BMW X3 y X4, dos SUV alemanes con carburante hasta su nuevo ciclo

Las actualizaciones y nuevos modelos de BMW siguen imparables. Ahora ha sido el turno de la puesta al día, que no una nueva generación, de los SUV X3 y X4. Mejoran en imagen, pero también en equipamiento a la vez que suman algunas versiones en cuanto a mecánica se refiere.

En su tiempo, el BMW X3 fue todo un éxito cuando se lanzó al mercado, allá por los años 2000. Ahora, que el mercado demanda SUV como el mar agua, la jugada es distinta porque la competencia es numerosa, de todo tipo, y feroz (en aquel tiempo ni siquiera se había dado a luz al X4 por parte de BMW). Así, desde 2017 el conjunto que conforman el BMW X3 y X4, con mayor y especial “significancia” del primero, BMW lleva vendidas en España casi 24.000 unidades. Otros modelos de la marca, como el X1 ya le ha desbancado, y también otros como el propio Serie 1. Eso no significa que el BMW X3, y también el X4 que le va a la zaga, hayan dejado de ser importantes.

Cambios estéticos para el BMW X3 y X4 que mejoran lo ya conocido

Es normal que una puesta al día, determinados elementos estéticos reciban su dosis de cambios. Unas veces sencillamente por cambiar, y otras porque además siguen la estela de la “firma estética” de la marca impuesta en otros modelos, o porque en esos cambios haya alguna razón técnica que además los justifique. Por ejemplo, la parrilla es ahora de “riñones” más grandes. Lo vimos también en el BMW Serie 2 Active Tourer. Además de que proporcionan mayor entrada de aire (excepto en el eléctrico, claro) deja más superficie para la mayor importancia que toman los sensores de los numerosos sistemas de ayuda a la conducción. O sea, que a veces es más necesidad que otra cosa, y que se aprovecha además para dar una nueva dosis de imagen cambiada y mejorada. Es el nuevo «carburante» que estas dos versiones reciben hasta su ciclo final donde cambiarán de generación, aunque para eso faltan todavía unos años.

Por su parte, BMW también ha rediseñado los paragolpes. Era de esperar. Y a la vez, delante ahora los faros más “afilados” porque son más estrechos, que siguen siendo de tecnología led. Pero con los riñones de nueva factura y los “ojos” más rasgados, podemos contemplar una nueva cara. Detrás, y excepto por el difusor, hay menos cambios. La “firma lumínica” trasera si que adquiere unas tulipas distintas con lo que se llama ahora “efecto 3D” (pero solo en el X3). Bueno, sea como fuere, aportan más modernidad y me parecen más bonitos.

Desde esta actualización de los BMW X3 y X4, el primer nivel de acabado empieza directamente en el xLine. Le sigue el M Sport, o versiones a medio camino entre las mejores de la gama y los M, y los M propiamente dichos.

En el interior, la digitalización, cómo no otra vez, también es objeto de atención. La pantalla de instrumentos es de 10,2 de serie, y puede llevarse hasta las 12,3 pulgadas pagando sobrecoste. Eso sí, no cobra tanta importancia como la pantalla curva de los iX o del propio Serie 2 Active Tourer antes mencionado. A pesar de ello, BMW ha mejorado el software para una más rápida respuesta, además de el navegador se gestiona en la nube para una mejor precisión y actualización, y huelga decir que el sistema es compatible con Apple CarPlay y Android Auto. No podía ser de otra manera.

Destacan también los asientos, que de serie ya son los deportivos (antes en opción) como otra muestra más del mayor nivel en todos los sentidos que adquieren estos dos SUV. De la misma forma las tapicerías adquieren nuevos materiales y apariencias. Si antes ya el nivel de calidad y apariencia eran innegablemente buenos, ahora está claro que aumentan notablemente.

Se mantienen las versiones diésel, las de gasolina, las híbridas ligeras, la híbrida ligera y la eléctrica, normalmente con mejoras

Está claro que la oferta mecánica, muy amplia, como hasta ahora, se mantiene e incluso mejora en algunos aspectos. Los diésel, lejos de mermar o desaparecer, adquieren el mismo protagonismo, y de hecho algunos de ellos, que son cuatro en total, protagonizan el mayor nivel de ventas en la gama. Por su parte, igual número de oferta en mecánicas de gasolina. Y tanto diésel como gasolina se adscriben a la pegatina medioambiental ECO de la DGT. Solo la versión eléctrica aumenta ese nivel de etiquetado hasta la CERO emisiones.

Si pasamos a detallar los diésel nos encontramos con el primer escalón de acceso a la gama por varios motivos y que corresponde con la denominación sDrive18d. Primero por el precio, que es el menos costoso, 52.600 euros. Segundo porque es el menos potente, 150 caballos. Y tercero por otras dos características únicas que no se repiten en ninguno de los BMW X3 ni X4, que es de cambio manual y tracción trasera (de ahí lo de la “s” del nombre). Cierto es que esta motorización no está disponible en el BMW X4, como tampoco la híbrida enchufable ni la eléctrica.

Las otras tres opciones en cuanto a motores diésel se refiere las encontramos en las denominaciones xDrive20d de 190 caballos, el xDrive30d de 286, y el M40d de 360. Este último ya con el mayor de los precios a desembolsar en este combustible, 77.900 euros.

Los siguientes son los propulsores de gasolina, con precios que van desde los 54.400 euros de la versión más asequible, hasta los 118.400 de la más potente y deportiva. Todos, desde ahora, con red de 48 V, menos el M Competition. Son, por orden ascendente, xDrive20i (184 CV), xDrive30i (245 CV), M40i (360 caballos) y el M Competition (510 CV). Este último no solo es el más caro, también es el más potente y rápido. Aunque mantiene el nivel de potencia hasta ahora conocido, BMW ha aumentado el par en 50 Nm y además ha añadido un cigüeñal de acero forjado, entre otras cosas, claro.

En el apartado de las novedades de la electrificación, está el xDrive30e que, por su denominación con esa “e” en el nombre, pone de manifiesto que es un híbrido enchufable. Tiene 292 caballos y cuesta 65.700 euros. Y a partir de esta versión, pasa de tener 46 kilómetros de autonomía en eléctrico (ciclo WLTP) a 50. Luego, y ya totalmente eléctrico, sin humos y con la parrilla delantera como pura ornamentación, el iX3 de 286 caballos que por 74.400 euros declara también una autonomía eléctrica de 461 kilómetros.

La actualización del BMW X4 no es exactamente la misma que la del X3

¿Tanto monta Isabel como Fernando? Era cómo me decían a mí de pequeño, y referente a los Reyes Católicos, cuando querían explicar que dos mandaban lo mismo, pero a veces no lo mismo. Así es. Tanto el BMW X3 como el X4 comparten la mayoría de la novedades estéticas, de equipamiento y tecnología, pero no al 100%. El BMW X4 está considerado, por esa carrocería de falso coupé, un producto más enfocado al dinamismo y no tanto a la practicidad o utilidad que ofrece la del X3.

De esta forma, los grupos ópticos traseros del X4, por ejemplo, no tienen ese carácter o forma de 3D del X3. Aunque lo más importante es que no comparte con el X3 alguna de sus motorizaciones, estrellas o no.

Aunque tiene mecánicas diésel en su oferta, para el BMW X4 no está previsto que se venda con el s18d de 150 caballos que antes mencionábamos. Lo mismo que por abajo, por arriba le pasa lo mismo. Es decir, tampoco vamos encontrar en su lista de versiones ni la motorización híbrida enchufable xDrive30e ni mucho menos la iX totalmente eléctrica. Dado que es la misma plataforma del X3, las razones no son técnicas sino de enfoque del producto. El rango de precio del BMW oscila entre los 57.400 euros y los 120.400.

Tanto el BMW X3 como el BMW X4 mantienen sus cotas de 4,75 metros de longitud exterior y una batalla, o distancia entre ejes, de 2,86 metros. Eso los sitúan como SUV medianos, pero a la vez de los más grandecitos en su categoría. También influyen en una presencia exterior notoria, además de un más que razonable espacio interior en el que la capacidad de maletero oscila entre los 450 y 500 litros según en algunas versiones porque la batería se encarga de restar ese espacio, pero de cualquier forma más que suficiente.

Es de destacar igualmente una conducción verdaderamente aplomada, tanto en uno como en otro modelo. Y ya desde las versiones “más simples” donde esa gran sensación de control y seguridad tanto en llano como en curva, sale a relucir. Si además nos referimos a las versiones mayores, esas con la “M” de por medio, el nivel de estabilidad es supremo, y también más firme claro.

La opinión de Garaje Hermético

No nos importa decirlo, hay SUV que son una verdadera maravilla de conducción. Y entre están los BMW X3 y X4, este último para los que prefieran una versión estética menos familiar. Van de cine, y especialmente atractivos resultan las versiones M de 510 caballos, así de simple.

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