¡En menudo lío me han metido! Una revista de clásicos, Coches Clásicos, tiene una sección llamada «Garaje soñado» e invitan a diversas personas relacionadas con los clásicos para que elijan su «Garaje Soñado». Y me lo han pedido a mí. Hasta aquí, bien. Pero… ¡es que solo puedo elegir tres!
Este vídeo pertenece al Área de Socios de Garaje Hermético, para verlo tienes que pertenecer a este grupo y tiene un coste de 0,99 euros al mes.
¡Sólo 3 coches! Te aseguro que mi garaje soñado tiene más de tres coches… ¡muchos más! Todo un reto, un desafío y un dolor de cabeza. Me hace mucha ilusión que Iván Vicario, al que considero amigo y es el director de Coches Clásicos cuente conmigo, pero en el fondo, ¡me ha metido en un lio!
Coches que me dejaron huella
Entre mis coches favoritos para tener en mi garaje hay prototipos, coches de competición, modelos exclusivos que nunca he probado… Hay de todo. Por eso he decidido centrarme en coches que he probado a fondo ya como periodista del motor, como profesional, coches que me dejaron huella…
Lo cual deja fuera a modelos como el Citroën SM, ¡un coche que adoro!, o a su «Serena Majestad» el Lamborghini Miura, probablemente el coche más bonito de la historia… ¡una pena! Y es que, siento repetirme, tres son muy pocos. Pero quería compartir mi elección con vosotros. A ver si me dais el aprobado…
Renault 5 GT Turbo FASE II. Primer amor.
Los primeros amores nunca se olvidan. Y este coches ha sido, como periodista, mi primer amor. El principal motivo es que fue la primera presentación a la que asistí como periodista. Recuerdo que fue en Jerez. Por supuesto era el FASE I, aunque en ese momento no sabía que habría un Renault 5 GT FASE II. Recientemente he leído la prueba que escribí de ese coche y sobre todo criticaba el tren delantero.
Pero en 1988 llegó el FASE II con muchas mejoras, pero sobre todo tres: Unas llantas mucho más bonitas, 5 CV extra y sobre todo reformas profundas en el eje delantero que hacían, ahora sí, que el coche fuese realmente bien. Mi historia con este coche no acaba aquí. Muchos años después vi este coche en la portada de una revista de clásicos y me di cuenta de una cosa: ¡me había hecho mayor!
BMW M3 E30. Primeros galones
El GT Turbo fue mi primera presentación, pero los «galones» me los dieron cuando acudí a la presentación de este primer BMW M3 en el circuito de Mugello más o menos un año después. Ya había probado y me había enamorado de varios BMW de la Serie 3, en especial el 323i.
Y de repente llega la invitación para ir a Italia, a Mugello, circuito que no conocía, a probar este coche. Hay que entender el M3: Tenía según fuese catalizado o no entre 195 y 200 CV. Eran muchos, pero no lo convertía en superdeportivo. Lo inusual de este coche era su eficacia y su progresividad, en unos años en que la electrónica brillaba por su ausencia…
Confieso que estaba un poco nervioso: Cochazo, circuito nuevo, periodistas internacionales de mucho prestigio de los que yo era lector, periodistas nacionales, entre ellos mi ex-jefe… pero todo esto se desvaneció en la primera curva… Sentía el coche como si fuese una prolongación de mi cuerpo, obedecía a la perfección a lo que le pedía. Adelantaba a todos los periodistas, nacionales e internacionales, incluido a mi jefe… este coche me hizo sentir que era un buen piloto.
Ferrari F40. ¿Puedo dormir en el coche?
Uno de los días más felices de mi vida fue cuando un jueves fui a recoger este coche, me pusieron las llaves en la mano y me dijeron «me lo devuelves el lunes… de una pieza«. En esa época el importador compraba a título particular que dejaba a la prensa con cuenta gotas y con un mecánico vigilante al lado… conmigo hicieron una excepción.
Confieso que no dormí en el coche porque no me dejaron ni mi novia ni mi madre… ni sobre todo mi padre… aunque en el fondo, todos los entendían.
Para mí es el coche perfecto… bueno, casi perfecto. Le pongo un 9,99 sobre 10. ¿Por qué? Porque no lleva un V12, aunque el V8 3.0 litros biturbo y multiválvula de 480 CV a 7.000 rpm es pequeño, ligero y suena a gloria.
Tengo estos recuerdos muy frescos. El viernes fuimos a hacer fotos al Jarama. Por el Paseo de la Castellana era incomodísimo, el mínimo bache en la calzada era un buen «meneo» dentro del coche y todos los mandos eran duros, tanto el embrague como la dirección o el cambio… pero yo era un hombre feliz en ese coche tan bajito, de carreras y que era el centro de las miradas de todos… impresionante.
Y llegamos al Jarama y le dije al fotógrafo: «Este Ferrari F40 vale 40 millones de pesetas», recordad que no había euros. E insistí: «Es mi sueldo de 70 años… no me pidas derrapadas». Pero en la segunda curva lenta ya estaba derrapando. Y eso que este coche no lleva ninguna ayuda a la conducción, pero ninguna es ninguna: Por supuesto no lleva control de tracción o estabilidad, pero ni siquiera ABS o servofreno… es un coche sin filtros. El único lujo: Aire acondicionado… y es que hace falta.
La primera vez que hice la recta a fondo me llevé un susto de muerte… la válvula limitadora del turbo, al abrirse, sonaba como un estacazo… no, no se había roto nada, pero ¡qué corta parecía la recta del Jarama”.
Ese fin de semana me gasté medio sueldo en gasolina y no me bajé del coche más que para comer, dormir o hacer «mis necesidades»… y muy a mi pesar, unas pocas horas, para dejárselo a otros probadores, bajo amenaza de muerte si rompían algo. Pero ni ellos ni yo rompimos nada.
Y devolví el coche el lunes de una pieza. Pero el propietario miró las ruedas traseras y me dijo: «Te lo has pasado bien»… Me atreví a responder: «Necesidades del guion… las fotos te van a gustar«. Y le gustaron.
Nunca un Ferrari me ha marcado tanto antes, ni después…
La pregunta del día
Bueno, está claro, ¿o no? ¿Cuáles son tus tres coches de tu particular Garaje soñado? Si os gusta la idea podemos hacer un vídeo sobre los coches solados por los garajistas…