Hubo un tiempo en que no había modelos GTi ni nada parecido y que si querías un coche deportivo tenías que comprar un modelo coupé y, por supuesto, con propulsión trasera. Algunos los llamaron «Coupés industriales». Yo los llamo coches deportivos «de verdad».
Vamos a comparar, seguramente, los dos mejores: El Ford Capri y el Opel Manta. Y, como decimos siempre, «vamos a comenzar por el principio». Nos vamos a hacer historia y nos vamos a la era “Pre-GTi”.
Los coupés «industriales»
Antes de que apareciesen los GTi y todos sus derivados e imitadores había dos tipos de coches deportivos: Los nacidos y diseñados desde el primer momento como coches deportivos y los llamados «coupés industriales».
Y alguno se preguntará, «¿y eso qué es?». Pues para hacer un deportivo una marca partía de una berlina media, cambiaba la carrocería y ya tenían un deportivo. Para las versiones más prestacionales se metía el motor más gordo posible y se reforzaba frenos y suspensiones… pero lo importante era la estética exterior y exterior.
Porque del Ford Capri, hubo versiones de 1.3 litros, pero del Opel Manta las hubo de 1,2 y con ese tamaño y porte, os podéis imaginar que las prestaciones no eran muy «deportivas»; con comillas.
Esto ya lo había inventado Ford al otro lado del charco cuando presentó el Mustang, un coche de carrocería deportiva, pero de prestaciones modestas. Pero tanto del Mustang como de los Capri o Manta sí que hubo versiones muy deportivas. Pero, lo importante no era ser deportivo, sino parecerlo.
Todo cambio, pero… ¿a mejor?
El primer Volkswagen Golf GTi aparece en 1974 y no cambio todo inmediatamente, pero sí que fue el principio de un cambio importante y sin marcha atrás que llega hasta nuestros días. Hasta el GTi los deportivos eran modelos que debían parecer deportivos más que serlo y con los GTi cambiaba la propuesta: Debian ser deportivos, aunque no lo pareciesen.
La deportividad «estética» en los GTi se conseguía y se consigue a base de colores, llantas más grandes, alerones, aletines y accesorios, pero la carrocería es la misma, nada deportiva pero igual de práctica que todos los demás Golf. En este vídeo tienes algunas reflexiones sobre el Volkswagen Golf.
Así que poco a poco los deportivos dejaron de ser coupés con chasis-bastidor de berlinas y casi siempre de propulsión trasera a ser coches con poca apariencia deportiva, pero con prestaciones y comportamiento muy mejorado… y con tracción delantera, una forma muy eficaz de «democratizar» la conducción deportiva cuando no había ayudas electrónicas.
Así que casi sin saberlo, el GTi y sus derivados e imitadores acabaron dando la puntilla a los coupés, a base de ofrecer sensaciones y prestaciones deportivas, facilidad de conducción y mucha más practicidad. Como os decía, las cosas cambiaron, pero no sé si a mejor… Aquí tienes algunos de los mejores GTI de los años 90.
Ford Capri: Inspirado en el Mustang
El Mustang comienza a venderse en 1964 y fue un éxito desde el primer momento. Y Ford quiere repetir ese éxito en Europa y en 1969 lanza la primera generación de este coche, el Capri, para mí la más bonita de todas. Por ser bonito, es bonito hasta el nombre.
El Capri es una carrocería coupé puesta en el chasis de una berlina, el Ford Cortina. Incluso muchos de sus motorizaciones eran comunes, pues el Capri nace con motores de 1.3, 1.5 y 1.7 litros, pero acaba llevando todo tipo de motores, 4 en línea, 4 en V y 6 en V desde 1.3 litros a 3.1 litros, desde unos 60 hasta unos 150 CV. Aunque hubo una versión, el RS 3.100, destinada a la competición, limitada a 100 ejemplares y con el sello de Cosworth, que ofrecía 435 CV.
Y es que desde el primer momento tanto la versión MKI como el MKII fueron muy populares en las carreras de turismos. No así la tercera generación, aparecida en 1978, que no se vio mucho en las carreras. Es para mí el Capri más conocido y que más he probado tanto en versión de 4 cilindros 2 litros y solo 101 CV como sobre todo en la versión V6 2.8 inyección de 160 CV, mucho más acorde con el aspecto del coche.
Opel Manta, ¡menudo lío!
La verdad es que, desde mi punto de vista de periodista, General Motors lo complicaba mucho todo. El Manta es un ejemplo: Se vendió como Opel en la Europa continental e incluso en los EE.UU. de Norteamérica, pero también como Vauxhall en el Reino Unido y en algún otro mercado «raruno» y tuvo infinidad de variantes, series especiales y motorizaciones.La gama arrancaba con un modestísimo motor de 1.2 y 60 CV y el más potente era un 1.9.
Manta B, cambio drástico
Estéticamente el Manta B era otro coche mucho más moderno y luminoso. Hubo incluso una versión con portón posterior, como se decía entonces «liftback», con denominación «CC» para complementar al modelo de dos puertas. La versión británica se llamaba Vauxhall Cavalier Sports Hatch.
El Opel Manta B llegó a montar un motor 2.0 litros de 110 CV y, como en el caso del A, la lista de versiones limitadas y-o especiales es infinita. Y por fin llegamos al Manta B2, aparecido en 1982 y que como en el caso del Capri es para mí la más conocida y la que más he probado. Por eso ha sido elegida para la comparativa.
Capri vs. Manta. ¿cuál es mejor?
Para hacer una comparativa he elegido versiones coetáneas, comparables, que conozco bien y prácticamente tope de gama. En el caso del Ford, el Capri III 2.8i V6 de 160 CV y fabricado entre 1978-1986. En el caso del Opel el Manta i200 de 1982 de 2.0 litros y 125 CV. Un modelo pensado para servir de base en competición y el primero de las series especiales que siguió con el i300 e i400
Ambos coches comparten arquitectura, con el motor delantero, cambio a continuación y propulsión posterior con eje rígido, algo que les confería un comportamiento delicado, especialmente en mojado y-o en firmes irregulares. También comparten una buena calidad de construcción en general y son robustos y fiables.
Probando estos dos coches resulta curioso que el más potente, el Capri, sea con diferencia el menos deportivo. Porque por reglajes de suspensión, reparto de peso, configuración interior, dirección y frenos, el Capri es un coche mucho más burgués. Es realmente un coche muy cómodo y muy apto para largos viajes, incluso bajo el prisma de hoy día. Aunque me gustan más los primeros Capri, lo cierto es que este coche, con su larguísimo morro y sus cuatro faros ligeramente tapados por el capó es muy bonito. Esta solución estética la han usado, entre otros, BMW.
El Opel es mucho más deportivo, con unos reglajes de suspensión más firme, dirección más directa y un peso menor, por su motor de 4 cilindros en vez de 6, y mejor reparto de pesos. En el interior, las versiones con asientos Recaro ofrecían un puesto de conducción casi perfecto y el motor, aunque menos potente que el V6 de Ford era más alegre, aunque no tenía muchos bajos.
Conclusión
¿Cuál es mejor? Mejor no es, pero a mí me gusta más el Opel, sin duda más ágil y deportivo. Ahora bien, como clásico el Capri es más barato, más sencillo de mantener y más utilizable en el día a día. Como digo es un coche con el que podrías viajar sin problema.
Coche del día
Lo tengo claro: Un Opel Manta i400 homologado en Grupo B. Obviamente este coche nada tenía que hacer frente a sus rivales mucho más sofisticados con tracción total y turbo, salvo en rallyes «destructivos». Pero su versión de calle, aligerada y con motor de 245 CV era una verdadera pasada y conducirlo, un verdadero disfrute. Un merecido coche del día.