Nos alegra mucho ver que hay «garajistas» que disfrutan en los circuitos, como es el caso de esta pregunta sobre el sistema TTC del Abarth 500. Muy interesante lo que plantea.
Pregunta
Picado por el gusanillo de ir a circuito, me he comprado un Abarth 500 con 8 años. Estoy muy contento con su respuesta en recto y en curva, personalmente, me parece que subvira un poco. En el circuito, soy de tu misma opinión, de que no es tanto para hacer tiempos sino para conocer mejor tus límites y conocer mejor tu coche.
El Abarth 500 tiene un botón que se llama TTC que, según he leído, se trata de un sistema electrónico que llama «Torque Transfer Control». El otro día en el Jarama, sí que noté que al activarlo podía hacer bastante mejor las curvas. porque, según he leído, hace un poco las veces de diferencial autoblocante electrónico.
Como contra, mi impresión es que luego alargaba las frenadas un poquito (tenía que frenar antes).
¿Me puedes dar un poco más de luz sobre el TTC? ¿Es la única marca que tiene un sistema similar?
Respuesta
El TTC es un sistema electrónico que emula a un diferencial autoblocante, sin serlo. Un autoblocante electrónico detecta cuando una rueda pierde tracción (normalmente la interior de la curva) y la frena ¡con el freno!, permitiendo que la exterior reciba todo el par del motor y el coche gire más cerrado y con mayor tracción.
Este sistema entra en conflicto con el ESP, que intenta que el coche siempre vaya siempre «sobre railes». Cuando se presiona el botón TTC, el ESP reduce su intervención en la conducción, aunque no del todo. Si se fuerza demasiado el coche, entra en acción al final para garantizar la seguridad.
Sin duda el TTC es eficaz en conducción rápida y requiere «mejores manos» del conductor. Los efectos en la frenada pueden deberse a errores de lectura del sistema o a sobrecalentamiento del líquido (aconsejamos que pongas DOT5 o superior), ya que está permanentemente frenando en las curvas, aparte de lo que tú hagas con el pedal de freno.
Muchas marcas equipan sistemas parecidos (algunos integrados en los modos de conducción Sport), aunque nunca son tan eficaces como los autoblocantes de discos o Torsen. Eso sí, éstos requieren del conductor aprender sus reacciones más secas y violentas. Y, además, son mucho más caros que el sucedáneo electrónico.