¡Nos vamos de vacaciones! ¿A dónde? ¡Pues a los años 80! Porque es verdad que fueron unos años mágicos en el mundo del motor… pero no todo era bueno. Y es que había muchos accesorios típicos de la época que hoy nos hacen gracia, pero que entonces eran verdaderamente «im-pres-cin-di-bles». ¡Nos vamos a reír! Porque en este vídeo se usa el túnel del tiempo de Rodrigo y nos vamos… ¡a los años 80!
Perdonad la «pinta» que tengo en el vídeo, pero es que estamos en los 80 y en estos años, los ’80 y también los ‘70 las cosas son muy distintas a cómo serán en el futuro. Vamos a dar un paseo por la calle… Lo primero que llama la atención cuando vienes del futuro es que todos los coches son distintos y te diría que la mayoría, de alguna manera, están personalizados.
Coches personalizados
No, no «tuneados», eso llegaría más tarde. Por un lado el coche es casi como una prolongación de nuestra casa, como un segundo salón, y por otro parte es «como de la familia», era muy corriente ponerle nombre. Lo de los nombres no me refiero a apodos de determinados modelos como «4 Latas», el «Castillo» como se llamaba al Seat 850 Sport Coupé porque dentro iba un «fantasma» o «La cabra», como se les llamaba a los Citroën 2CV y luego Dyane 6 por sus habilidades en campo.
No. Me refiero a nombres que sonaban como si fueran «uno más de la familia«, algo que siempre me ha parecido ridículo… pero recuerdo a un amigo mío con un Ford Fiesta SS de anchas ruedas al que llamábamos «Zapatones». Los colores daban mucho juego y en mi grupo contábamos con «naranjito» o «copito de nieve». Y las prestaciones, porque un amigo mío llamaba al coche «La Bala»… ¡y era un 600! y otro «La Tortuga»… un pedazo de 2CV de los primeros.
Pero ese cariño por el coche y el ansia por personalizarlo daba lugar a que los dueños se gastan un dinero, a veces un buen dinero, en personalizarlos o hacerlos más cómodos. Creo que, en esos años, finales de los 70 y los 80 no había coche que no llevase una mantita más o menos mona, y unos cojines… algunos incluso llevaban un paño de punto y cosas similares.
Como estamos en los años 80 nos ha bastado dar una vuelta por la calle para encontrar una colección de accesorios que en estos años con corrientes y casi imprescindibles.
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Perrito que mueve la cabeza
Era el rey de las bandejas traseras de muchas berlinas con maletero separado. Al tomar los baches el perrito movía la cabeza a un lado y otro.
Pegatinas
Las de inspiración «provincial» causaban furor… hoy en día no me imagino poner a mi coche las pegatinas que llevaba el de mis padres, orgullosos madrileños: «Ser español un orgullo, madrileño un título» o «de Madrid al cielo» … pero eran muchas e imaginativas como «Santander, mar de Castilla» o «Zoy ezpañó, ¡cazi ná!»… cuanta imaginación.
Cojines
Y es que, ¿qué coche no llevaba un par de cojines en el asiento trasero? Servían para que los pasajeros traseros fueran cómodos, porque se te ha olvidado… En estos años no eran obligatorios los cinturones de seguridad traseros, solo los delanteros… eso llegará en el futuro…
Cinta antimareo
En estos años mucha gente se marea en los coches… y en que las carreteras tienen muchas curvas. Una buena red de autopistas, en las España de los 80, es cosa del futuro. Y por eso las cintas antimareo que iban situadas atrás en el paragolpes y permiten supuestamente descargar la electricidad estática, eran un accesorio casi obligado. Además, la inscripción «¡Feliz viaje!» ayudaba mucho… creo que el «efecto placebo» era mayor que su eficacia.
«Papá no corras»
En los taxis y en general en los coches de profesionales del volante parecía un accesorio de serie un marquito con la foto de los hijos, casi siempre pequeños y con cara de pena, con la frase debajo de «Papá, no corras». Si mis hijos me regalan esto, les desheredo…
San Cristóbal
Más de lo mismo. Pero un San Cristóbal magnético o adhesivo, según fuese el salpicadero del coche, era otro accesorio que parece de serie en estos años. Mis padres, por cierto, nada practicantes, lo llevan, como dice mi madre «por si acaso».
Fundas de asiento
Lo normal en estos años 80 es que ya en el propio concesionario te regalen las alfombrillas y montes unas fundas para el asiento… «Para que no se estropeen». Cuando trabajé en la tienda de compra-venta de coches adoraba estás fundas, porque generalmente las quitabas y la tapicería estaba impecable.
Me han chivado que están trabajando en unas fundas hechas de bolas que se pondrán de moda en el futuro… ¿os lo creéis? Yo no.
Faros antiniebla
O de largo alcance. O de lo que sean. Montar un par de faros accesorios sobre el paragolpes hacen al coche más molón, más deportivo y más Racing… y, además, nos ayudan de noche. Si los tapamos con unas tapas de plástico blanco que ponga en grande la marca del faro, como «Cibié«, por ejemplo, mejor.
Barras paragolpes
Como son muy decorativas las barras cromadas de los paragolpes, pero a la vez son en estos años 80 un accesorio muy útil si te mueves en ciudad donde la gente aparca de oído… y más si llevabas un Mini, que eran muy bajitos.
Cinta ajedrezada
Una cinta adhesiva ajedrezada recorriendo el coche de delante a atrás te hace ganar lo menos 10 km/h de punta. Yo por si acaso la he puesto en mi «ocho y medio»… Las hay de muchos colores y es que en los coches de carreras de estos años es muy habitual…
La conclusión es que nos dejamos cosas, desde luego, pero basta por hoy. A ver si Rodrigo se porta bien y me quiere «teletransportar» de nuevo al presente, al año 2023…