Hay juguetes que son piezas de coleccionista, pero determinados coches de pedales para niños ya están cotizándose como auténticos automóviles clásicos. Un ejemplo es el Austin J40, un icono de la juguetería británica, que ya alcanza precios cercanos a los 10.000 euros. Eso, sin contar con modelos mucho más exclusivos, como los famosos Bugatti Bebé, que llegan a cifras astronómicas en las subastas.