El Citroën C4 calca a otros hermanos de la marca, y a la filosofía de la misma desde el Cactus, de ofrecer una suspensión y unos asientos muy cómodos, para que tanto la conducción como el simple hecho de ir de pasajero sea una experiencia placentera. Si a eso acompañamos una buena habitabilidad, el motor de 131 caballos de gasolina y el cambio automático de ocho velocidades, la combinación es un coche óptimo en todos los sentidos.
Desde el Citroën Cactus, y bueno, en realidad desde muchísimo antes, la marca francesa se ha preocupado de muchos aspectos, y uno de ellos ha sido que sus coches sean confortables. Sin meternos en la suspensión neumática de sus modelos pasados, Citroën se ha preocupado que una “simple” suspensión ofrezca algo más que un simple muelle con mayor o menor dureza. El Citroën C4 que nos ocupa además, lo combina con unos asientos delanteros muy cómodos, mullidos. Pero ojo, que nadie se llame a engaño, no nos encontramos ante un coche muy blando de esos que “flanean” ante la mínima circunstancia. No, tampoco es eso, cómodo pero perfectamente estable y que transmite confianza.
Por estética, pero sobre todo por distancia libre al suelo, casi que algunos lo ven como un crosoover y casi, casi, hasta un falso coupé de los que tanto hablamos habitualmente. Esa distancia libre al suelo es de 156 mm y eso hace también que desde dentro la vista hacia el exterior se sitúe en una posición más elevada. Es decir, vamos sentados más altos que un compacto normal, y algo menos que en un SUV o Crossver al uso. Esa sensación de altitud ofrece un magnífico campo de visión hacia adelante y hacia los lados, al menos en un ángulo de 180 grados. Es muy útil en tráfico urbano, por ejemplo. Es algo por donde, por ejemplo Toyota, está tomando ese mismo camino con el Aygo X Cross y el Yaris Cross.
Con un motor de tres cilindros y 1,2 litros, este C4 desarrolla 131 caballos de potencia con una buena elasticidad y un óptimo comportamiento
Este Citroën C4 tiene bajo el capó delantero el motor que la marca denomina PureTech y que es de tres cilindros y 1.199 centímetro cúbicos. Desarrolla una muy buena potencia de 131 caballos. La denominación comercial es Citroën C4 PureTech 130 EAT8. Claro está, es de inyección directa y le acompaña un turbocompresor con intercooler como manera de sobrealimentación. La gama del Citroën C4 tiene además un diésel (BlueHDi) y el eléctrico (ë-C4).
Es una cifra de potencia realmente bastante equilibrada para un coche de su segmento que, bueno, además está en unos relativamente contenidos 1.250 kilos de peso como cifra oficial. Porque hay que recordar que tan importante es la potencia como el peso, y una buena relación entre ambas características es lo que logra el equilibrio. Además hay que considerar el par máximo y a las revoluciones al que está disponible y que, en este Citroën C4 PureTech 130 es de 230 Nm a solo 1.750 rpm.
¿Por qué eso de que a “solo? Pues porque si 230 Nm es también una cifra muy buena en este tipo de coches, que sea por debajo de 2.000 vueltas es otra característica óptima (incluso también aunque ese régimen hubiese sido un poco superior), pues 1.750 es un régimen que se alcanza rápido y eso es perfecto para desenvolverse con soltura en ciudad, cruces, etc.
Todo lo anterior significa, por una parte, que no se trata de un motor de gran cilindrada y que por tanto va a obedecer a un consumo más aquilatado, como así es porque en uso habitual y normal, tranquilo, está a poco más de 5 litros cada 100 kilómetros recorridos. Por otro lado, una cilindrada contenida respaldada por un turbocompresor ayuda, y mucho, a que la respuesta sea buena, que el motor también sea elástico y fácil de llevar. Eso sí, sin brusquedades.
Total, que en uso normal, en ciudad o también por carretera, pero el uso que habitualmente da la mayor parte de la gente a un coche, se beneficia de una respuesta bastante óptima en respuesta. Esto significa que lo que hundimos el pedal del acelerador con el pie derecho y la respuesta en aceleración y progresión se corresponde con bastante fidelidad. No hay que hacer uso del cambio con asiduidad, que tiene levas detrás del volante a no ser que queramos, por alguna circunstancia especial, como para tener más brío en un momento dado. O para reducir, claro, y ayudar a una frenada apurada.
El cambio automático, que es el llamado EAT8, y similar al del Opel Mokka 1.2AT 130 CV GS Line que probamos aquí mismo también, es de convertidor de par y de ocho velocidades (ambas marcas pertenecen al Grupo Stellantis). Es suave, puede ser relativamente rápido y, sobre todo, hace las transiciones entre marchas con eficacia y ligereza. Es el típico cambio automático de marchas moderno por el que rara vez hay que preocuparse de su funcionamiento. Cumple su función con un nivel elevado de exigencia.
En conjunto, este C4 no solo tiene una grata respuesta al acelerar por potencia, aunque sobre todo por par, y un buen manejo con con la caja de cambios automática, también porque es muy agradable de conducir. No es deportivo en el sentido de que la suspensión y demás elementos están hechos para su suavidad, e incluso algunos lo pueden encontrar algo blando, algo en lo que también tendrán razón. Pero el resultado general es muy bueno en cuanto a dominio del coche, facilidad para moverse en carretera y especialmente en ciudad donde sus dimensiones son muy correctas. Es un coche que deja un buen sabor de boca después de conducirlo.
Un coche equilibrado de dimensiones, un maletero capaz y un equipamiento completo y una imagen desenfadada
Así, el Citroën C4 se puede elegir nada menos que en siete colores de carrocería. Y permite además cierto grado de personalización ya que tanto algunas molduras como el reducido airbump lateral pueden pedirse en varios colores que resaltan sobre el propio color de la carrocería. Bueno, en conjunto también resulta un buen motivo para acabar con una imagen más desenfada de lo normal y, quien no lo quiera, también puede optar por todo de un color y listo.
Por todo ello además, el equipamiento puede decirse que es completo con asistente a la conducción con el llamado Hihway Driver Assist que incluye control de velocidad activo y alerta de cambio involuntario de carril. También puede tener cámaras que dan una visión de las cuatro partes del vehículo para aparcar. Seguro que a alguien se le ocurre que podría tener algo más, pero está más que bien. Las llantas de 18 pulgadas pueden elegirse de tres tipos de diseño (todas ellas muy singulares) y como los pases de ruedas van en negro, con la altura libre al suelo, admite tanto la visión de un turismo alto como la que se obtiene en un SUV medio. Eso sí, la caída del techo en su parte trasera condiciona la altura disponible a la cabeza para los ocupantes de esas plazas que, como compensación, disfrutan de una buena distancia para las piernas a los respaldos de los asientos delanteros. Esa forma trasera también condiciona a veces la visibilidad en su ¾ trasera.
FICHA TÉCNICA
Citroën C4 PureTech 130 S&S EAT8 Feel Pack
MOTOR DE GASOLINA
Cilindrada: 1.199 cc
Número de cilindros: 3 en línea
Ubicación: delantero transversal
Potencia: 131 CV a 5.000 rpm.
Par máximo: 230 a 1.750 rpm.
Alimentación: inyección directa, turbocompresor e intercooler
TRANSMISIÓN
Tracción: delantera
Caja de cambios: automática, 8 velocidades
Embrague: convertidor de par
SUSPENSIÓN
Delantera: Independiente tipo McPherson con muelle y amortiguador
Trasera: semi-independiente con rueda tirada con elemento torsional y resorte helicoidal
LLANTAS Y NEUMÁTICOS
Delanteros: n. d. x 18” con 195/60 R18
Traseros: n. d. x 18” con 195/60 R18
PRESTACIONES
Aceleración 0-100 km/h: 9,4”
Velocidad máxima: 210 km/h
Consumo combinado WLTP: 5,7 l/100 km
Emisiones CO2 WLTP: 129 gr/km
Etiqueta DGT: C