Renault gana a Porsche… Y tu coche lleva turbo

Abre el capó de tu coche: ¿Lleva turbo? Seguramente. Entre el 70 y el 80 por ciento de los coches habituales lo llevan. ¿Conoces el efecto mariposa? En 1978 un Alpine Renault A442B ganó a Porsche en Le Mans. Pues bien, esa victoria es la “culpable” de que tu coche lleve turbo. ¿Qué no te lo crees? Dímelo al acabar de ver este vídeo.

Me gustan las historias y esta es muy, pero muy buena. Cuenta como unos ingenieros con ingenio la “liaron” … pero bien liada.

Tanto Alpine como Gordini eran dos empresas que colaboraban con Renault y ambas participadas por la marca. Alpine estaba especializada en hacer coches deportivos, pero en el mundo del Motorsport su especialidad eran los chasis para muchas disciplinas diferentes.

Por su parte Gordini se dedicaba a los motores y daba su nombre a las versiones más deportivas equipadas con los motores preparador por ellos, como el inolvidable R-8 Gordini o el ineficaz R-12 Gordini… De estos coches hay que hablar. Pero ese será otro vídeo.

Campeonato Europeo de 2 litros

El Mundial de Resistencia y muchos campeonatos de menor rango, como el europeo, tenían la cilindrada tope limitada los 3 litros, como la F1. Pero había una categoría de 2 litros que Renault disputo y acabó venciendo en el año 1974, dejando un buen sabor de boca, pues era una forma de desmostar que los Renault eran rápidos y fiables. En esa época el “coeficiente de equivalencia” si usabas un turbo era en el Mundial de Marcas y la resistencia de 1.4 a 1 y en la F1 de 2 a 1. Es decir, que existía la posibilidad de montar un turbo al motor V6 a 90 grados de 2 litros.

Como diría mi madre, “se juntaron el hambre con las ganas de comer” porque coincidieron en el tiempo dos jóvenes ingenieros con nuevas ideas, como era el caso de Bernard Dudot y François Guiter con un ingeniero-piloto como era el caso de Jean-Pierre Jabouille, con el título de ingeniero y grandes dotes como piloto. Al Alpine A441 Sport de 2 litros se le instaló un turbo y en su debut en los 1.000 km Jabouille acompañado de Larousse ganaron a la primera… pero luego la fiabilidad fue un verdadero quebradero de cabeza. ¿Qué se estaba haciendo mal? ¿O simplemente era imposible hacer un motor turbo fiable?

Renault Sports

Tras analizar la situación la conclusión fue que la desconexión entre el equipo de Chasis de Alpine y el de motores de Gordini era un grave problema. Estaban distanciados físicamente, Alpine en Dieppe y Gordini a 200 km en Paris. Pero aún estaban más distanciados en su filosofía de trabajo. Así que en 1975 nace Renault Sport que absorbe a ambas empresas y las unifica bajo una sola dirección. Los coches pasan a denominarse Renault-Alpine y no al revés. Y deciden asaltar Le Mans.

Los Renault-Alpine de resistencia se mostraban rápidos pero frágiles… En las 24 Horas de 1977 dominaron los entrenamientos y la carrera, pero uno tras otros fueron cayendo. Y es que 24 horas son muchas. Pero 2, son pocas. Y 2 horas es el máximo de duración permitida en un G.P., de F1. Los ingenieros estaban sorprendidos de la potencia que se podía conseguir con el turbo y convencieron a los jefes de que mejor era irse a la F1… a pesar del coeficiente 2 a 1. Esos chicos, además de ser ingenieros brillantes, tenían una capacidad de convicción impresionante.

Y convencieron a los mandamases y a mediados de 1977 Renault entra en la F1 con el RS01, que también se rompía una vez sí y otra también. Pero Renault no quería salir de Le Mans “por la puerta de atrás” sin conseguir una “turbo-victoria” pues no está de más recordar que quien ganaba en esos años era Porsche con motores turbo, ¡refrigerados por aire! Y que no se rompían. Así que a finales de 1977 la dirección de la empresa dio una orden muy clara para 1978…

…¡hay que ganar en Le Mans! El año 1978 fue trepidante en Renault, pues ya sabéis que, salvo excepciones, Le Mans se disputa en el mes de junio. Se hicieron test intensivos en Paul Ricard, test en diversos aeropuertos, incluso se cerraron autopistas para simular las condiciones de la recta de las Hunaudières… Y llegó el fin de semana del 10 y 11 de junio de 1978…

La “Grande Armée”

El equipo de Renault-Alpine era de una calidad extraordinaria. El novísimo A443 con motor de 2.2 litros lo pilotaban dos de mis pilotos favoritos, Patrick Depailler y el citado Jean-Pierre Jabouille. Junto a este había un evolucionado A442, al que se le añadía una B, A442B, que contaba con ciertas mejoras, como un techo de plexiglás que colaboraba a que los pilotos se “asasen” de calor, pero se ganaban unos 15 km/h extras en la larga recta.

El equipo de este coche era curioso, pero antes de saber lo que iba pasar, me pareció un acierto. Porque al rapidísimo Didier Pironi, un piloto al que solo la mala suerte le impidió ser Campeón del Mundo de F1, se le unía un piloto sin duda algo más lento, pero con muchas experiencia y conocedor del coche y de la resistencia, Jean-Pierre Jaussaud.

Los pilotos de los coches más antiguos, los A442 eran también extraordinarios, los “rallysticos” Jean Ragnotti y Guy Fréquelin junto a José Dolhem y otro pilotazo de F1 como Jean-Pierre Jarier. Y un cuarto equipo con un experto en Le Mans, Dereck Bell junto a un experto en F1, Patrick Tambay.

El Renault-Alpine A443 iba en cabeza a pocas horas del final, pero pagó su elevado ritmo con problemas en el cambio. Incluso se llegó a reducir la potencia, pero a unas 5 horas del final Depailler se detuvo a un lado de la pista con un pistón perforado…Y su puesto lo heredó el Renault-Alpine A442B. Pero no fue fácil. Prueba superada. Renault había ganado las 24 Horas de Le Mans. Y con esa misión cumplida, ya se podía dedicar a la F1.

El 16 de julio de 1977 habría debutado en el GP de gran Bretaña el Renault, ya sin Alpine, RS01, el primer F1 con motor turbo de la historia. Y unos días antes de cumplirse los dos años, en el GP de Francia disputado el 1 de julio de 1979 un coche francés, en un circuito francés, con neumáticos franceses y un piloto francés, Jean-Pierre Jabouille, vencían por primera vez con un monoplaza dotado de motor Turbo en la F1. Y desde entonces, con algunos paréntesis reglamentarios, todos los F1 y casi todos los coches de competición llevan motor turbo… ¿casi todos los coches de competición? No, los de calle también.

Conclusión

Renault en su momento fue líder en el uso del turbo en los coches de competición y en los de calle. Quiso demostrar, y demostró, que era una forma de hacer coches con talante deportivo a un precio más bajo, con motores más pequeños y más sencillos. Y triunfó.

Pero no solo Renault. Ese “abatir de las alas de mariposa” del Renault-Alpine A442B en Le Mans de 1978 ha dado lugar a que la gran mayoría de coches que se venden equipen motor dotado de turbo y que dicho sistema sea popular, fiable y muy recomendable.

Y todo comenzó cuando unos locos maravillosos, unos “ingenieros-ingeniosos” se preguntaron: “¿Qué pasa si le metemos un turbo a este motor?” Y, sin saberlo, la liaron.

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