Hace poco en una página Web leía: «Probamos el coche a fondo…hicimos más de 300 km»… esbocé una sonrisa… «más de 300 km». ¿Eso es a fondo? Y se me ocurrió hacer este vídeo para contaros como probamos los coches cuando tuve la fortuna de ser probador.
A vosotros, a mis amigos, os lo he comentado muchas veces: Me siento un afortunado. Y es que considero que tuve la fortuna de vivir la era dorada de la prensa del motor, cuando se probaban los coches de verdad. Quizás no hagan falta estas pruebas por diversos motivos: Porque no las demanda el lector o porque no son necesarias. Y es que antes los coches eran muy distintos unos de otros y había que explicar cosas…
Conducción deportiva
También es posible que las marcas fuesen más proclives a mentir o, al menos, a exagerar y había que comprobar los datos. Ahora no es que las marcas sean más serias, toda la sociedad es más seria y estas cosas no se pueden hacer… incluso los consumos homologados de los años 70, 80 y 90 eran tan alejados de la realidad… ¡que no los citábamos en las pruebas!
Otra cosa que influye: Antes se podía hablar de conducción deportiva y no pasaba nada, incluso publicábamos los recorridos de pruebas que hacíamos a velocidades completamente ilegales… y no pasaba nada. Todo eso ha cambiado, para bien y para mal. Y digo para bien, porque hay menos víctimas de tráfico y eso, sin duda, es lo más importante.
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Aunque soy un fiel creyente que la seguridad no esta reñida con disfrutar al volante y que los limites exagerados no son más seguros, sino puede que incluso pueda ser, al contrario, porque los conductores, en coches y autopistas modernas, a 120 km/h, se aburren y se distraen con otras cosas… pero ese es otro tema y si queréis, otro vídeo.
Pruebas y más pruebas de coches
Como «jefe de pruebas» y luego «director técnico» mi trabajo comenzaba por elegir qué coches probar y que comparativas hacer, lo que dependía de nuestros intereses y de la disponibilidad de las marcas. Cuando por fin teníamos el coche en la redacción y antes de comenzar la prueba llamábamos al archivo para que nos subiesen toda la documentación oficial, básicamente los datos técnicos.
Y yo rodando con el coche lo primero de todo eran las fotos… Con las fotos hechas, incluso a veces aprovechando el «viaje» íbamos al banco de rodillos, donde mediamos la potencia del coche, cosa no tan fácil como parece.
A continuación, teníamos dos tipos de recorridos de prueba, tres circuitos fijos u «obligatorios»: Uno del de mínimo consumo, otro el mixto y otro el urbano de 323,3 km, 370,5 km y como mínimo 100 km el de ciudad. Y luego hacíamos al menos otros dos o tres «libres» y a velocidades absolutamente ilegales, como tranquilamente reflejábamos en el cuadro al efecto. Además de estos recorridos en los que medíamos el consumo, cada probador tenía «su» circuito de referencia, incluso a veces, dependiendo del coche.
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Las prestaciones
En todos los recorridos había una compañera imprescindible, que primero fue una libreta y luego una grabadora, donde contábamos todas nuestras impresiones pensando en luego contarlas en la prueba. Si os creéis que ya están todas las pruebas, os olvidáis sino la más importante, sí la más peligrosa: ¡Las prestaciones! Al principio con un simple crono, luego con un aparato de medida que se llamaba “quinta rueda” … Podría estar horas y horas contando anécdotas de las prestaciones… pero voy a contar solo tres.
¡A escribir!
En mi caso trabajaba hasta muy tarde por dos motivos: Uno, que teníamos un ordenador para toda la redacción. Había a quien no le importaba porque escribía a máquina y ya está, pero a mí me gustaba el ordenador, porque, como lo hago ahora, escribía a «bocajarro» y luego cambiaba cosas, movía párrafos y eso, con máquina de escribir, no se podía hacer… aunque había quien lo hacía. Luego porque la redacción era muy escandalosa y a partir de las seis casi no había nadie.
Para mi ese momento era mágico… os confieso que lo sigue siendo cuando escribo un guion. Me rodeaba de mis notas, de los datos del fabricante, de los datos de nuestras pruebas, de las fotos… y me ponía a contar lo que me había parecido el coche.
Casi 20 años estuve probando coches… luego me hicieron director y de ahí pasé a editor y a director general hasta mi despido… por cierto, que os lo he contado a vosotros en un vídeo de 2022 titulado «Mi despido: Crónica de una muerte anunciada»… el único video de los casi 1000 de GH que no es de coches. Fui más importante, gané más dinero, pude pagar una buena casa y dar una buena educación a mis hijos, llevarlos de vacaciones en verano y en invierno… sí, todo eso está muy bien, pero si me preguntas cuál ha sido profesionalmente el mejor momento de mi vida siempre voy a dudar entre dos: Mi etapa como probador de coches… y esta que, gracias a vosotros, estoy viviendo ahora.
Nunca os daré las gracias los suficiente a vosotros y a las personas como Rodrigo, que me han ayudado en esta aventura. Por suerte, pero también porque lo quería así, aun siendo «jefazo» nunca deje de probar coches, de leer y de informarme… para no «perder el tren»… pero no era lo mismo.
La conclusión solo puede ser una: He trabajado y sigo trabajando mucho, según mis mejores amigos, demasiado… pero ha valido la pena. Y todos gracias a mis amigos, entre los que estáis todos vosotros. Y “La pregunta del día” es, ¿cuál ha sido profesionalmente tu mejor momento?