Maserati a cielo abierto

Setenta años separan el primero del último Maserati descapotable. Una tradición en la marca de Módena que se inició con al A6G 2000 en 1952 y se mantiene en la actualidad con el espectacular MC20 Cielo, recién presentado. La firma del Tridente ha acompañado a sus deportivos y rápidos coupés de Gran Turismo con spyders aún más bonitos y dirigidos a su público más sofisticado y elegante.

Maserati a cielo abierto

Durante su larga historia, plagada de triunfos deportivos y de un duelo eterno con su rival, Ferrari, Maserati ha cambiado de dueños, ha sufrido crisis financieras y recuperaciones, golpes de timón y hasta se ha asociado con su eterna enemiga. Actualmente ha recuperado la independencia y ostenta la cúspide en el Grupo Stellantis con una completa gama de vehículos, desde GT a SUV, pasando por berlinas deportivas y –cómo no- descapotables.

El primer Maserati descapotable fue el A6G 2000

La tradición de realizar carrocerías “apertas” o cabriolet se inició en 1952 con el sucesor del A6 1500, el A6G 2000. El carrocero Frua quitó limpiamente el redondeado techo del coupé y lo convirtió en un elegante coche de paseo. Fue un éxito entre la alta sociedad europea, especialmente la que visitaba la “Côte d’Azur” o la Riviera italiana. Y eso que contaba con un potente motor de seis cilindros en línea y 2 litros derivado de la competición y diseñado por el ingeniero Alfieri.

Maserati a cielo abierto

A partir de ese momento, los carroceros italianos trataron de abrirse paso vistiendo a los coches de la marca del Tridente. El precioso A6G Gran Turismo de 1954 recibió una aplaudida carrocería descapotada por parte de Frua, que resaltaba aún más las líneas voluptuosas y deportivas del diseño cerrado. Esa fue una época dorada de Maserati en competición, donde tanto sus monoplazas como sus Sport-Prototipos (150S, 250S, 300S y hasta 450S unos años más tarde) rivalizaban “de tú a tú” con los Ferrari y Lancia.

Los Maserati fueron vestidos por Frua, Vignale o Zagato

Pero el gran salto internacional se consiguió en 1959 con el Maserati 3500 GT. Un coche que situaría a la marca modenesa en todos los principales Salones mundiales. Dotado de un motor de 3.485 cc y de una potencia entre 220 y 235 CV, podía comportarse como un deportivo o como un tranquilo rodador. Recibió varias carrocerías descapotables, algunas obra de Vignale, ciertamente americanizadas y plagadas de cromados. Aunque las de Frua conservaban mejor el espíritu original del diseño.

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Hubo que esperar a 1964 para que Maserati lanzara su siguiente Spyder, ya en otro momento empresarial y de situación del mercado internacional. Con los ojos puestos en el Nuevo Mundo, el Maserati Mistral fue uno de los grandes trabajos de Giovanni Michelotti. Se ofrecía como coupé o descapotable y con tres motorizaciones diferentes. Se convirtió en uno de los “best sellers” de la marca, sobre todo en EE.UU. Y, hoy, es uno de los modelos icónicos para los coleccionistas de la marca del Tridente.

Incluso Giugiaro creó algunos de los Maserati más bonitos

No hubo que esperar mucho para que lo siguiese el Ghibli Spyder. En 1969 Giorgetto Giugiaro imprimió su carácter en este modelo ancho, largo y con faros retráctiles. Lucía tan bien con techo aerodinámico como sin él, gracias a su parabrisas muy inclinado y a su largo capó trasero. Y causó sensación en cada uno de los Salones del Automóvil donde fue mostrado. Hoy es una baza segura en cualquier Concurso de Elegancia.

Maserati a cielo abierto

Tras el paso de Maserati por Citroën (donde sus motores propulsaron coches míticos como el SM) ésta recuperó su independencia en los años ’80. Una nueva política y una nueva tecnología buscaron su rentabilidad. Famoso de esa década fue el cuadrangular “Biturbo”, del que derivó una carrocería Spyder obra del carrocero Zagato, que tuvo escaso éxito comercial. Maserati pasaba por una crisis de identidad, que no se resolvería hasta una quincena de años después.

Una nueva Era con Maserati aliada a Ferrari

Bajo el control del Grupo FIAT y posicionada como “segunda marca” de Ferrari, los Tridentes volvieron a la carretera con el nuevo siglo y más ambiciones. Un descapotable basado en el bonito coupé y con la misma mecánica V8 de 4,2 litros, fue lanzado con el claro objetivo del mercado norteamericano. Fue sucedido en 2009 por el “GranCabrio”, hermano descubierto del “GranTurismo”, dotado de cuatro plazas y con mecánica Ferrari: motor V8 de 4,7 litros y 460 CV.

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Este modelo sí tuvo éxito comercial y se ha prolongado, con distintas evoluciones estéticas y técnicas, hasta finales de la década pasada. Ahora toma su relevo algo más especial: el MC20 Cielo. Está basado en el Gran Turismo MC20, un superdeportivo equivalente al Ferrari F8 con motor central, biplaza y altas prestaciones. El “Cielo” –equipado del motor V6 Nettuno de 630 CV- ofrece algo insólito: techo duro retráctil automático (pasando de coupé a descapotado en 12”) y, además, electro-cromático. Pulsando un botón cambia de transparente a opaco.

Los descapotables, asociados al ADN de Maserati

Desde el A6G 2000 de 1952 hasta el MC20 Cielo de 2022 han pasado nada menos que siete décadas. En ellas, Maserati ha dejado un legado de modelos descapotables –deportivos y elegantes- que forman parte de la historia del automóvil. Una tradición que parece arraigada en el ADN de la marca de Módena y que pretende mantener en su gama, como acaba de hacer con el MC20 Cielo.

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