Hoy os contaré cosas del Renault Clio, de como un diésel como el Peugeot 309 podría ser deportivo y como otro modelo que lo pretendía, el VW Syncro, en cambio no lo conseguía. Pero a comienzos de 1.990 una de la cosas más interesantes que estaban sucediendo en el mundo del motor era que Mercedes trataba de rejuvenecer su imagen de marca a golpe de nuevos y más dinámicos modelos… sin perder su identidad… Hicieron un buen trabajo.
Mercedes es una marca muy especial y de una indiscutible calidad. Pero me llama la atención como una marca que fabrica camiones, furgonetas, cuyos coches son los taxis en gran parte del Mundo, desarrollado o no, tenga una imagen de marca Premium tan arraigada.
En España eran los coches de los «nuevos ricos», pero ese era un problema muy local. Porque el problema, a nivel mundial, era que tenía una imagen de marca conservadora y destinada a la «gente mayor». Hoy día está ya ha cambiado, quizás siga siendo una marca más conservadora que otras, pero desde luego ha cambiado y para mejor… y eso comenzó a fraguarse a finales de los ´80 y primeros ’90.
En la lista de coche que os he traído dejo para el final 3 Mercedes que, como digo, comenzaron a cambiar la imagen de marca. Pero antes os hablaré de otros modelos.
Y, ¡por fin! el Clio era Clio y no nuevo R5. Ya se sabía el nombre, ya había fotos y se decía del Clio que era un R19 “pequeño”, pero el compacto más grande de su categoría Incluso se sabían al detalle fechas de comercialización y motores, incluido el 16v.
¿Diesel y deportivo?
El Peugeot 309 SRDT se empeñaba en demostrar que con la tecnología turbo era posible. Con casi 80 CV, buen par y solo 1.000 kg de peso, el 309 era un coche sin duda muy dinámico.
Deportividad que, curiosamente, no alcanzaba el modelo del que vamos a hablar ahora, a pesar de doblar en potencia al 309 y disfrutar de la tracción total. Y es que el VW Passat GT Syncro era una berlina rápida, no una berlina deportiva… el matiz… os lo explico: Casi tonelada y media de peso.
Y ahora os voy a hablar de un coche que me dejo huella por cómo era y por el susto que me diño: El Cadillac Allanté. La prueba la titulé: «Un americano muy especial».
Y comenzamos con los Mercedes. Viendo la prueba de este modelo me llama la atención lo bueno que era… y que sigue siendo, porque es un modelo de una longevidad extraordinaria. Me refiero al Mercedes G, uno de los mejores TT en el momento de su presentación y hoy mismo…
Recuerdo el coche del que voy a hablar ahora porque apenas unos segundos me salvaron del desastre… me refiero al Mercedes 300 CE-24, un excelente coche que casi me cuesta el puesto de trabajo.
La marca Mercedes y el concepto de coche deportivo no casaban bien, salvo honrosas, escasas y carísimas excepciones, con e 190 2.3 16v. Pero otro 190 más asequible, el 190E 2.6 Sportline demostraba que con una buena base, muy pocos cambios bastaban para convertir al Mercedes 190 en una verdadera berlina deportiva.
En podcast posteriores seguiremos hablando de este proceso de rejuvenecimiento de la marca. Ahora… ¡nos vamos al motorsport!
Y en estos comienzos de 1990 es inevitable referirse al Rallye de Portugal, para mí el mejor que ha habido en el calendario del Mundial. Lancia daba un recital… aunque al principio parecía otra cosa.
Mientras, en el primer G.P. de F1 de la temporada en Phoenix Senna respondía a Balestre donde mejor lo sabía hacer: En la pista. Y después Prost le respondió, dos semana más tarde, venciendo con Ferrari el G.P. De Brasil… así andaban las cosas.