Las formas de un coche clásico no dejan indiferente a nadie. Pueden gustar o no, pero siempre hacen volver la mirada. Al arquitecto Norman Foster le encantan y, por ello, propuso al Museo Guggenheim de Bilbao organizar la exposición “Motion, autos, art and achitecture” combinando las tres facetas. Tras cinco meses abierta al público, acaba de clausurarse como la tercera más vista desde la creación del Guggenheim hace veinticinco años.