La idea era hacer un vídeo dedicado al Chevrolet Corvette, a sus ya ocho generaciones que arrancan en 1953 y llegan hasta nuestros días. Pero cuando comencé a trabajar en el guión enseguida me di cuenta: ¡Imposible, demasiado ambicioso!, necesitaría un largometraje. Así que decidí llegar hasta el C3, para mí el más característico de todos, más diferencial y más bonito.
La revista www.ceroacien.es patrocina este vídeo, y te ofrece, sobre éste y otros coches, información muy interesante, muy fiable y con muchas fotos que valen la pena. Recordad, CEROaCIEN solo se vende online. Y que, si eres garajista, tienes descuento si introduces el código GH5.
Americano como la Coca Cola
Y la portada de la revista CEROaCIEN es el Chevrolet Corvette C3 y es que pocas cosas, muy pocas, hay más norteamericanas que la Coca Cola… y una de esas pocas cosas es el Chevrolet Corvette, especialmente este C3 con sus voluptuosas formas… ¿Mito, leyenda o un referente? Pues este coche… ¡lo es todo al mismo tiempo!
Y es que como persona y como aficionado, se puede decir que «crecí» con el Corvette C3, que nació cuando yo tenía 8 añitos, allá por 1968 y fue sustituido por en 1983, cuando yo contaba con 23 años, por el C4 que, lo siento en el alma, no admite comparación con el C3.
Aquí tenéis más coches deportivos norteamericanos.
Tras la II Guerra Mundial…
Pero ya sabéis todos cual es una de las normas de este canal: Comenzar las historias por el principio. Y en este caso el principio es el fin de la Segunda Guerra Mundial y el retorno de los soldados norteamericanos a su país…
Cuando pruebas lo bueno… quieres repetir. Y eso es exactamente lo que les sucedió a muchos soldados de los EE.UU al regresar a su país. Muchos de ellos, en la vieja Europa, habían tenido oportunidad de conocer e incluso de probar algunos de los pequeños deportivos y roadster europeos y sobre todo ingleses. Y al volver a su país se encuentran con los coches americanos de finales de los años 40 y primeros 50 eran enormes, amplios, muy cómodos y absolutamente nada deportivos. Para las marcas hacer un coche deportivo significaba poco más que quitar dos puertas a cada lado, poner un escape que hiciese más ruido y algunos detalles estéticos. Y ya está…
Pero en esta historia coinciden más cosas. Por un lado, muchas marcas norteamericanas con GM a la cabeza estaban trabajando en la posibilidad de hacer carrocerías de fibra de vidrio. Esa tecnología, nacida en la aviación y la náutica, ofrecía ventajas. Lo primero, antes de inventarse la «cataforesis» y otros sistemas, los coches se oxidaban y los norteamericanos, más todavía. La fibra de vidrio no se oxida…
La era dorada de los coches americanos.
Más libertad a los diseñadores
Otra ventaja de la fibra de vidrio es que permitía mayor libertad a los diseñadores de formas, curvas, pliegues, biseles, etc., cosa que era cara hacerla en el acero a base de prensas y estampación. Y, además, la clientela de Chevrolet estaba avejentándose… vamos que era más mayores que día. Hacía falta un modelo para «rejuvenecer» la imagen de esta marca de GM… Como veis, la tormenta perfecta.
Hay dos nombres propios en el nacimiento de la «saga» Corvette. El primero Harley Earl, diseñador jefe de la marca que llevaba mucho tiempo detrás de diseñar y producir un deportivo.
Y convenció a Edward N. Cole, ingeniero jefe de Chevrolet, que lo tuvo claro: hagamos una carrocería deportiva, atractiva y ligera y montémosla en el chasis más pequeño del que dispongamos y pongamos el motor más «gordo» que quepa… una buena receta, ¿no os parece? Y en 1952 se pusieron manos a la obra.
Partieron de un chasis de nuevo diseño, en realidad unos de los habituales, convenientemente acortado. montaron un motor de 3.8 litros que originalmente ofrecía 105 CV, y lo potenciaron hasta los 150 bhp. Por supuesto, la caja era una automática muy habitual en la marca, la Powerglide.
Aquí tienes un vídeo sobre el Ford Mustang.
La inspiración marinera
La carrocería era de GRP… es decir, Glass Reinforced Plastic, o sea, de fibra de vidrio, como os comento, muy utilizada en la náutica. Y es que del mundo náutico le viene al Corvette el material de su carrocería y el nombre, «Corvette» es decir, «corbeta» que eran los buques de guerra más rápidos y ágiles.
Buscando mejorar el reparto de pesos, colocaron el motor lo más retrasado posible, retrasando también los asientos traseros que iban casi sobre el eje trasero. Honestamente, no sé si eran conscientes en ese momento que esta medida, poner el puesto de conducción sobre el eje trasero, era una de las claves de los modelos deportivos y roadster.
Desde el año 1949 GM hacia un gran evento denominado MOTORAMA un salón monomarca que recorría las ciudades más importantes de USA. En 1953 tuvo lugar en el lujosísimo hotel Waldorf Astoria de Nueva York y el protagonista fue el Chevrolet Corvette. Todo un récord, porque las primeras unidades que eran operativas, no prototipos de salón, se crearon desde 0 en 7 meses.
El diseño de Robert McLean, muy particular y con mucha personalidad, fue todo un éxito. Este C1 no paró de evolucionar y además de cambio manual llegó a llevar motores V8 de hasta 5,4 litros y hasta 365 CV.
Sting Ray
C2 o Sting Ray, la segunda generación es una belleza y muy diferente al C1. Entre otras cosas, por primera vez aparece la versión Coupé que nunca tuvo el C1. Su frontal, esta vez con faros escamoteables, era muy personal, pero más aún lo era la trasera, que me parece muy original y todo un acierto estético. Este C2 que ya contaba con suspensión trasera independiente, una de las mayores críticas que se habían hecho al C1, tuvo versiones muy deportivas y llegó a llevar motores de hasta 7 litros y 425 CV.
The Shark
A la generación de más breve duración del Corvette le siguió la más larga. El C2 Sting Ray estuvo 4 años en producción y el C3, «The Shark» nada menos que 14… pero como se suele decir, «algo tendrá el agua cuando la bendicen».
¿Y que tenía este C3 destacable? Lo mismo que sigue teniendo ahora 55 años después: ¡Una estética impresionante! Pero como una imagen vale más que mil palabras, voy a pedir ayuda a Rodrigo y os invito a ver estas imágenes…
Mirad ese frontal tan agresivo… Con los faros cerrados o abiertos… Las curvas de las dos aletas, que enlazan unas con otras… Las puertas anchas y con su parte superior en ligera curva… Esa trasera tan personal… Una belleza.
El diseño de Larry Shinoda era todo un espectáculo y en ese momento, una carrocería tan voluptuosa y llena de curvas solo era posible gracias a la fibra de vidrio. Para mí los primeros C3 son los más bonitos porque luego la llegada de ruedas mucho más anchas, apéndices aerodinámicos, aletines, etc., para mí, hacen perder parte de la pureza del diseño.
En sus 14 años de vida no dejó de evolucionar, hubo versiones de competición e incluso de Pace Car o Safety Car y llego a llevar motores, por supuesto V8, de 7,4 litros y hasta 466 CV… una verdadera pasada.
Conclusión
Hoy sí que es sencilla: ¡Hay que volver hablar sobre este modelo! Queda mucho que contar.