Cables de batería: la tabla de salvación

Unos cables con pinzas y un “buen samaritano” pueden sacarnos del apuro de quedarnos sin batería. Sin embargo, una operación tan sencilla también tiene su protocolo y hay cosas que nunca se pueden hacer, a riesgo de electrocución o incendio. Garaje Hermético os explica cómo actuar cuando una batería se ha descargado y el coche no arranca.

Cables de batería

Hay pocas situaciones en las que el conductor está más impotente que cuando la batería se viene abajo de repente. Antiguamente, iban perdiendo potencia poco a poco –avisando- pero las actuales un día van perfectas y al día siguiente han “muerto” repentinamente. Y es virtualmente imposible saber cuándo va a ocurrir, aunque un periodo de uso de 4/5 años es el máximo que suelen durar. Por su construcción interna (aunque siguen siendo de “plomo y acido”) son difícilmente recuperables y requieren la sustitución.

Los cables salvadores conectan las dos baterías

En cualquier caso, la primera operación para intentar salir del atolladero es apoyarse en otra batería cargada. Para ello existen los “cables de batería”, que llevan unas pinzas en cada extremo y permiten interconectar las dos baterías, la cargada y la descargada. Sin embargo, hay que manejarlos con cuidado y siguiendo un protocolo. Si la batería está muy débil (apenas enciende la luz interior y no puede mover el motor de arranque) o, directamente, está agotada (no se enciende ni el cuadro), es el momento de recurrir a otro coche, llamémosle “donante de voltios”.

Cables de batería

Estos cables de batería se venden en supermercados y tiendas del ramo, pero no todos son iguales ni sirven para su cometido. Muchos de ellos ni siquiera tienen hilo de cobre interior, sino de aluminio chapado en cobre. Y lo mismo cabe decir de las pinzas. Eso significa que tienen poca conductividad y mucha resistencia y, cuando se transfieren voltios y amperios en cantidad, pueden ponerse al rojo y quemarse. Primera recomendación: comprar unos cables de calidad en una tienda de repuestos del automóvil, no en un “chino”.

Protocolo de conexión de los cables y pinzas

El proceso de conexión de las baterías requiere precaución. Hay que acercar ambos coches lo más posible para que el cable no esté tirante. Luego identificar los bornes, ya que hay que conectar los positivos (+) juntos y los negativos (-) juntos. Nunca cruzarlos. Apenas hay 12 voltios, pero muchos amperios, así que un cortocircuito  equivale a una notable sacudida con quemadura incluida. Y puede estropear la batería “donante”. Mucha atención.

Cables de batería

Los cables van claramente identificados: rojo/positivo y negro/negativo. Y en la tapa de cada batería van grabados los signos + y – junto a los respectivos bornes. No hay error posible. Y ahora, el procedimiento: conectar una pinza del cable rojo al borne positivo de la “donante” y la otra al positivo de la descargada. A continuación, con la otra pinza en la mano (sin que toque nada) conectar el cable negro a la donante y después a la descargada. También se puede  conectar el negro al motor o carrocería, ya que es “masa” igualmente. Ambas ya están conectadas y la corriente fluye de más a menos, como si fueran vasos comunicantes.

En cuanto arranque hay que sacarlo a hacer kilómetros

Es el momento de intentar arrancar. Es recomendable que el motor del donante esté en marcha y ligeramente acelerado. Su regulador estará cargando y eso hace que se alcancen los 14 voltios en vez de 12, traspasando más intensidad de corriente. Tras unos segundos, el segundo motor debe arrancar con normalidad. Entonces hay que desconectar los cables inmediatamente y en sentido inverso a cómo los conectamos (primero el negro, luego el rojo). Si el motor sigue en marcha, hay que salir con el coche a la calle y hacer unos 20/30 Km para permitir que el alternador recargue completamente la batería, si no está dañada.

Cables de batería

Puede ocurrir que, al quitar los cables, el motor se pare de nuevo. Entonces la batería ni sirve ni toma carga. O que, tras hacer los kilómetros, al pararlo vuelva a no arrancar. Más de lo mismo: batería nueva. Si el motivo de la descarga ha sido dejarse las luces conectadas o una puerta mal cerrada, es muy probable que se recupere. Si no ha habido causa aparente, es mejor ir a comprar otra. Importante: que sea del mismo amperaje, del mismo tamaño y que tenga los bornes +/- en la misma posición (los hay invertidos). Mejor hacer una foto antes de ir a la tienda.

Cargadores y mantenedores de tensión de batería

La batería “donante” debe tener una capacidad equivalente de tensión y estar en carga completa. Una guardada en un rincón habrá perdido carga poco a poco, salvo que estuviera conectada a un “mantenimiento de tensión”. Estos son unos aparatos electrónicos que se mantienen permanentemente enchufados a la red y que se encargan de que siempre esté llena, sin sobrecargarla. Un cargador de baterías normal, sin protector, puede llegar a reventar una batería si se supera el tiempo. Y el ácido no hace mucho bien a la carrocería.

Cables de batería

También existen los “boosters” o arrancadores, que son pequeñas baterías portátiles de alta potencia que permiten uno o dos envites del motor de arranque y tienen sus propios cables. Como decíamos antes, los de “chino” no son muy eficaces. Siempre es mejor otro coche “donante”. Y, ya que estamos en eso, atención al tipo de coche y batería, ya que aquellos con “Start Stop” y los micro-híbridos suelen llevar baterías sobredimensionadas, que requieren otras del mismo tamaño para trasvasar la corriente. Estas cuestan mucho más que una convencional de 12 voltios. Es el precio de salvaguardar el medio ambiente: lo que no se gasta en gasolina, se gasta en la próxima batería.

Los coches eléctricos también aportan corriente

Los vehículos cien por cien eléctricos también tienen la posibilidad de trasvasarse corriente entre ellos. No todos, de momento, pero algunos cuentan con cables y programación para ceder corriente a otro coche eléctrico. O, incluso, a otros dispositivos, como electrodomésticos de camping. En el futuro próximo se quiere que se conviertan en acumuladores portátiles y que, cuando se conecten a la vivienda, aporten la electricidad guardada en su enorme batería haciendo funcionar electrodomésticos, aire acondicionado o calefacción. Y recargando en las “horas valle” nocturnas o en otros puntos de carga gratuitos.

Cables de batería

En resumen, es muy práctico llevar en el coche unos cables de batería, siempre que sean buenos. No es arriesgado ni perjudicial traspasar corriente a otro coche, siempre que se cumpla el protocolo y se tenga cuidado con las pinzas. Llevar una segunda batería en el maletero sí es peligroso si no va bien fijada. Suelta, es un proyectil de muchos kilos. Y, además, va perdiendo carga día a día. Los “boosters” son útiles si están bien cargados y son de calidad. Pero sólo sirven para un par de intentos. Afortunadamente existe el móvil y la “Asistencia en Carretera”… 

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