Historia de TVR: Los coches deportivos más peligrosos

Como todos los TVR modernos, el Sagaris ignora la regla que impone la Unión Europea, que recomienda que todos los coches estén equipados al menos con ABS y airbags. Por ahora, TVR no ofrece en sus coches ayudas electrónicas a la conducción, dejando el control del automóvil totalmente bajo las habilidades al volante de su conductor”. Esto es lo que dice Wikipedia del Sagaris, uno de los últimos TVR. Con un par… porque, ¡Ojo!, que hablamos de un coche que declara más 400 CV y 1.100 kg…

¿Por qué hago este vídeo? Cuando pienso en los temas, que para mí es lo más difícil, pienso es lo que más os puede interesar. Y, de vez en cuando, me concedo un regalo y me digo: “Hoy voy a hablar de lo que me apetece, me da igual que guste o no”. Este es uno de esos vídeos… ¡y a veces incluso funcionan y os gustan!… no siempre. Rodrigo también me ayuda en esto… incluso alguna vez se le ocurre alguna idea buena… pero solo de vez en cuando… seguro que esto lo corta…

Me apasiona la marca TVR. Y estoy enamorado del Sagaris, que se fabricó entre 2004 y 2006… incluso estuve viendo la posibilidad de importar uno, pero conseguirlo con volante a la izquierda no es cosa fácil… Hablaremos del Sagaris y de otros monstruos de TVR, vais a alucinar…

TVR ha tenido una historia tormentosa, una fama de coches peligrosos, con motores potentes y chasis no siempre a la altura incluso hay quien quiere ver una cierta maldición en esta marca¿tiene algo de verdad todo esto? Os adelanto que sí…

1946: Nace TVR

Trevor Wilkinson (1923-2008) un tío con apellido de cuchilla de afeitar, era un apasionado de los coches deportivos. A los 14 años de edad abandona la escuela para perseguir su vocación de convertirse en ingeniero. 

El TVR One

Con 23 años de edad Wilkinson puso la semilla de lo que sería TVR al inaugurar un pequeño garaje en su casa que llamó pomposamente “Trevcar Motors”. Un año después otro loco de los coches llamado Jack Pickard se unió, pero puso una condición: cambiar a un nombre algo más serio. Se seleccionaría TVR Engineering. Su primer coche nace en 1949 con un chasis de largueros, carrocería de aluminio y un motor de camioneta Ford de 35 CV

Producción en serie

Su primer coche de producción en serie ya contaba con otra de las señas de identidad de la marca, la carrocería de fibra. Se presentó en 1954 con un nombre, esta vez sí, más pomposo: TVR Sports Saloon. La verdad es que decir “producción en serie” suena muy bien, pero se fabricaron más bien pocos… exactamente 3.  

A comienzos de los años ’60, un buen año, nace el TVR Grantura, presentado en el Auto Show de Nueva York. Ya empieza a verse la filosofía de la marca: Coches de estética llamativa y diferente, peso escaso y motores ajenos, pero sencillos y potentes.  En este caso el motor 1.6 se acercaba a los 100 CV para un peso de 700 kg… y para mí era, como todos o casi todos los TVR, un coche muy bonito.

Primera bancarrota

Os decía al comenzar que la historia de TVR es tormentosa.  A pesar del éxito del Grantura las finanzas no iban bien y en 1965 la compañía quiebra. Llega la llamada “era Lilley”, pues la compañía se vendió a Arthur y Martin Lilley, padre e hijo, quienes crearon TVR Engineering Limited.  Y llega un coche clave en la historia de TVR, uno de los más conocidos y de los más apreciados: El Griffith.

Helen Jones se desnuda

Los Lilley padre e hijo intentan hacer coches más económicos, pero igual de atractivos. Nace el TVR Vixen y en 1970 otro coche para mi clave en la historia de TVR: El precioso Tuscan. Para tener repercusión tuvieron una “gran”  idea: Lanzar en 1970 una agresiva campaña de publicidad con la famosa modelo Helen Jones posando desnuda junto al TVR

La segunda bancarrota

Pues, como ya supondréis al leer el crédito, mal. Tan mal que los Lilley se ven obligados a malvender la compañía a otro entusiasta y admirador de la marca: Peter Wheeler

A Peter le gustaba la marca porque eran deportivos puros, sin concesiones al lujo ni siquiera a la seguridad. Y lo que hizo fue radicalizar la marca aún más… una estrategia que tuvo éxito. ¿Cuál era la gracia de estos coches? Pues que eran una absoluta locura. Wheeler, un purista, no quería que sus coches montasen airbags ni ABS ni ninguna ayuda electrónica a la conducción de ningún tipo: Según Wheeler esto les daba a los conductores un sentimiento de “falsa seguridad”.

Deportivos para expertos

En esta etapa se cimenta la fama, justamente ganada, de que los TVR eran y son coches para expertos. O, como dicen otros, para dementes totales. El más mínimo error al volante podía llevar a tener un grave accidente. 

Pero esta forma de pensar tuvo grandes repercusiones económicas, pues en la gran mayoría de los mercados los sistemas seguridad eran y son obligatorios, con los cual los TVR sólo se podían vender en Gran Bretaña… y con el volante en el sitio equivocado. 

El TVR más “bestia”

No podemos dejar de hablar del TVR Cerbera Speed 12 una versión de competición del Cerbera, del que se llegaron a vender más de 1.500 unidades. Quisieron montar algo muy gordo para 1997… el Speed 12. El chasis y carrocería eran completamente nuevos y el motor un V12 de 7,7 litros de origen Aston Martin y casi 900 CV… una verdadera pasada… pero pasó lo inevitable.

De nuevo a la ruina

Una nueva ruina y un nuevo “salvador”, pero esta vez entre comillas, pues el millonario ruso Nikolay Smolensky compró la compañía, pero para deshacerse de ella solo unos años… sin haber vendido un solo coche. El 6 de junio de 2013 el empresario ruso vendió TVR a un empresario británico, Les Edgar, otro gran aficionado a los deportivos radicales.

Nace TVR Automotive Limited, una compañía liderada por Les Edgar y John Chaset que anunció la presentación de un nuevo Griffith desarrollado por Gordon Murray en la parte del chasis y Cosworth en la parte motor, un coche del que dijeron que sería el “coche deportivo de Dios». Seguimos esperando.

¡Una auténtica locura!He leído en una página Web que “a pesar de la locura e imprudencia que caracteriza la marca, no podemos evitar quererla”. No estoy de acuerdo. Creo que, precisamente por eso, porque es loca e imprudente, la queremos. TVR es, sin duda, uno de los fabricantes más extremos de la historia… o el que más. 

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