¿Era mejor la suspensión hidronemática de los GS o CX que la de los modernos Citroën C5? ¿En qué se diferencia con la Hydractive?
Pregunta
En mi memoria guardo un recuerdo de la suspensión hidroneumática del GS Palas que tenía mi tío, allá por los 80. Me gustó tanto que me compré un Citroën C5 con suspensión hidroneumática y he de decir que quedé decepcionado en un punto, si bien el coche siempre se mantiene recto y es tremendamente estable en las curvas no percibo esa sensación de «alfombra voladora» que sentía en el coche de mi tío.
¿A qué se debe ese cambio y porqué se perdió ese efecto de «alfombra mágica» en la suspensión hidroneumática moderna?
Respuesta
La suspensión hidroneumática Citroën empleada en coches como el DS Tiburón, el GS o el XM y la que emplean modelos más modernos, como el C5, son muy diferentes.
La antigua era completamente mecánica, concretamente hidroneumática, enormemente complicada en su instalación y propensa a fugas de líquido. Pero también muy eficaz y, sobre todo, confortable.
Los más modernos sistemas Hydractive fueron una evolución contínua de aquella y ya contaban con gestión electrónica (desde el XM y Xantia) que, en teoría, debía hacerla más rápida y eficiente.
El C5 fue el último modelo de la marca en montar la «Hydractive III+», eliminándose del catálogo debido a la «escasa demanda de esa opción y al elevado coste de producción» como declaró la propia Citroën.
En teoría, la Hydractive de los C5 y C6 era muy superior a la hidroneumática de los DS de los ’50 y ’60, con adaptación automática de altura y de dureza. Eso sí, los coches no son equivalentes, ni su peso, ni sus neumáticos ni, probablemente, su velocidad de circulación.
Hemos hecho un montón de vídeos sobre la suspensión hidroneumática, te los recomendamos.