La historia del automóvil está llena de nombres de coches desafortunados, cuando menos. Muchos ya los conocéis, la mayoría diría yo, y a otros quizás les suene hasta raro. La mayoría son nombres del pasado, pero otros están vigentes actualmente.
¿Error o falta de información de la marca o del que pone los nombres? Seguro que lo primero, pero también lo segundo. Y seguro que otras veces una mezcla de ambos en el porcentaje que quieras. Siempre me ha gustado como los fabricantes ponen el nombre a los colores de sus coches. Actualmente hay que tener mucha imaginación para hacerlo. Pero también me ha llamado la atención el nombre de los coches, que lógicamente, tiene más trascendencia.
¿Es una estrategia o una forma de eludir los errores poner números y no nombres? Pues seguro que sí, aunque de todos es sabido que Porsche puso primero a su 911, 901. Pero tuvo que cejar en el empeño porque Peugeot ya tenía registradas las centenas con el 0 en el medio y la marca del león ganó en esto a la armada alemana. ¿Cómo no pudo darse Porsche cuenta de aquello? Sin embargo, no pasó nada por ser “simples” números. Espero que en Porsche, como en otras marcas, este tipo de errores sean los menores males que podamos esperar.
Los nombres son otra historia, a veces graciosa a veces…
Con los nombres ya es otra historia, porque parece que tienen más trascendencia. Me refiero a una trascendencia banal, la que todos comentamos pero que no le cuesta dinero o perdida de imagen a la marca.
Por ejemplo, en Japón, Mazda comercializó un modelo llamado Laputa –por cierto, que tiene un parecido enorme a un Suzuki que se vendía hasta hace muy poco, ahí lo dejo–. Es verdad que en Japón ese nombre no tiene esa connotación tan peyorativa que sí la tiene para nosotros, y nada hubiese pasado si no se hubiera comercializado más que en el país asiático. Pero el Laputa de Mazda también se introdujo en Estados Unidos. Seguramente para los que no sabían español tampoco era injurioso, pero lo que choca es que nadie en Mazda hubiera previsto la ingente cantidad de hispano hablantes que había entonces también. Es verdad que estuvo un par de años en el mercado y luego se retiró de la venta. ¿Alguien se compraría alguno? Estaría cachondo ver alguno circulando con ese nombre puesto en el coche por España.
Es más conocido el caso del Mitsubishi Pajero de primera y segunda generación. En la puerta de mi casa hay uno, de segunda generación, una excelente unidad por cierto. Y tampoco es complicado ver alguno en España, pues muchos se importaron de países vecinos y allí tampoco tenía ninguna clase de connotación negativa ese nombre. Mitsubishi decidió cambiarle el nombre y llamarle Montero en España: zanjado el asunto y todo el mundo tan contento. Todo un éxito y un nombre muy duradero en la marca. No me importaría tener un Montero/Pajero…
Otro nombre curioso, chistoso, que hace esgrimir una sonrisa es el de un Nissan. Vaya, hasta ahora solo tenemos ejemplos de marcas asiáticas. Y no son los únicos ejemplos. Pero vamos a lo que vamos. Nissan bautizó en Japón a un coche como Moco. Sí, Nissan Moco. Por eso decía que es gracioso, que no peyorativo. De haberse vendido en España los memes de entonces habrían perdurado hasta nuestro tiempos, seguro que mucho más que el modelo o el nombre del modelo en sí.
Mucho más reciente es el nombre de Kona, que Hyundai ha puesto a uno de sus modelos. A mí en lo particular no me suena mal, me mola, pero en alguna que otra parte del norte del mapa español, lo de Kona… no se yó. La palabra “cona”, con “c”, que no con “k”, pero fonéticamente suena lo mismo, tanto en Galicia como en Portugal se entiende más una de las partes más sexuales de la mujer. ¿Desafortunado? Ahí lo dejo también.
Kia también tiene lo suyo. Siempre desde el prisma de nuestro lenguaje, eso hay que entenderlo. Curioso es también, por no decir otra cosa, la denominación para el Borrego de la marca coreana. ¿Te imaginas ir por España con un Kia Borrego? Mi más sentido respeto hacia estos animales, como a todos, pero desgraciadamente aquí usamos, o usábamos demasiado, el nombre de este animal por un descalificativo hacia las personas.
Claro, que nos cambiamos de continente –no es que lo de Kona no sea de aquí, pero es un decisión de una marca coreana– y nos pasamos a una marca italiana. En su momento, Lancia denominó a un modelo con el nombre de Marica. Por cierto, un deportivo precioso, estilizado, y poco conocido. Ahora mismo, haberle puesto ese nombre que en Italia no significa lo que aquí, en nuestro país le hubiera caído demandas a la marca hasta debajo de las ruedas.
Y los ejemplos siguen. AMC en América le pusó Grenlim a un modelo muy curioso, feo para la mayoría -a mí me gusta-, y Ford denominó a un prototipo Corrida… menos mal que la sangre no llegó al río y fue un prototipo que nunca llegó a la serie. Pero hay más porque historia, según se entienda, está lleno de denominaciones curiosas, mal sonantes para unos, normales para otros…