¿Cómo funciona un control de estabilidad?

Porque habréis oído montones de veces eso que de la electrónica ha hecho a los F1 más fáciles de conducir, que los propulsión trasera sean coches muy seguros o que salva muchas vidas… Y todo eso es cierto gracias, sobre todo, a los sistemas de control de estabilidad. Pero… ¿sabes como funcionan?

No es complicado. Todos los sistemas electrónicos de un coche que influyen en su conducción necesitan tres cosas: Saber lo mejor posible que pasa, tomar las decisiones adecuadas y luego poder actuar. En esto son igual, ni más ni menos, que un buen conductor o un buen piloto, tienen sensibilidad para saber que ocurre, inteligencia para decidir tomar las medidas oportunas y habilidad para llevarlas a cabo con rapidez y precisión.

Todos estos dispositivos electrónicos se basan en un sistema de sensores; una centralita ordenador o CPU que procesa esos datos y decide que hay que hacer; y unos dispositivos eléctricos, hidráulicos y-o neumáticos que directamente intervienen en la conducción.

Ya hicimos un video sobre el sistema antibloqueo ABS y contábamos que unos sensores detectan cuando están a punto de bloquearse las ruedas, una centralita gestiona todos los datos y manda que el sistema hidráulico de frenos disminuya la presión en el circuito… Como en todos los sistemas electrónicos cuanta más información tenga la centralita, más capacidad para gestionarla rápidamente y más posibilidades de actuar sobre los elementos del coche, pues más eficaz será.

Al fin y al cabo, ¿qué hace un conductor o un piloto? Primero: Recibe información a través de todos sus sentidos que son sus “sensores”: el oído y su sentido del equilibrio, la vista y el tacto, ese “trasero sensible” que decía Lauda… el olfato y el gusto ayudan poco. Segundo: decide que es lo mejor, no en décimas, sino en centésimas de segundo. Tercero: Actúa básicamente en tres cosas, acelerador, frenos y dirección.

Eso es lo que hacen estos sistemas electrónicos de ayuda a la conducción recogen información, la procesan y luego actúan, en ocasiones con más posibilidades de actuación que el propio conductor.

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