Hay personas para las que su coche es una extensión de su vivienda y que “decoran” su coche como si fuese un cuarto de estar, con «fotitos» de los niños, paños en el salpicadero, fundas de asientos y volantes absurdas y objetos de decoración… Accesorios, para mi, de mal gusto, y que pueden resultar incluso peligrosos.
Seguro que conocéis a alguien que lleva el coche tan mono y tan cuco como si fuera el salón de su casa o habéis cogido un taxi con una funda de “bolitas” y el salpicadero presidido por un marco con «fotitos» de su mujer e hijos y una frase en grande que pone “Papá, no corras”… ¡lo odio!
Sé que me meto en un charco cuando valoro cada uno de estos accesorios así que vaya por delante que si digo que un accesorio me parece hortera, ¡ojo! No estoy llamando hortera al quien lo pone… Además que los usos y costumbres son distintos en cada país.
Así que hecha esta advertencia preliminar vamos a ver un listado de accesorios que un buen garajista no debería llevar en su coche…
- Papá no corras.
- Estampita de San Cristóbal.
- Cojines.
- Adhesivos en general.
- Cinta antimareo
- Funda volante.
- Funda asiento.
- Funda asiento de bolitas.
- Pomo volante.
- Dados colgados del espejo.
- Pomos absurdos.
- Paños salpicaderos.
Hay muchas más cosas absurdas, innecesarias y peligrosas, como: pestañas para los faros; adhesivos que simulan un pelotazo en el cristal; uno muy querido en los Estados Unidos de Norteamérica como son los cuernos en el capó, que en caso de atropello ni te cuento; soportes para todo tipo de estupideces; porta objetos asientos delanteros para llevar mil cosas innecesarias; alfombrillas de colorines… todo un mundo de lo absurdo y de lo hortera. Como dice una buena amiga, me asombra no tanto quien lo usa sino quien lo diseña… hay fundas de asientos por las cuales su diseñador debería estar en la cárcel…
Coche del día: He escogido un coche del los años 70 porque recuerdo un vecino mío que lo tenía equipado con muchas de las cosas que aquí relato y algunas más, como barras cromadas en los paragolpes, toda suerte de faros accesorios y pegatinas a montones… pero el coche me encantaba. Era un Seat 1430 “potenciado” el que daba 75 caballos y era una verdadera berlina deportiva de la época.