Comparativa Alfa Romeo GTV vs BMW 323i

Me gustan las comparativas «vintage» … unas más que otras… ¡y esta es de las que más! Comparamos a uno de los mejores coupés deportivos de Alfa Romeo de todos los tiempos, el Alfetta GTV 2.5 V6, con uno de los modelos más importantes en la historia de la marca alemana BMW, el 323i. Hay muchas cosas interesantes que contar…

Este es un guión escrito más con el corazón que con la cabeza. Porque hay coches que enamoran, los Alfa casi todos y este especialmente. Y así se vivía en la fábrica. Orazio Satta, ingeniero que estuvo 25 años trabajando en Alfa, muchos de ellos como jefe de departamento técnico, decía en una entrevista: «Alfa Romeo no es sólo una fábrica de automóviles. Es un tipo de enfermedad, el entusiasmo por un medio de transporte». Yo tengo esa enfermedad.

Alfa: Coches dinámicos y deportivos

Vamos a hacer un poco de historia. Alfa tenía a finales de los 60 una bien ganada fama de hacer coches dinámicos y deportivos. Pero sus plurivictoriosos GTV ya acusaban el paso del tiempo. Y buscaban un sucesor, pero un sucesor que impactase a los potenciales clientes… y a los rivales. Así que contactaron con la recién creada Italdesign, la oficina de diseño nada más y nada menos que de Giugiaro. Y le hicieron el encargo. Y, como de costumbre, diseñó una obra maestra.

Y la mecánica era de lujo, con el sistema «transaxle» con el cambio sobre el eje posterior, que luego Porsche utilizó e incluso quiso apropiarse de su «paternidad». En 1974 nace este modelo y en 1980 llega a su capó uno de los mejores motores V6 no del momento, sino de la historia: El famoso V6 tipo Busso, en su versión de 2.5 litros y 160 CV. Recientemente hemos hecho un vídeo sobre este motor y su «rival» el PRV. Satta, Giugiaro, Busso… un coche de autor… de esos que, hoy día, no se hacen.

BMW: Calidad alemana

Eso de calidad alemana, hoy día, no es lo mismo. Pero en estos años que van desde primeros de los 70 hasta los 80, periodo de vida del GTV, era una verdad como un templo. Cuando apareció el Alfetta GTV, incluso el V6, el modelo rival de BMW era el 323i de la generación E21, la fabricada entre 1975 y 1982. El 323i aparece en 1977. Este serie 3 era el sucesor del 2002, un coche excelente. Pero es nuevo serie 3 era un impresionante paso adelante del BMW sobre todo en términos de calidad de fabricación, lujo y confort.

El 323i contaba también con motor de 6 cilindros, en este caso en línea, ni tan famoso ni tan afinado como el de Alfa, pero sin duda excelente. Con 2,3 litros e inyección ofrecía 143 CV, no destacaba por su buen par a bajo régimen, pero sí por su facilidad para subir de vueltas.

Su arquitectura técnica era muy tradicional, con el motor delantero, cambio de cinco velocidades justo bajo la mano del conductor, propulsión posterior y suspensión independiente a las cuatro ruedas, la trasera digamos que ligeramente oscilante por el ángulo de sus trapecios inferiores. Para entendernos, que las ruedas al subir aumentaban su caída negativa, es decir, se «espatarraban» un poco como decía un amigo mío. Pero no como en un R8 desde luego.

Nos ponemos al volante

Más o menos ya conocemos a los contendientes. Vamos a ponernos a su volante y a compararlos. Comenzamos con el Alfa Romeo, un coche al que, como dice Luis Alberto, no te subes, sino que te «bajas», porque era bajito.

Para mí el puesto de conducción es perfecto, con todo a mano, aunque se hace raro el parabrisas que llega hasta casi encima de tu cabeza. He probado este coche sin servodirección, con el motor de 4 cilindros y es un infierno… imprescindible la servodirección que, si llevaba, al menos en España, el V6.

La dirección es precisa, la estabilidad impecable, la respuesta del motor deliciosa, los frenos van bien y el cambio… pues no tan bien. Es duro, aunque relativamente preciso a coche nuevo. En el cambio del BMW no había reenvíos, la palanca salía directamente de la caja al habitáculo. Esto hacía que, debido al tamaño del cambio, te robase espacio para las piernas y, desde luego, no ayudaba al reparto de pesos, muy vencido hacia el tren delantero.

La posición de conducción era muy buena, la servodirección también imprescindible y la habitabilidad, sobre todo atrás, era mejor que la del Alfa, por razones obvias: En el Alfa ahí iba el cambio y el techo bajaba mucho…

Una vez en marcha, el motor no tenía, ni de lejos, los bajos del Alfa, pero sí subía rápido de vueltas como el Alfa. Te doy un dato: El BMW daba su par máximo a más de 4.500 rpm. En el motor del Alfa tanto la potencia, que era 17 CV mayor, como el par lo ofrecía a un régimen más bajo. El cambio era delicioso de tacto, muy BMW, los frenos cumplían y la estabilidad era buena, aunque algo complicada… en seco. En mojado no era tan buena y sí mucho más complicada.

La ecuación de un motor sin bajos con un eje posterior con poco peso en unos tiempos donde la electrónica ni existía ni se la esperaba, suponía un problema… El 323i no era desde luego un coche fácil, aunque ofrecía una calidad realmente muy notable… en esto era mejor que el Alfa.

Cuando los comparamos

Hay comparaciones odiosas y otras como está, divertida. He dicho que el guion de este video lo he hecho con el corazón. Y con el corazón el Alfa es mejor en todo, salvo en el manejo del cambio.

Frena mejor, el motor tiene un poco más de potencia y mucho más bajos, la dirección es precisa y en curva el coche es más ágil, más rápido y más divertido. Hay que acostumbrarse a un cambio algo duro y de recorridos más largos, pero me parece un mal menor. El BMW es más suave en todo, en especial en el cambio, más habitable, con mejor maletero y gasta menos. Y, sobre todo: Ofrece más calidad de fabricación. El Alfa era un coche robusto y sin problemas serios, pero la calidad percibida en los plásticos usados en el interior, en los ajustes, en su tapicería… se percibe de menor calidad.

¿Cuál es mejor? Depende de los gustos de cada uno. Me encanta BMW, pero en esta comparativa… ¡me quedo con el Alfa!

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