La mayor parte de las personas que tienen #coche no saben nada de mecánica. Este desconocimiento los hace presa fácil de los engaños. Os vamos a contar cuáles son las trampas más frecuentes y lo más importante, como evitarlas.
Lo primero que hay que decir es que la gran mayoría de los #talleres son buenos profesionales y que piensan en ayudar a los clientes. Pero hay unos pocos que empeñan la imagen de este sector. Lo comento siempre refiriéndome a los motoristas, que tenemos una imagen de rebeldes, insubordinados, casi de gamberros gracias a que unos pocos se hace notar mucho. Lo mismo sucede en este caso.
Porque, como os decía, el desconocimiento de la mecánica y del #automóvil son en muchos casos la base en que se cimientan estos timos y trampas. Ir a talleres de confianza, ya sea porque son oficiales, son de reconocido prestigio o el mecánico es conocido por nosotros o por amigos, es una buena norma. Pedir presupuesto, otra. Y si es posible que alguien que sepa algo de coches te ayude, mejor que mejor.
1. El famoso “ya que”.
Siento decirlo, pero esto sí que es un mal extendido. Porque lo llevas a cambiar el aceite y le dices al mecánico, “de paso echa un ojo por ahí a ver si hay algo mal” y cuando vuelves te han cambiado la batería, el líquido refrigerante, las pastillas del freno y unas cuantas cosas más.
2. “Eso les pasa a todos”.
Esta frase sirve prácticamente para todo, pero muy en especial cuando una avería está mal reparada o reparada a medias.
3. “Ya estaba así”.
Otra frase lapidaría y que he sufrido. Por eso en los talleres serios antes de hacerse cargo del coche repasan su estado y te dan una hojita de papel donde reflejan los daños que pudiese tener el coche y que debes firmar. Tómatelo en serio.
4. “Recorrido de pruebas”.
Es normal que en determinadas reparaciones o para determinados presupuestos los mecánicos o el jefe del taller tenga que probar el coche. Y sin son serios, hacen uno cuanto kilómetros. En un concesionario al que lleve el coche esa vuelta de prueba fue de 300 km… Un amigo mío los supera, casi 700 km.
5. La avería “fantasma”.
Más que fantasma habría que decir falsa.
6. Ojo a “lo que no se ve”.
Vamos a pasarnos a las reparaciones de chapa porque hay cosas que no están a la vista qua son difíciles de detectar y para ello solo nos queda ir a un buen taller… O contratar un buen seguro.
7. Recambios “piratas”.
¿Por qué digo lo de “un buen seguro”? Porque en alguna ocasión he oído al algunos chapistas protestar porque los peritos de las compañías les aprietan con los presupuestos y ellos, para bajar los precios, reutilizan piezas usadas nuestras, de otros coches o usan recambios no originales.
8. Rotura “programada”.
Esto que os cuento es abiertamente un timo: Que el propio taller te rompa algo o te ponga una pieza deteriorada de forma que te dice, “es que sus pastillas de freno están en las últimas” y cuando vas a verlo, es cierto… Lo que no es cierto es que sean tus pastillas de freno, ahí está la trampa.
9. Presupuesto “de pago”.
Como te he dicho en el vídeo varias veces muchas de estas trampas puedes evitarlas si tienes un presupuesto… Pero ¡ojo! que el propio presupuesto puede ser el timo.
10. Garantía de dos años.
Todas las reparaciones tienen una garantía de tres meses o 2.000 km recorridos salvo en el caso de reparaciones o piezas que no sufren desgaste, como es el caso de los elementos de la carrocería, por ejemplo, en cuyo caso la garantía es de dos años. Se contabiliza desde la fecha de entrega del coche por el taller.
Pero para tener derecho a esa garantía, debes tener una factura firmada y sellada, con el detalle de la reparación y desglosando el coste de las piezas y de la mano de obra.
Conclusión.
Pide presupuesto, pide factura, ve a talleres que te ofrezcan seguridad, si puedes déjate asesorar por alguien que sepa y, si a pesar de todo, hay algo con lo que no estás de acuerdo, solicita una hoja de reclamaciones y preséntala antes de dos meses en la oficina de consumo más cercana.