En el mes de enero de 1988 un joven periodista se atrevía a probar el Porsche 911 justo coincidiendo con su 25º Aniversario. Y decía, entre otras cosas, que era un modelo «con muchos años encima» y que no resistía una comparación «objetiva y desapasionada» con deportivos más modernos, entre ellos sus propios hermanos los Porsche 944/968 y el 928. ¿Quién fue el osado? Y, sobre todo, ¿tenía algo de razón?
En este vídeo repasamos algunos Porsche míticos.
¡Este es un vídeo muy especial! Porque voy a poner a prueba, con vosotros como «jueces», mis dotes como probador y periodista del motor. Voy a leer, en ocasiones, literalmente, los párrafos más jugosos de esa prueba y vosotros tendréis que decir si tenía, y tengo razón, o justo lo contrario.
Del amor al odio
Del amor al odio. Como lector, como simple aficionado, mi deportivo favorito era, sin duda, el Porsche 911 en general y el Turbo en particular. Me encantaba la línea, me encantaba lo que leía de él, que era un coche eficaz pero difícil, me encantaban los éxitos que alcanzaba en competición, su motor bóxer… todo.
Pero luego tuve la fortuna de convertirme en probador. Y probar mi primer 911, que no fue en esta prueba de la que ahora os hablo, sino años antes. ¿Y que me encontré? La llave en el sitio equivocado… si ya sé que es por el tema de Le Mans, ¡pero la calle no es Le Mans!
Me encontré con una posición de conducción que no esperaba por culpa de unos pedales primitivos articulados abajo, un embrague durísimo, un cambio de recorridos largos y también duro… eso no me lo esperaba. Y luego, el comportamiento: Para volverte loco. Si conducías fino, subviraba a la entrada por falta de peso en el tren delantero. Pero luego, a la salida de la curva, sobreviraba por culpa de ese motor ahí atrás… lo dicho, para volverte loco.
Amores reñidos, son los más queridos. Eso dicen Y ese fue mi caso. Tras probar varios 911, tras rodar con él en circuito muy bien asesorado por Emilio de Villota, fui queriendo más al 911 y viendo sus cualidades.
¿Cuáles han sido los Porsche más incomprendidos?
Las principales cualidades del Porsche 911
La primera, su calidad… ¡Qué bien hecho estaba el 911 en 1988! Comparados con otros deportivos, la diferencia era abismal. Un 911 lo podías usar a diario, como coche único, hacer viajes, montones de kilómetros y no te iba a dar problemas… eso en 1988 no se podía decir de otros deportivos… salvo que fuesen otros Porsche.
La segunda: Podía llegar a ser tremendamente eficaz. Al final lo que había leído de otros probadores era cierto, un 911 necesita un conductor o un piloto con mucho nivel, pero si lo tiene, es una máquina terriblemente eficaz en carreteras de curva… Yo os diría que incluso hoy comparado con los grandes y pesados deportivos de ahora.
Y en esta tesitura, cuando era el jefe de pruebas de la revista que en ese momento era la más importante del sector, llega el 25 aniversario del Porsche 911. ¿Y quién iba a tener la fortuna de hacer la prueba del 911 Carrera Aniversario?… ¡pues quién iba a ser! ¡El jefe! O sea, yo. Insisto en una cosa: Estamos en 1988 es decir, hace nada menos que 35 años y hablamos del final de la que se considera la segunda generación del 911. Ya vamos por la octava.
Muchas de las cosas que dije en 1988 son válidas hoy
Pues bien, muchas de las cosas que dije entonces creo que ahora siguen siendo válidas, aunque dejo para el final el «as en la manga» de Porsche… ¿adivinas cuál es?
Decía: «Es difícil hablar de esta versión del Carrera sin recurrir a determinados adjetivos como genuino, auténtico, tradicional… para muchos los únicos Porsche ‘de verdad’ son los que llevan el motor atrás». Ahora que Porsche ya hace de todo tipo de vehículos, creo que esto es más verdad que nunca, con la excepción del 718, sea Boxster o Cayman.
«Conducir un 911 es un reto. Es un coche complicado que exige preparación y concentración… pero con la diferencia sobre otros que si domamos a nuestro Carrera, conseguiremos una eficacia difícilmente igualable». La verdad es que esto tampoco ha cambiado tanto… y si lo ha hecho es por ese «As en la manga» del que os hablaré al final.
La inhabitual longevidad del 911
Hace 35 años, hablando de un jovencísimo 911 de solo 25 años, ya nos referíamos a su «inhabitual longevidad» y se daban cinco argumentos: «Su calidad y fiabilidad… su alto precio de reventa… su capacidad de representación… su carácter de coche ‘clásico’… y su eficacia como deportivo». Creo que esto tampoco ha cambiado sino que se ha acentuado, porque el año que viene al 911 le van a caer 60 añitos…
Hay cosas que se podría decir que sí ha cambiado, aunque utilizando la famosa frase de Giuseppe di Lampedusa «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie». Me explico.
¿Qué no ha cambiado? Leo textualmente: «Este bóxer de 6 cilindros responde con energía a las solicitaciones al acelerador, ya gire a 1.500 o a 6.500 rpm. La nota romántica la da su inconfundible sonido, muy bonito, aunque algo subido de tono».
¿Qué ha cambiado? De nuevo leo el texto: «En este motor no hay turbos ni cuatro válvulas por cilindro ni calado variable, solo 3,2 litros, 3.164 cm3 y 231 CV… no hay nada como la potencia a base de cilindrada».
En definitiva, lo que no ha cambiado es que los mejores motores son los que tienen una curva de par plana y una respuesta inmediata. Lo que sí ha cambiado es la forma de conseguirlo… Ahora se hacen motores turbo sin prácticamente tiempo de respuesta y las 4 válvulas por cilindro y el calado variable es casi una obligación.
Vuelvo sobre el asunto del comportamiento: «De este coche no puede decirse que sea sub o sobre virador. Si aceleramos demasiado pronto a la entrada de una curva el coche se desliza del tren delantero empujado por la potencia del motor y su bien asentado tren posterior… si seguimos acelerando con decisión llega un momento que el tren trasero se ‘escapa'»… Cosas del motor posterior.
Llegamos a la conclusión donde decía: «Es difícil sacar conclusiones objetivas de un coche en el que dominan las conclusiones subjetivas». ¡Esto sí que no ha cambiado! Y seguía: «Hay otros modelos de Porsche pero, hoy por hoy, el 911 sigue siendo ‘EL PORSCHE’ por excelencia». Creo que esto tampoco ha cambiado.
El «As en la manga» de Porsche
Y por fin llegamos a este famoso «As» que como todos habéis adivinado es la electrónica. A ningún coche que yo sepa le ha sentado la llegada de la electrónica tan bien como al 911. La última vez que probé a fondo un 911, incluso en circuito, fue hace unos 4 años… Desde entonces no me han dejado un 911… tampoco lo he pedido. Era la serie 911 muy parecida a la actual y se trataba del Carrera S por supuesto cargado de electrónica.
Hay varias conclusiones. La primera, si no fuese por la electrónica hace tiempo que el Porsche 911 llevaría el motor central. Esto es un hecho indiscutible. La segunda, este modelo está claro que tiene el secreto de la eterna juventud, sigue siendo uno de los deportivos más deseados. La tercera, no la voy a decir yo, sino vosotros: ¿Creéis que acerté en mis conclusiones en ese lejano 1988 con solo 28 añitos? ¿O estuve acertado?