¿Es posible cambiar marchas sin pisar el pedal de embrague?

JC nos pregunta si hay un método para cambiar de marchas nuestro coche sin pisar el pedal del embrague, como lo hacen a veces las motos o algunos camiones.

Pregunta

Además del arranque y la parada, ¿con qué tipo de engranajes y en qué casos sí es posible efectuar el cambio de marchas sin tener que pisar necesariamente el pedal de embrague y sin rascar los engranes?

Hago esta pregunta porque he visto que muchos conductores de camiones no pisan el pedal de embrague al efectuar el cambio entre marcha duales y también que algunos motociclistas no accionan el mando de embrague al efectuar el cambio secuencial, sino que sólo sueltan el acelerador por un instante.

Al efectuar cambio de marchas, en motocicleta y en automóvil, yo siempre desconecto el embrague por temor a rascar los engranes.

Respuesta

Tu pregunta es interesante, porque muchos automovilistas desconocen los distintos sistemas de cajas de cambio que equipan a los vehículos.

Las cajas de cambio manuales de los automóviles normales suelen llevar «sincros», que son aros que «ayudan» a pasar de un piñón a otro. Pero aun así requieren el empleo del embrague. Sería posible -aun a fuerza de un mayor desgaste de estos sincronizadores- cambiar de marcha «a capón» (como se dice en argot) en ascenso, pero es casi imposible que no rasque o se atasque en reducción.

Es algo que muchos hemos sufrido (y duele de verdad oír cómo suena) ante una pérdida total del embrague. Y la única solución para llegar al taller si no hay grúa. Pero es muy poco recomendable, de verdad.

Hasta la II Guerra Mundial casi ningún automóvil llevaba cambio sincronizado y obligaba a un gran juego de pedales y a contínuos crujidos de los piñones.

En el caso de los camiones, hace mucho tiempo que cuentan con cajas de cambio automatizadas. Pero los camioneros siempre han sido unos «ases» realizando la maniobra de doble embrague con los pedales, y completamente «de oído».

Las motos emplean cambios secuenciales, que son mucho más directos y que pueden engranar las marchas sin uso del embrague. Su arquitectura es muy diferente a la de un coche. Y mucho más ingeniosa. Por eso los coches de competición empezaron a usarlas desde los años ’80, en cuanto los materiales aguantaron la superior potencia y par.

Actualmente las cajas automáticas de diversos tipos, desde el «variador contínuo» a las de «doble embrague» están sustituyendo con éxito a los cambios manuales, porque eso de coordinar pedales con los pies y una palanca con la mano ya no es propio del siglo XXI.

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