Esto no es un vídeo… ¡es un reto! Te voy a dar diez reglas o consejos sobre conducción eficiente de coches (y de motos) y, si los sigues estrictamente, te aseguro un ahorro de combustible de alrededor de un 10 por ciento. ¿Aceptas el reto? Pues… ¡adelante!
Consumir menos es una muestra de habilidad al volante. Incluso en la Fórmula 1 los buenos pilotos consumen menos combustible. He impartido muchos cursos de conducción eficiente, como me gusta llamarlos, en distintos formatos: teóricos, prácticos, en circuito, en modalidad de conducción acompañada… ¿Sabéis porque me gusta más le expresión “conducción eficiente”? Porque me permite insistir en que lo más eficiente en la conducción es no tener accidentes, cuidar nuestro vehículo y consumir menos… en este orden.
En los cursos prácticos, cuando hay tiempo, hacemos mediciones de consumo, antes y después, y los propios alumnos alucinan… No, no es que tenga una fórmula secreta. Simplemente sigue este decálogo…
Conducir un coche consumiendo el mínimo: Un reto, un objetivo
Convierte la mejora de tu conducción, la búsqueda de la eficiencia en un reto y en un objetivo. No seas de los que piensan «tengo mucha experiencia y ya lo sé todo». Porque, aunque lo sepas todo, los coches cambian y la forma de conducirlos, también…
En este vídeo te contamos qué es conducir bien.
El Superpoder
En los cursos, casi antes de comenzar, siempre hago la misma pregunta. Imaginad que podéis elegir un superpoder para convertirte en mejor conductor o piloto, ¿cuál elegirías? ¿La prudencia? ¿La paciencia? ¿Sentido del espacio o del equilibrio? ¿Cálculo rápido de tiempos y distancias? ¿Reflejos instantáneas? ¿Vista periférica?
Ninguno de ellos. El superpoder de un buen conductor es la anticipación. Imagínate un conductor que va demasiado rápido, no respeta del todo las normas, o del todo o nada; no tiene el coche impecable… pero sabe lo que va a pasar unos segundos antes de que pase… a pesar de todo, sería un gran conductor. La anticipación es algo que puedes trabajar con conocimiento de tu vehículo (saber lo que va a pasar), del entorno (mirar 360º) y la experiencia…
La inercia es energía
Esto es lo que os contaba al empezar con los periodistas «pilotos» que conseguíamos mejores consumos. Si frenas muy cerca de la curva y «paras» el vehículo, tendrás que acelerar más para recuperar la velocidad perdida. En los semáforos calcula la distancia y frena lo menos posible. No mires solo al coche de delante, mira todo lo que puedas por delante de él.
El atasco, que asco
En los atascos el consumo se dispara. Hay que evitarlos, pero ¿cómo? Tienes dos herramientas: La tecnología y el sentido común, como decía mi madre, «el menos común de los sentidos». Usar la tecnología es lo mejor para evitar el atasco.
Diseña tu ruta teniendo en cuenta las retenciones habituales y, si puedes, usa los navegadores de interactivos que «saben» las condiciones del tráfico y evitan que caigas en «trampas» como la típica retención por accidente. Procura hacer los viajes en horas «valle» si puedes.
Velocidad: La justa
Pocas veces la DGT española y yo hemos estado de acuerdo. Diría que ninguna, con una excepción: el slogan como se decía entonces, el «claim» como se dice ahora, que decía «Velocidad, la justa; ni más ni menos». ¡En lo que seguro que no estaremos de acuerdo es en cuál es la velocidad justa!
Ir anormalmente lento nos hará gastar más, pues hay que utilizar marchas más cortas, además de crear situaciones de peligro. E ir demasiado rápido, aumenta el consumo. Lo ideal –dependiendo de tipo de vehículo- es «ir con el tráfico». Además, es la forma en que evitaremos acelerones y frenazos.
El frío, un enemigo
Eso de calentar el motor dejando el coche unos minutos a ralentí, está bien… si tu coche es un clásico. En coches modernos, arranca el motor y echa a andar. Por la mañana, sobre todo si hace mucho frio, tranquilidad. Más frío, pues más tranquilidad. El desgaste de un motor en frío llega a ser diez veces superior que en caliente.
¡Esa presión de los neumáticos!
Sé sincero, si no conmigo, sí contigo: ¿cuándo fue la última vez que miraste la presión de las ruedas de tu coche? Entre un 20 y un 30 por ciento del consumo de combustible se emplea en vencer el rozamiento de rodadura y unas presiones bajas incrementan este consumo de forma apreciable. Y lo que es peor: Son peligrosas, ¡muy peligrosas! Por último, recuerda que con la presión de ruedas es mejor más que de menos. En este vídeo te hablamos de las presiones de los neumáticos.
Cuida los detalles
Hay detalles que son importantes. Por ejemplo, usa mejor el aire acondicionado que las ventanillas bajadas. La mayor parte del consumo de un vehículo (salvo en subida) se emplea en vencer la resistencia aerodinámica. No está en nuestra mano mejorar la aerodinámica de un vehículo… pero estropearla, sí. Bajar las ventanillas si hace calor es mal negocio: Mejor poner el aire acondicionado. Ojo también al empleo de la «baca»: Hay que restringirlo al mínimo y en cuanto no la usemos, fuera.
La mejor inversión
Un mantenimiento adecuado es la mejor inversión en seguridad, en duración de nuestro coche y en consumo. Cosas aparentemente sencillas, puede tener una repercusión importante. Por ejemplo, un filtro de aire sucio puede aumentar el consumo hasta el 20 por ciento. Es un ejemplo de lo importante que es un mantenimiento adecuado.
¡Usa el cerebro!
Me encantan los coches y las motos. Pero hay que hacer un uso inteligente. Por ejemplo, si vamos al centro y no tenemos moto, ¿no nos interesa más usar el metro u otro servicio de transporte público? Si llevas mucha carga a lo mejor interesa hacer algunos kilómetros más, pero dejar la carga más pesada primero. Y, desde luego, perder unos minutos diseñando el recorrido lógico, vale la pena.
Conclusión
Créeme: Hacer una conducción eficiente no está reñido, para nada, con disfrutar de la conducción. Es cierto que en ocasiones daremos preferencia al confort y el consumo y otras, en cambio, a la diversión, cuando practicamos una conducción más dinámica un día que vamos a hacer curvas. Tu elijes en cada caso, pero con una idea clara: Lo primero de todo es la seguridad, la nuestra, pero aún más la de nuestros acompañantes y la del resto de usuarios de la vía.