El Suzuki Jimny Pro es un todoterreno de verdad. Una afirmación rotunda y cierta. Con todas las de ley. Es moderno y tiene algo de las viejas técnicas que hacían mejor a esta clase de coches, como un chasis de largueros o la tracción total conectable y con reductoras. Sus ventajas son mayores que sus inconvenientes. Tiene un motor de gasolina de 1,5 litros y 102 caballos que es elástico y dulce como él solo.
Hay quien prefiere el burro grande ande o no ande. Otros el burro chiquito aunque ande poquito. Pues el Suzuki Jimny Pro no es grande precisamente, pero tampoco es un todoterreno que ande poquito. De hecho, siempre nos referimos a los todoterrenos como que van bien, muy bien o excepcionalmente bien en carretera y luego que lo hacen bien fuera del asfalto, que son aptos, que son cómodos, que son maniobrables, etc.
Con el Jimny Pro quizás sea al revés, va de cine en campo, excepcionalmente bien en casi todos lo ámbitos, y muy bien en carretera. Como todos, tiene sus pros y sus contras, pero creo que los primeros son mayoritarios.
Cuando Suzuki comenzó a vender esta generación del Jimny al poco tiempo tuvo que cesar su venta. El motivo fueron las emisiones. Tras reanudarse, lo que hizo fue prescindir de los asientos traseros y convertirse en un vehículo N1, o comercial. Por eso este Jimny Pro solo es un dos plazas, tiene una verja separadora entre los dos asientos traseros y la zona de carga -que es plana y bastante aprovechable-, por ley no puede circular a más de 90 kilómetros de hora y pasa la ITV cada seis meses.
Es, vulgarmente hablando, un comercial como habíamos dicho. Pero es mucho más que eso; eso es solo una forma de poder seguir en el mercado, de adaptarse a legalmente a éste y de ofrecer un producto genial en su concepción.
El Suzuki Jimny Pro es apto para todos los públicos y todas las circunstancias, un auténtico todoterreno de los de verdad
El Suzuki Jimny de última generación, que ya lleva un par de años en el mercado, acabamos de probarlo ampliamente. Reconozco que era un coche al que le tenías ganas, muchas, en el buen sentido, pero no había tenido ni el tiempo ni la ocasión. Por tamaño es perfecto para la ciudad, pero también para off road.
En carretera tampoco es que vaya mal, pero precisamente por tamaño y/o proporciones -3.465 metros de longitud con la rueda de repuesto que la tiene colgando del portón trasero- y por la batalla tan corta, pues hombre no es el coche más cómodo, que tampoco el más incómodo ya que se pueden hacer grandes recorridos sin un cansancio extremo.
De alguna manera, y sobre otros todoterrenos, la dirección es algo lenta con algún cuarto de vuelta más de lo deseable para mi gusto, y en carretera, autopista, etc. el coche resulta muy vivo, aunque en ningún momento eso me ha parecido a mí ningún motivo importante, solo una característica.
Las ruedas de 195 de ancho y una altura de 15 pulgadas tienen un relativo balón, 80 de perfil, lo que también es contrario a muchas tendencias de perfiles bajitos, pero que por otra parte son buenas en campo porque además amortiguan, y dejan que flaneen en su caso en carretera. A mi me gustan con ese “balón”.
Esta versión tiene limitado el deslizamiento de los asientos hacia atrás por la mencionada verja separadora de la carga y eso, para alguien alto como yo que mide 1,90 metros, sí puede resultar bastante menos cómodo -a mí me faltan entre 2 y 5 centímetros de desplazamiento del asiento hacia atrás para ir verdaderamente bien-.
La verja se puede quitar a base desatornillar, parece que fácilmente con unas cuantas tuercas, pero legalmente hay que llevarla puesta.
Algunos se preguntan también si se podrían poner los asientos traseros y los cinturones, pero para eso habría que homologarlo y para homologarlo hace falta saber si se puede… El acceso al maletero, o más bien debemos decir que al espacio de carga, se hace por detrás. La verja de separación lo aísla completamente y no cabe ni una mano. Detrás tiene un portón que se abre de lado, “a derechas”. Está bien porque deja una entrada muy grande, aunque si aparcamos cerca de otro coche tendremos que tener en cuenta que quizás no sea posible abrirla del todo.
Esta es una solución muy “a la japonesa” en ciertos tipos de vehículos, y que yo recuerde ahora, el Toyota RAV4 de primera y segunda generación optaban por una solución similar. Muchos otros coches también.
Me atrevo a decir que este Suzuki Jimny es uno de los mejores todoterrenos del mercado. Sí, afirmo, reafirmo, creo que es uno de los mejores todoterrenos del mercado. Y encima, por cotas exteriores, un excelente coche urbano. Los Jimny anteriores ya lo eran, pero ha mejorado tanto en comportamiento de motor, que se puede decir que este está a otro nivel muy superior en conjunto.
En ciudad se mueve bien tanto el por hecho de ser pequeñito y además estrechito, como por lo bien que sube de vueltas el motor de gasolina y lo bien que está resuelto el cambio de marchas, cortito pero sin exagerar. Eso hace que el Suzuki Jimny Pro vaya muy suelto. Los consumos con ese cambio tampoco son exagerados, por mucho que no se acerquen a ninguno de sus hermanos de gama que tienen etiquetas más beneficiosos.
En carretera, a un ritmo bueno medio, puedes estar entorno a 7 u 8 litros, aunque más cercanos a la primera cifra. Oficialmente la velocidad máxima llega a 145 km/h.
Es verdad que contar con chasis de largueros, y sobre el que ancla la carrocería, no le hace único. Ejemplos “haílos”, como el Jeep Wrangler, que al lado del Jimny parece un tanque.
Tampoco que tenga la tracción total conectable. El Suzuki Jimny es un tracción trasera que, mediante una palanca entre los asientos y que está detrás de la palanca de cambios manual, permite engranar el tren delantero. A través de ésta se hace eso y, además, se hace con las reductoras.
No, no es el único TT con reductoras tampoco. Pero los tiempos hace mucho que han cambiado y la tendencia fue a ir haciendo que desaparecieran o que los todoterrenos de este tipo se pudieran contar casi con los dedos de una mano. Y el Suzuky Jimny es así, con el motor delantero transversal, con caja reductora y sin diferencial central… esto es lo único que le faltaría, pero tampoco es imprescindible.
El desempeño fuera del asfalto es espectacular, así de simple, aunque no sea infalible. No hay ningún TT infalible, los hay aceptables, buenos, muy buenos, mejores y muy bien dotados, pero ninguno es capaz de superar todos los obstáculos que se les pongan por delante. Incluso ni con las mejores preparaciones, “solo” son más aptos, mucho mejores, pero nunca infalibles al 100%.
El Suzuki Jimny Pro es perfecto para los caminos, trialeras, etc. aunque sean estrechos. Solamente en pistas de tierra de esas largas, se haga más aconsejable un todoterreno de batalla más larga, porque es más cómodo y, en caso de baches de esos tomados a relativa velocidad, también resulte más seguro. Tiene además una buena altura al suelo de 21 centímetros, y buenos ángulos de ataque y salida.
Es muy manejable y se mete por donde otros tienen que andarse con cuidado o, donde simplemente, otros tienen que desistir. La ligereza que le hace que se desenvuelva bien en ciudad, amén del citado motor, también es una ventaja en caminos, campo o arena. Se hunde menos por el peso y es capaz de subir con menos esfuerzo. Si nos atenemos al peso de marcha oficial, son 1.090 kilos. De esta forma, la relación peso/potencia es de 10,6 kilos por caballo, lo que es significativamente una buena cifra final.
Tiene un interior bien resuelto para su tamaño y el equipamiento no está mal. Se vende por 20.970 euros
Dentro no vamos a encontrar grandes lujos en acabados. Los plásticos son mayoría, pero yo diría que bien elegidos dado que se trata de un vehículo al que se le puede dar trato duro. Para su tamaño y que solo tiene dos plazas, los 20.970 euros que cuesta pueden parecer mucho, pero creo que aquí hay que hacer la salvedad de lo buen TT y coche de ciudad que resulta.
Los relojes del cuadro son generosos de tamaño, y se agradece, al estilo tradicional; son muy fáciles de leer o consultar. La radio, ¡con CD!, está bien situada en el centro, donde antes iba el sistema multimedia de entretenimiento. Tan solo parece que el “cajón” que le han hecho a ésta para que cuadrará en el salpicadero, sea un poco prominente, pero tampoco nada especial.
La palanca de cambio es larguita y está muy a la mano, justo como debe ser. El volante multifunción tiene buen diámetro -un poco grande para algunos-, y tanto los botones de los elevalunas, como los mandos de la calefacción y el aire acondicionado son muy fáciles de usa tanto por ubicación como por tamaño. Ha primado mucho la función frente al diseño, y son más cosas de agradecer.
Y aunque no lo parezca, o no no lo pudiera parecer por su denominación de comercial, el Suzuki Jimny Pro tiene cosas como control de estabilidad -ESP-, sistemas como la alerta por cambio de carril, alerta antifatiga, control predictivo de frenada, asistente de luces de largo alcance, reconocimiento de señales de tráfico, control de retención en pendientes, control de descenso de pendientes, control de presión de neumáticos, aviso luminoso de frenada de emergencia, eCall o sistema de llamada de emergencia, inmovilizador… bueno todo ese montón de cosas y alguna más.