La Segunda Guerra Mundial provocó un increíble avance tecnológico: Nuevos submarinos, el radar, los aviones a reacción, las gafas de sol, la comida en conserva y finalmente la bomba atómica… Y los todo terreno! En este vídeo comparamos a los dos coches militares protagonistas: El Jeep Willys y el Volkswagen Kubelwagen…
En este vídeo nos vamos a la guerra… literalmente. La Segunda Guerra Mundial tuvo muchas particularidades una de ellas que la velocidad con que se movían los ejércitos era muy importante. Hitler inventó la Blitzkrieg, más conocida por «Guerra Relámpago» que exigía tanques rápidos, pero también vehículos que pudiesen transportar con rapidez a la infantería.
Y al mismo tiempo, aunque las comunicaciones habían progresado, las órdenes se daban en mano, con lo cual tener vehículos rápidos para llevar mando y órdenes de forma rápida y segura de un sitio a otro, por carreteras destrozadas o por campo a través, era una necesidad imperiosa.
Cualidades de los vehículos militares
Y de esa necesidad nacen estos dos vehículos que hoy vamos a enfrentar. ¿Qué cualidades debían de reunir? Pues básicamente ser muy duros, con un mantenimiento escaso, sencillos de conducir y con capacidades para llevar tropas, soldados o armamento de forma rápida y por cualquier tipo de terreno…
Volkswagen Kubelwagen (1940-1945)
Atención: Diseño Porsche… sólo con esto podría amedrentar a su rival. De este modelo se fabricaron más de 50.000 unidades. Es un coche que se «improvisó» ante la necesidad del ejército alemán y es simplemente un Volkswagen Escarabajo preparado para el TT y para el uso militar.
Con los ojos de hoy no podemos considerarlo como un verdadero TT porque no tenía tracción total. Sí, es cierto que hubo algunas unidades 4×4, incluso de la berlina, pero muy pocas. E incluso un anfibio, del que luego hablaremos.
Pero el Kubelwagen era ni más ni menos que un Escarabajo para uso militar, más simple, más alto, con más recorrido de suspensión y poco más. ¿Era robusto el Kubelwagen? Sin duda. ¿Requería poco mantenimiento? Pues sí y no, porque el motor era refrigerado por aire, pero la mecánica de este modelo requería manos expertas y sus transmisiones en uso TT, al ser solo atrás, sufrían mucho.
¿Tenía movilidad por todo tipo de terrenos? Pues, taxativamente, no mucha. Y el motivo no era solo su carencia de tracción total, sino que el motor de cuatro cilindros bóxer tenía 985 cm3 y rendía 23 CV para un peso, según equipamiento, de este unos 800 y uno 1.100 kg… vamos, que no era un tiro. Y en campo o barro los caballos y sobre todo el par, son importantes.
Jeep Willys (1941)
Al Jeep Willys se le considera el inventor del todo terreno y colaborador necesario para la victoria aliada en la segunda Guerra Mundial. Vamos al comienzo de la guerra cuando aún faltaba un año para el ataque a Pearl Harbor, pero el gobierno norteamericano ya era consciente de que tendría que intervenir. Y necesitaban un vehículo que ellos denominaban, «General Porpouse». En ese momento, incluso había una flota de Ford T en la U.S. Army,
O sea, como el que hemos descrito: Sencillo, robusto, con escaso mantenimiento y que pudiese conducir casi cualquiera. El pliego de condiciones exigía que pesase menos de 1.000 kg y alcanzase los 80 km/h.
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El diseño ganador fue el presentado por la empresa American Bantam, pero pedían mucho dinero. El ejercito pidió a Ford y a Willys que desarrollasen el proyecto de American Bantam y al final fue Willys-Overland la que desarrollo el modelo. Lo que no dicen los libros de historia es que dijeron los chicos de Bantam cuando les robaron la idea.
La denominación de General Porpouse, «Jipi» serían sus iniciales en inglés, es relevante porque muchos defienden que de ahí viene el nombre de Jeep. Aunque también hay que recordar que había un personaje de Popeye que se llamaba «Eugene the Jeep», tal cual se llamó el coche. Quizás fueran ambas cosas.
El Jeep contaba con un motor también de 4 cilindros, pero en línea, de refrigeración líquida y mayor cilindrada, más del doble, 2.199 cm3. Y era mucho más potente, porque tenía 54 CV para un peso de algo más de una tonelada.
Un motor de tanta cilindrada, por comparación al Volkswagen, tenía dos ventajas: Ofrecía más par y podía tener una compresión muy baja, de solo 6,5 a 1, con lo que podía usar combustibles de muy baja calidad.
Pero la gran aportación del Jeep fue la tracción total que suponía una ventaja verdaderamente definitiva y convertía a este coche en un auténtico TT. Y es que hasta que llegó el Jeep no existía el segmento que hoy conocemos como todo terreno.
Sólo durante la Segunda Guerra Mundial se produjeron 600.000 Jeep que inundaron Europa, el norte de África y parte del Oriente. Es uno de los coches más copiados del mundo.
Los Aliados ganan la guerra
Creo que está claro: Los norteamericanos, los aliados, ganaron la Guerra… y no voy a decir la estupidez de que ganaron gracias al Jeep, pero sí que el Jeep aportó su «granito de arena» a esta victoria.
Porque, sí bien los tanques alemanes, los temidos Panzer en cuyo diseño también participó Porsche, y especialmente los V y los VI eran muy superiores a los Sherman americanos, en el apartado de transporte de tropas ligero, vamos, en el de los coches, el Jeep era muy superior al Kubelwagen.
Así que en esta comparativa hay, algo que no sucede siempre, un claro ganador: El Jeep.
Coche del día
Lo siento, me repito, pero no puede ser otro que «Caballo loco». Así es como cariñosamente llamaba al Jeep Wrangler 4.0 que probé en los ’90 porque ese coche de 1,4 toneladas y casi 180 CV me permitió disfrutar como pocos coches, tanto en carreteras viradas, donde aún recuerdo el repaso que le di a un Golf GTi que no salía de su asombro, como en TT.
El recorrido que hice sin capota, sin puertas, sin parabrisas, que se podía articular hacia delante y con gafas de esquiar de ventisca para que el polvo no se me metiera por los ojos, me dejó un recuerdo inolvidable…