Las marcas puramente generalistas han ofrecido sino siempre, casi siempre, en sus gamas, un modelo deportivo. Y si no siempre, casi siempre, han fracasado. Los deportivos de las marcas generalistas sistemáticamente han fracasado… aunque hay explicaciones y hay excepciones…
En algún momento todas las marcas generalistas han querido tener un coche deportivo en su gama. Incluso en un primer momento han podido tener un cierto éxito… pero cuando tienen unos añitos se convierten en coches despreciados, infravalorados y carentes de atractivo.
¿Es lo mismo coupé que deportivo? Sí y no. De un coche con carrocería coupé se espera una cierta deportividad, por prestaciones y comportamiento. Pero hay coches muy deportivos con carrocerías nada deportivas, como son todos los Gti y algunos ejemplos paradigmáticos, como puede ser el Mitsubishi Evo, un coche muy deportivo con carrocería de taxi…
Los coches deportivos solo mantienen su valor y su caché si son de marcas Premium… o son de marcas que podíamos denominar como semi-Premium y que siempre han cuidado mucho esta categoría.
El caso Toyota
Si atendemos a su variada gama, que empieza muy abajo Toyota es una marca generalista. Pero es una marca que, en muchos mercados, entre ellos es español, se percibe como algo más que generalista, quizás, entre otras cosas, a su contrastada calidad. Y también, quizás, porque siempre han cuidado este segmento de los coches deportivos. Sin olvidar la competición.
Toyota siempre ha ofrecido deportivos de mucho nivel. No podemos olvidar al excelente Supra ni al Celica ni al MR2 de motor central. Y en la actualidad sigue cuidando este segmento, pese a que no esté en su mejor momento, con el nuevo y muy bonito GR86, que mejora en todo al GT86.
Volkswagen: La sombra del Golf es alargada.
Volkswagen es otra de esas marcas que podíamos definir como semi-Premium y que siempre ha cuidado el segmento de los deportivos, con coches como el Corrado y las sucesivas generaciones de Scirocco… pero siempre a la sombra del Golf.
Los refinados Honda
No me quiero olvidar de Honda, otra marca muy especial y que siempre ha tenido deportivos en su gama, algunos muy modestos, como el S600 que pude conducir en un rallye de regularidad, el precioso S2000, el polivalente Prelude o su majestad el NSX. Los NSX valen un disparate, los S2000 se comienzan a apreciar mucho, muchísimo, pero los Prelude son una oportunidad de comprar un buen coche coupé por un precio razonable.
Pero si hablamos de excepciones, para mí, hay una clarísima…
Hyundai Coupé
En este caso no hay duda: Hyundai es una marca generalista. Y en sus comienzos, una marca con imagen casi de Low Cost, como era el caso de todas las coreanas. Pero es que Hyundai se lo curró de verdad. Fui a la presentación de la primera generación (1996-1999) y probé la versión de 1.8 litros y 130 CV. Muchos compañeros míos decían que el coche era muy feo, algunos que corría poco y ninguno que no fuese muy bien de bastidor… claro, es que las suspensiones las había puesto a punto Porsche. Por cierto, a mí no me pareció tan feo.
La tercera generación era un buen coupé que en la versión V6 ofrecía un comportamiento deportivo más que aceptable y que todavía hoy, sigue interesando a muchos aficionados…
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Los fracasados
He elegido unos pocos, aunque hay más. Los he elegido por que son coches todos ellos que probé en su momento y algunos de ellos, también después, ya como clásicos. Vamos por orden alfabético.
Citroën SM (1970-1975)
¿Un fracaso el SM? Ya sabéis que es un coche que me encanta, pero sí, fue un fracaso. El Citroën SM debutó casi al mismo tiempo que la crisis del petróleo. Y por mucho motor Maserati que llevase un deportivo tan caro, tracción delantera y bastante delicado… no interesaba demasiado. ¿Se adelantó a su tiempo? Puede ser. Lo cierto es que ahora se lo considera un auténtico «cool car». Aquí te contamos algunas historias más de Citroën.
Ford Cougar (1998-2002)
También estuve en la presentación de este coche en Alemania. Y acerté en su momento cuando dije que este coche no iba a triunfar. ¿Era un mal coche? Pues no, pero no era deportivo para nada y su estética, en mi opinión, era un poco anodina, le faltaba garra…
Fiat Coupé (1993-2000)
Honestamente, no so muy fan de Chris Bangle, diseñador de este coche… que desde luego es original y llamativo, pero no me parece un coche de verdad bonito. Aunque voy a ser honesto: Al contrario de muchos de los coches de esta lista, que han envejecido mal, creo que a este coupé la pasa lo contrario: Ha mejorado con el paso de los años.
Opel Calibra (1989-1997)
Este coche no era ni más ni menos que un Vectra con carrocería coupé. Pero con la aparición del V6, del Turbo, de 4×4 y su participación en el DTM, se le dio bastante lustre. Para mí es mucho más interesante que el Opel Astra Coupé.
Peugeot 406 Coupé (1995-2005)
Este coche no solo fue diseñado por Pininfarina, sino incluso fabricado cerca de Turín. Y es que es un coche bonito que tuvo éxito, del que se vendieron más de 100.000 ejemplares. Suponía el retorno de la marca a este segmento y se ofrecían versiones con motor 2.0 litros de 136 CV y un V6 de 3.0 litros y 207. Siempre fue un coche cerca del concepto GT, coche bonito pero práctico y cómodo, y lejos del concepto deportivo. Pero pasado su mejor momento es un coche que, incluso hoy, no despierta demasiado interés.
Renault Fuego (1980-1982)
Poner una carrocería coupé y un motor más potente a un R18 no lo convierte en deportivo. Y luego ya, si para colmo, le pones un motor turbodiésel… pues ¿qué queréis que os diga? El Fuego fue un buen coche, especialmente valorado en Argentina, donde se le vio mucho en competición, pero nunca fue un deportivo de verdad.
Llevar el motor descolgado por delante del eje delantero era un verdadero inconveniente, pero es que unas suspensiones completamente orientadas al confort, no ayudaban mucho… Y lo sé, porque probé todas las versiones. Incluida la horrible versión TD.
Conclusión
Los usuarios amantes de los deportivos valoran mucho la marca. Pero esto no es solo una cuestión de «marquismo», que también, sino de diversión al volante. El mayor problema de los deportivos generalistas es que no eran deportivos, sino coches con carrocerías más bonitas destinadas a personas que no necesitaban una berlina. Y ya está.