carrocería. Este material, más que conocido, es ligero y también extremadamente resistente.

El peso anunciado del T.33 es de 1.090 kilos, curiosamente 104 kilos más que el T.50, aunque hay que tener en cuenta que es un poco más largo. Eso le hace tener un relación peso/potencia de nada menos que 1,77 CV/kg. No está nada mal aunque pesa más, pero que nada mal.

Está claro que este biplaza contiene un ajuste deportivo en toda su fórmula. Y para ello, claro, las suspensiones son totalmente de carreras, a base de triángulos superpuestos en ambos ejes. Para el eje delantero se ha dispuesto una barra estabilizadora de aluminio, mientras que en el posterior hay unos brazos de suspensión agregados para este fin y cuyos anclajes están fijados en la propia caja de cambios.

Los frenos son de discos carbocerámicos con pinzas de 6 pistones para las ruedas delanteras y de 4 para las traseras. Delante monta ruedas de 19 pulgadas y 8,5 pulgadas de garganta en medida 235/35 de neumático, y detrás hace lo propio con 20 y 10,5 pulgadas, respectivamente, con gomas de 295/30. La marca es Michelin y el modelo es el Pilot Sport 4S.

La opinión de Garaje Hermético

Coches de este tipo ya hemos dicho que son el alma del automovilismo. Aunque sean inalcanzables para la mayoría, son más que un sueño porque tecnológicamente tienen mucho que ofrecer.

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