Citroën ha demostrado que un vehículo urbano y eléctrico, como el nuevo AMI, es capaz de cubrir una ruta como el Camino de Santiago, más de 700 Km, en ocho jornadas. Un viaje a través del “Camino Francés” de Roncesvalles a Santiago de Compostela, sin problemas ni averías.
El nuevo Citroën AMI (recuérdese que hubo otro AMI en los años ’60) ha nacido con vocación urbana. Su forma cúbica (no exenta de cierta gracia), su ligera carrocería plástica y su motor eléctrico –alimentado por una batería de pequeñas dimensiones- lo hacen ideal para circular por las calles, para aparcar en cualquier sitio y para no contaminar. Tanto como vehículo particular o de “car-sharing”, el AMI es un auténtico urbanita.
El AMI no pasa de 45 Km/h porque es un «autociclo»
Sin embargo, Citroën quería demostrar que puede con mucho más, como un largo viaje de más de 750 Km por carreteras secundarias (por su condición de “autociclo” no puede circular por autopistas ni autovías, ni requiere carnet de conducir). Pero tampoco puede exceder de 45 Km/h (autolimitados) y tiene una autonomía de 75 Km, lo que impide cubrir grandes distancias en poco tiempo.
Como un peregrino más, el AMI comenzó su Camino de Santiago en Roncesvalles, en la frontera francesa, devorando en ocho jornadas -a golpe de tres etapas diarias- los kilómetros que le separaban de Compostela. Con calor, lluvia, niebla… Navarra, La Rioja, Castilla y León y, finalmente, Galicia: 764 Km en total. Sin una avería, sin un accidente, sin un problema.
Cualquier enchufe basta para recargar al AMI
Periodistas de diversos medios del motor fueron turnándose al volante. Y las recargas se hacían allí donde se llegaba. Como la batería de 5,5 kW/h puede cargarse en cualquier enchufe, bastaba el de un bar, de un hotel, de una gasolinera o de cualquier comercio. Y en tres horas, todo listo para repartir.
El octavo día, el Citroën AMI hizo su entrada en la Plaza del Obradoiro de Santiago, entre peregrinos y caminantes. Se había cumplido el objetivo. Y demostrado que un vehículo de movilidad urbana es capaz de realizar un gran viaje con un consumo mínimo, unas emisiones contaminantes “cero” y con una comodidad que no ofrece –por ejemplo- una bicicleta.