Ahora parte integrante del Grupo Stellantis, Opel ha lanzado la quinta generación de su berlina compacta, el Astra. Comparte gran parte de su plataforma mecánica con sus hermanos de Citroën y Peugeot, pero la carrocería del nuevo Opel Astra ha sido diseñada y será construida en la fábrica-madre de Russelsheim, en Alemania.
Tras el Mokka, el Astra será el segundo Opel nacido tras la fusión de PSA con FCA para crear el gigante industrial de la automoción, Stellantis. Pero en la marca de Russelsheim insisten en resaltar la individualidad de su modelo, en que ha sido concebido y producido en Alemania. Guardar una cierta autonomía –al menos de diseño- va a ser básico para subsistir entre tantas hermanas-rivales, varias de ellas competidoras en los mismos segmentos del mercado.
La gama Astra continúa la del Kadett desde 1991
El nuevo Opel Astra porta la letra “L” y es que, no sólo es el quinto de una familia de hermanos que nació en 1991, sino que es continuación de la saga del Kadett, que nació a mediados de los años ’30. La familia Kadett-Astra siempre ha sido la de vehículos compactos, familiares y versátiles de Opel (con versiones de tres, cuatro, cinco puertas, break, descapotables, deportivos…). Y quiere seguir siéndolo.
Esta nueva generación cuenta con la ventaja de partir de la plataforma EMP2 de Stellantis (que comparten otros populares modelos como el Citroën C4 o el Peugeot 308) y que permite versiones completamente eléctricas o híbridas. De momento, el Astra L parte en producción con motorizaciones térmicas de gasolina (PureTech) y diésel (BlueHDI) e híbridas-enchufables, en una amplia gala de potencias entre 110 y 225 CV.
Mecánica común entre el Astra y Peugeot/Citroën
Como en el resto de los modelos de su Grupo, las versiones alternarán las cajas de cambio manuales de 6 velocidades con las automáticas de 8 en los modelos más potentes. La versión híbrida más potente aporta 110 CV eléctricos a los 180 del 1.6 Turbo de gasolina, pero no se prevé uno de tracción total. Y habrá que esperar a 2024 para acceder al “Astra-e” cien por cien eléctrico.
El departamento de diseño e ingeniería de Opel ha realizado un magnífico trabajo dotando esa plataforma mecánica de una carrocería propia con identidad y continuidad al mismo tiempo, dando un gran salto en electrónica y tecnología aplicada. El Astra L sigue siendo un compacto con dos opciones de carrocería: “Hatchback Coupé” de cinco puertas y “Sports Tourer” familiar. Ambas comparten unas líneas más angulosas que su predecesor que le aportan carácter, al igual que su calandra delantera negra con la firma luminosa “Opel Vizor” y sus faros de 168 diodos.
Una habitabilidad incrementada
En dimensiones, este compacto de cuatro metros es algo más ancho y más bajo que su predecesor, pero -sobre todo- gana en distancia entre-ejes (ahora 13 mm más larga), con el fin de ganar espacio en el habitáculo para los pasajeros. En esta versión se ha mejorado la habitabilidad interior (especialmente en la fila trasera), se mantienen los ergonómicos asientos delanteros certificados por AGR y se ha incorporado toda la tecnología disponible: un salpicadero digital panorámico de doble pantalla (denominado Pure Panel) complementado por “head up display” proyectado en el parabrisas; más cámaras de 360º, sistema de conducción semi-autónoma, ayudas a la conducción…
La marca del “Bittz” (rayo) ya no limita su campo comercial a Europa (como en los tiempos de General Motors) sino que compite por nuevos mercados emergentes, de los cuales destaca el más ambicioso: China. El precio de partida en su país natal es de 22.465 euros. Estará disponible en los concesionarios españoles desde octubre, pero no habrá entrega de unidades hasta los primeros meses de 2022.