Llevamos años con un mensaje desde Bruselas que ha sido un dogma: el futuro es 100 por cien eléctrico y 2035 será el apocalipsis para la combustión. Y las cosas no van a cambiar, ¡ya están cambiando! Hay un claro “frenazo” al coche eléctrico y te contamos los motivos y las consecuencias… Y añado una cosa más… ¡me he currado este video! Espero que se note.
Hoy NO toca seguir con el eterno debate de si el coche eléctrico es la solución definitiva o un invento del demonio. Vamos a hacer algo mucho más interesante que dar opiniones: vamos a daros datos y a analizar hechos. Vamos a hablar de leyes que cambian en el último minuto, de normativas que pasan de ser un verdugo a un amigo, de dinero y subvenciones que dejan de fluir y de un gigante asiático que ha pasado de enseñar los dientes a dar mordiscos.
La tesis de hoy es clara: desde las altas esferas europeas se está produciendo un evidente frenazo a la transición eléctrica. No es una marcha atrás, pero sí una clara deceleración. La gran pregunta es: ¿es una corrección de rumbo necesaria para salvar nuestra industria y no dejar a nadie tirado? Vamos a desgranarlo, argumento por argumento.
Argumento 1. El Muro de 2035 se agrieta. La “Trampa” de los e-fuels
Para entender el frenazo, primero hay que recordar el plan de la UE, conocido como “Fit for 55” de reducción de un 55 por ciento de emisiones en 2030. Era tajante: a partir del 1 de enero de 2035, se prohibiría la venta de coches y furgonetas nuevos que emitieran CO₂ por el tubo de escape.
En el lenguaje de la calle, esto significaba el fin del motor de gasolina, diésel e incluso de los híbridos. Pero… surgió una nota discordante, un país al que esto no le parecía una buena idea… Alemania. En marzo de 2023, cuando todo parecía sellado y firmado, el gobierno alemán, con el peso de gigantes como BMW, Mercedes y todo el Grupo Volkswagen con Porsche incluido dijeron: “Un momento, de esto tenemos que hablar”.
Bloqueó la votación final y forzó una renegociación. ¿Su as en la manga? Un concepto del que cada vez oiréis hablar más: los e-fuels o combustibles sintéticos. La magia legal de todo esto reside en el concepto “neutralidad de carbono”. Aunque un coche que quema e-fuel sigue emitiendo CO₂ por el escape es exactamente el mismo CO₂ que se capturó para fabricarlo. Así que “lo comido por lo servido”. Este fue el resquicio, la letra pequeña que Alemania consiguió colar en el texto final. Te contamos lo que es en el video.
¿Son los e-fuels una solución para todos? Rotundamente no, al menos por ahora. El proceso es carísimo y tiene una eficiencia energética bajísima. Se necesita una cantidad brutal de energía renovable para producir un solo litro.
Argumento 2. ¡Que llega la Euro 7! De “Sentencia de Muerte” a “Balón de Oxígeno”
Si el tema de los e-fuels fue una grieta en el muro de 2035, el cambio en la normativa euro 7, ha sido como derribar un tabique entero. La propuesta inicial de la Euro 7, presentada en 2022, era, sencillamente, una bestialidad. Era tan exageradamente estricta que la industria la tachó de “prohibición encubierta”. Pero, de nuevo, se produjo un giro de guion. Una alianza de ocho países, con Francia, Italia y España a la cabeza, países con una industria muy potente en coches de segmentos más populares, se plantó y dijo “hasta aquí hemos llegado”. La presión fue tan fuerte que la Comisión Europea dio un volantazo histórico. La versión final de la Euro 7, aprobada a principios de 2024, es una caricatura de la original.
Argumento 3. Se acabaron las “pagas”. Dicho de otra forma: El fin de la “Demanda Dopada”
Seamos sinceros. El crecimiento en las ventas de coches eléctricos en los últimos años no ha sido un milagro del mercado. Ha sido un crecimiento, en gran medida, “dopado”. La demanda ha estado hinchada artificialmente por generosísimas ayudas gubernamentales: planes MOVES, bonificaciones directas en la compra, exenciones de impuestos de matriculación y circulación, aparcamiento gratis…
Pero el dinero público no es infinito, y estamos empezando a ver qué pasa cuando se cierra el grifo. El mejor laboratorio para comprobarlo ha sido Alemania, el mercado más grande de Europa. A mediados de diciembre de 2023, su gobierno, por problemas presupuestarios, cortó las ayudas a la compra de coches eléctricos de la noche a la mañana. ¿El resultado? Un desplome instantáneo y brutal. Las cifras son para enmarcar. En enero de 2024, el primer mes completo sin ayudas, las matriculaciones de coches eléctricos puros en Alemania cayeron más de un 50% respecto al mes anterior. Aquí tenemos el tercer frenazo, y este es puramente económico. Sin el colchón de los subsidios, el coche eléctrico se enfrenta cara a cara con su equivalente de combustión, un coche que, como hemos visto, no se va a encarecer por la Euro 7.
Argumento 4. El Elefante en la “cacharrería”. Geopolítica y el miedo a China
Y llegamos al último argumento, pero quizás el más importante y del que menos se habla: La geopolítica. La apuesta ciega y acelerada por el coche eléctrico le ha abierto de par en par las puertas de Europa a los fabricantes chinos que han entrado en Europa como un elefante en una cacharrería.
¿Por qué son tan competitivas las marcas chinas? Porque China lleva décadas de ventaja en la que es la pieza clave de todo este puzle: las baterías. Controlan la mayor parte de la cadena de suministro, desde la minería de los materiales hasta el ensamblaje final de las celdas. Sin olvidar el precio de la mano de obra.
En Bruselas, y en las sedes de los grandes fabricantes europeos, han saltado todas las alarmas. Se han dado cuenta de que una transición eléctrica demasiado rápida y forzada podría ser un suicidio industrial. ¡A buenas horas! Podría significar la destrucción de miles de empleos y la entrega en bandeja de plata de nuestro mercado automovilístico a China. Por eso, este “frenazo” también puede interpretarse como una medida proteccionista encubierta.
Conclusión
Hagamos balance. Tenemos una fecha de prohibición en 2035 que ya no es una prohibición total gracias a la trampilla de los e-fuels. Tenemos una normativa euro 7 que ha pasado de ser un verdugo a un salvavidas para la combustión. Un mercado que, al quitarle la “paga”, nos enseña su cara real. Y todo, con el gigante chino asomando por el retrovisor. No, no es el fin del coche eléctrico, pero sí es el fin de la prisa y de la vía única impuesta desde los despachos de los políticos.
Coche del día
El coche del día no podía ser otro que el máximo exponente de la resistencia a través de la tecnología: el Porsche 911 GT3 de la generación 992. ¿Por qué él? Porque es la máquina perfecta que se beneficiaría de la vía de los e-fuels, con su motor bóxer de seis cilindros y 4.0 litros atmosférico y 510 CV.

