Coches torpedo o «Bisiluros». Sólo para expertos

Si pones en Google «Coches Bisiluro» te salen algún que otro coche y muchos pescados… muchos «siluros» que es un tipo de pescado. Pero los verdaderos conocedores del automóvil sí saben de qué hablamos… De unos coches especiales y espectaculares. ¿Eres de lo que sabe mucho o de los que quiere saber mucho? En ambos casos, este video es para ti, es perfecto para dedicarlo a los «gourmets» del automóvil, a aquellos que saben distinguir lo bueno…

Este es un vídeo para los que saben mucho de coches o para los que quieren saber mucho de coches… como los lectores de la revista www.ceroacien.es, que patrocina este vídeo, y te ofrece, sobre éste y otros coches, información muy interesante, muy fiable y con muchas fotos que valen la pena. Recordad, CEROaCIEN solo se vende online. Y que, si eres garajista, tienes descuento si introduces el código GH5.

Doble torpedo

¡Vamos a comenzar por el principio! «Bisiluro» significa en italiano «doble torpedo». Este tipo de coches nació a finales de los 40 y principios de los 50 donde se daban dos circunstancias: Había una verdadera pasión por la velocidad y los reglamentos deportivos eran más laxos… el automovilismo casi acababa de comenzar.

Tendemos a pensar que en esos años se ignoraba la aerodinámica… ¡gran error! La aeronáutica, que arranca oficialmente con el vuelo de los hermanos Wright el 17 de diciembre de 1903 supuso una revolución en el terreno de la aerodinámica.

Lo que me resulta curioso es que cuando se aplicaba al automóvil se hacía teniendo en cuenta reducir la resistencia para aumentar la velocidad, pero nunca con la idea de «pegar» el coche al suelo. Digo que es curioso que nadie, hasta la Jim Hall y su Chaparral, pensase en que para pegar un coche al suelo bastaba con poner alas «del revés» …

Un coche inspirado en dos aviones

Piero Taruffi era un piloto solvente y además ingeniero. Como piloto fue tan solvente como para ganar las «Mille Miglia» de 1957, el mismo año en que se mató nuestro Alfonso de Portago. Y como ingeniero tuvo una idea genial: Hacer un coche inspirado en dos aviones.

¿Por qué en dos? Porque Piero hizo un coche que eran dos carlingas de avión, por supuesto sin alas. En una iba el piloto y en otra la mecánica. Pero la resistencia al aire era mínima.

Creó el Tarf 1 con un motor de moto de 500 cm3 en la derecha y el piloto a la izquierda. Y la idea funcionó, funcionó tanto como para alcanzar casi 200 km/h con un motor de 500 cm3… un buen inicio.

Hemos hablado del Tarf I que podemos considerar sino el primer bisiluro, al menos el primero que tuvo éxito y que dio comienzo a una saga. El siguiente fue el Tarf II de 1951, que ya cambió su motor de moto por un motor Maserati mucho más serio.

Este coche tiene dos curiosidades: Desconozco el motivo, pero Taruffi invirtió las posiciones, el motor iba a la izquierda y el piloto a la derecha. Y otra curiosidad, el coche no se conducía con un volante convencional, sino con una palancas que manejaban unos complejos reenvíos…

Pero funcionar funcionaba y este modelo acarició los 300 km/h

Nardi 750

En las 24 horas de Le Mans de 1955 se presenta en la parrilla, para competir en la categoría de hasta 1.000 cm3, otro «bisiluro», obra de Carlo Mollino de la empresa Nardi, el Nardi 750. Como este es un vídeo para expertos os lo digo antes de que me lo digáis: Sí, el año del accidente más grave de la historia del deporte del automóvil.

El Nardi era una joya con dos torpedos, una para el motor y otro para el piloto, y una parte hueca que, según Mollino, aumentaba el agarre… una especie de «efecto suelo» pero en el centro en vez de en los laterales. El coche era muy aerodinámico, muy ligero pues pesaba unos 400 kg, y con un motor 4 cilindros Gianni de 750 cm3 y 60 CV. Pero superaba los 220 km/h.

Este coche existe en la actualidad y lo puedes ver en el Museo Leonardo Da Vinci de Milán, todo un lujo. Me parece un lugar muy adecuado para un coche tan imaginativo.

Pegaso Bisiluro

Vamos a hablar de un bisiluro muy especial, el que Pegaso preparo para correr la 24 Horas de Le Mans… cosa que nunca hizo. EL Pegaso Bisiluro de 1953. El nombre oficial de este modelo era el de «Vehículo especial 1953: Coche de competición» pero internamente era conocido como «bitorpedo» y sobre todo «bisiluro», nombre con el que ha pasado a la historia.

Y Wifredo Ricart, el ingeniero genial que estaba detrás de todo el proyecto Pegaso, se tomó muy en serio este coche nacido para competir en Le Mans. El motor, inicialmente de 2,5 litros, era el V8 habitual de Pegaso estaba retrasado 260 mm para mejorar el reparto de masas.

Lo más destacado era su aerodinámica carrocería de chapa de aluminio que incluía un freno aerodinámico, una especie de «Plancha» o alerón, que se subía para presentar más resistencia al aire. El coche se probó en Montlhéry, en Francia, en mayo de 1953 y se vio que el coche tenía posibilidades… pero que estaba falto de puesta a punto. Lo más preocupante era su inestabilidad a alta velocidad.

OSI Bisiluro Silver Fox

El OSI Bisiluro Silver Fox (1967) es el culpable de mi afición a los bisiluros. En una juguetería encontré una reproducción de este coche y me cautivó… me la compré y aún la conservo. La he buscado, pero las miniaturas estáticas las conservo en cajas en mi trastero y no he dado con ella… ¡una pena! Ni conocía esa marca, OSI, que significa Officine Stampaggi Industriali y que hizo algunos coches de competición memorables. Este modelo nunca pasó de ser un prototipo… ¡qué pena!

Otra particularidad de este modelo es que no se trata de un modelo de competición, sino de un coche biplaza. Eso sí, tras ese diseño tan espectacular se esconde un motor de R-10… me da igual, me encantaría probarlo.

Rarezas

¿Qué os han parecido estas rarezas? ¿Las conocíais? Confieso que echo de menos los años en que los reglamentos no era tan restrictivos… los vimos en el video titulado «La Edad de Oro de la Fórmula 1«. A lo mejor hay que hacer otro sobre la «Edad de Oro» de los coches de competición… ¡Se admiten sugerencias! Espero que este vídeo, un tanto especial y para entendidos, os haya gustado. Yo, personalmente, tenía ganas de hacerlo.

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