Aunque el lanzamiento definitivo se haya retrasado hasta 2024, Renault ya muestra abiertamente su “R5 Prototype” como sucesor del mítico R5 de los años ’70 y ’80. Su antecesor cumplirá cincuenta años en 2022, abriendo camino a una nueva generación cien por cien eléctrica y tecnificada.
Con diseño “retrofuturista”, el R5 Prototype prefigura la versión de producción del nuevo vehículo urbano de propulsión eléctrica que Renault introducirá en el mercado –por el momento- en 2024. Inspirado en uno de sus mayores éxitos comerciales, el R5 nacido en 1972, el nuevo modelo quiere ser tan innovador como aquel. Comparte formas generales, con líneas cuadrangulares, carrocería de dos volúmenes, grandes faros muy verticales…
Un poco más grande que el R5, más capaz y eléctrico
Con todo, será algo más grande en dimensiones que el antiguo R5 (con longitud de 3,5 metros, anchura de 1,52 y altura de 1,4 metros y una distancia entre ejes de 2,4 metros), ofreciendo espacio para cuatro pasajeros y mayor capacidad de maletero (puesto que el motor eléctrico es más pequeño y las baterías van en el suelo). Renault aún no ha mostrado el interior del habitáculo, que guarda como sorpresa de última hora.
En 1972, Renault impactó en el mercado de los utilitarios con su revolucionario R5. Aunque era un compacto de tres puertas con motor y tracción delanteros -como el R4L- contaba con una carrocería de diseño mucho más elaborado, fruto del lápiz de Michel Boué. Dicen que lo creó en apenas dos días, pero lo cierto es que acertó de pleno. Tenía que crear un coche aspiracional para el público joven y para el femenino; y también acoger cómodamente a cuatro pasajeros.
El R5 se fabricó desde 1972 hasta 1984
Mecánicamente innovaba con un motor delantero en posición transversal y con paragolpes envolventes de material plástico nunca vistos hasta entonces. Empleó en su inicio los propulsores “Billancourt” de 782 y 845 cc, así como “Cléon-Fonte” con cilindradas de entre 956 y 1.397 cc. Pero durante sus trece años de vida (estuvo a la venta hasta 1985) sus prestaciones no dejaron de crecer con cilindradas de 1.100, 1.300 y hasta 1.400 cc (en la versión Alpine/Copa) y potencias de hasta 93 CV.
Pronto incorporado a la cultura juvenil de la época, el R5 declinó en diversas versiones: 950, TL, GTL, TS, Alpine/Copa, Copa Turbo… Su excelente chasis le permitió brillar en el campo deportivo, en carreras de Turismos y Rallyes, además de en las “Copas Renault” monomarca, de donde salieron pilotos como Carlos Sainz o Luis Pérez-Sala. Aunque sus mayores éxitos los lograría en rallyes en los años posteriores.
El R5 tuvo una exitosa carrera deportiva
El R5 Alpine fue homologado como Grupo 2 y, Jean Ragnotti logró un extraordinario segundo puesto en el Rallye de Montecarlo con un coche con tracción delantera y pocos caballos. Le ayudó la abundante presencia de nieve, que igualaba prestaciones con otros coches mucho más potentes, como los Porsche, Fiat o Ford. Pero lo mejor estaba por llegar con el R5 Turbo.
Renault Sport –que estaba triunfando en Fórmula 1 con la tecnología del turbocompresor- decidió crear un coche específico de rallyes con la imagen del R5. Así nació el R5 Turbo, con el motor sobrealimentado de 160 CV situado en posición central-posterior, propulsión trasera y enormes aletas para alojar las grandes ruedas. Homologado como Grupo 4 con más de 200 CV, terminó su carrera como Grupo B, con el cambio de reglamento; y también con numerosas victorias gracias a la versión “Tour de Corse”.
El R5 Maxi Turbo Grupo B alcanzó los 350 CV de potencia
El R5 Turbo aún dio un paso más: aprovechando la libertad reglamentaria del Grupo B (sólo hacía falta fabricar 200 unidades y 20 especiales para correr) se creó en 1984 el “R5 Maxi Turbo”, aún más ancho y espectacular… y con 350 CV de potencia. La eliminación del Grupo B (por peligroso) acabó con su carrera un par de años después. También el R5 había dejado de fabricarse en 1984, tras más de cinco millones y medio de unidades vendidas, cediendo su puesto al nuevo Renault “Supercinco”.
