Jaguar-Land Rover se enorgullece de ser marca suministradora de la Casa Real británica. Y es que sus modelos Land y Range Rover han sido sus favoritos durante el reinado de Isabel II. Tanto como coche ceremonial como para su uso particular, los Land Rover la han acompañado durante sus 70 años en el trono. Y otros miembros de la familia, como su marido, el Duque de Edimburgo o los Príncipes de Gales también han sido fieles clientes de la marca.
Aunque el garaje de la Casa Real británica rebosa de coches de todo tipo, hay uno que destaca en la mayoría de las fotografías junto a la familia: el Land Rover. Y es que ha sido un vehículo especialmente adaptado a su estilo de vida privada, rodeados de campiña, de caballos y perros. Pero también una magnífica herramienta para desplazarse en actos públicos, especialmente fuera de las Islas Británicas gracias a su carácter todoterreno.
Land Rover nació bajo el reinado de Jorge VI, su padre
El rey Jorge VI, padre de Isabel, descubrió el Land Rover en 1948 con motivo de la celebración del primer centenar de unidades producidas. Y la familia real lo adoptó inmediatamente. No sólo por ser el primer auténtico 4×4 producido por la industria británica para uso civil, sino también por sus cualidades campestres. El uso por parte de la Reina Isabel II y su marido, el Duque de Edimburgo en sus posesiones de Balmoral o Windsor elevaron el “cache” del modelo, que pasó de ser un vehículo rural al de un coche real.
La Reina Isabel estrenó un Land Rover Defender Serie 1 en 1953 (con apenas 50 CV en su motor) y se calcula que ha poseído una treintena a lo largo de su vida. La mayoría los ha conducido personalmente, ya que disponía de carnet de conducir desde 1948, durante la Guerra, cuando estuvo en el Servicio Auxiliar del Ejército, al volante de camiones y ambulancias. Renunció a él en 2019, aunque seguía al volante de alguno de sus coches dentro de sus fincas.
Land Rover, el «reinamóvil» de las visitas oficiales
El Land Rover también fue uno de sus primeros vehículos oficiales, puesto que unos cuantos especialmente adaptados acompañaron al matrimonio real en su gira por la Commonthwealth en 1953. Se les puede ver fotografiados sobre ellos en lugares como Bermuda, Jamaica, Fidji o Australia. Recorrió 71.000 Km en seis meses para visitar todos los países que componían el Imperio Británico. Y el Land Rover fue su fiel compañero.
La aparición de los Range Rover permitió ampliar el parque con un modelo más confortable y equipado, pero la Reina siguió empleando en el campo los clásicos Land Rover Defender. La marca hizo algunas versiones especiales –descapotables, híbridos o con particularidades- como el estrenado en su cumpleaños en 2016. En 2002 se le hizo entrega de una versión especialmente diseñada para ella, incluyendo la mascota sobre el capó: una cabeza de perro labrador. El Duque de Edimburgo también condujo hasta poco antes de su muerte, hasta que sufrió un aparatoso accidente al volante de su Land Rover Freelander.
Hasta un Land Rover dispuesto para su funeral
El mismo pidió que, el día que falleciera, trasladaran sus restos en el cortejo oficial sobre un Land Rover. Y diseñó la forma de la parte trasera para que portara el féretro. La propia Reina -con una previsión muy británica- preparó hace varios años junto a los técnicos de Jaguar cómo debería ser su coche fúnebre, que ha sido el empleado en su traslado por las calles londinenses. Y sus hijos han continuado con la tradición de conducir coches de Jaguar-Land Rover. Sin duda, los Windsor han sido sus principales embajadores por el mundo.